Cargando



Adiós a la soledad



Domingo 25 de Agosto de 2019 8:37 am

+ -


POR el dolor de la muerte de su esposo, Irma Castillo Comparán se sentía sola y deprimida en su casa, pero en sus clases de pintura y música autóctona en el Centro de Asistencia Social de Día, del DIF Estatal, pudo superar su pérdida; mientras Marcelino Álvarez logró dejar atrás la soledad y la depresión que padecía desde hace muchos años.
En el Centro de Asistencia Social de Día, ubicado en el Ecoparc, se siente un ambiente de alegría, entusiasmo y amistad, aquí acuden personas adultas mayores a recibir diversos talleres, pero también a convivir con sus amigos y dejar a un lado sus problemas y padecimientos.
Desde las 8 de la mañana hasta la una de la tarde, reciben diversos talleres como activación física, cachibol, pintura, manualidades, música, ajedrez, baile de salón y autóctono.


La misión del centro es proporcionar una mejor calidad de vida a los adultos mayores, a través de terapias ocupacionales como actividades culturales, artísticas y deportivas.
Diario de Colima entrevistó a personas adultas mayores que acuden al centro a realizar alguna terapia ocupacional, y coincidieron en que en este lugar han encontrado una segunda casa, han hecho amigos y han vuelto a vivir en esta etapa de su vida.
Tras terminar su clase de gimnasia, María Guadalupe Cárdenas Pérez señala que hace 5 años empezó a acudir al Centro de Convivencia, por indicaciones médicas porque tenía problemas familiares y personales.
En 2005 se jubiló como maestra de educación primaria, y “sentí morirme, tuve que pedir trabajo en un colegio particular porque me sentía mal, y así empecé poco a poco a superarlo, por eso acudí al médico porque me sentía muy mal por la jubilación”.
Tiene 69 años de edad, y con sus clases de gimnasia dejó atrás su tristeza.


Al preguntarle sobre su clase, exclama, “es casi volver a nacer, revivimos, todas las preocupaciones y problemas se quedan en casa, porque al llegar aquí haz de cuenta como si algo se te quitara del cuerpo y vuelves a nacer. La maestra Sofía Brizuela es el alma del parque”.
Para acudir a su clase, se despierta a las 5 de la mañana, para desayunar y llegar puntual a las 8 de la mañana. “Me manejo en ruta y tengo que venirme temprano, nunca faltamos, porque el día que no venimos nos entristece”.
En tanto, Ofelia Salazar Ramírez, de 73 años de edad, ingresó al lugar porque su esposo Juan Evangelista Guzmán ya acudía a cachibol, “él fue de los primeros que vinieron”.
La señora Ofelia tiene 13 años acudiendo al Centro, “mi esposo me dijo cuando tengas la edad te voy a llevar, y cumplí los 60 años para venirme”, y considera que es el lugar ideal para todas las personas porque realizan actividades con las cuales logran olvidar sus problemas y enfermedades, pero también tener una mejor calidad de vida. Su esposo tiene 89 años, “camina muy bien y nadie cree la edad que tiene”, refiere.


Mientras estaba en su clase de manualidades, Amparo García Tapia, dejó un momento su bordado para indicar que en este espacio hay un ambiente bonito, en donde conviven como familia.
A sus 73 años de edad ha aprendido a bordar blusas, hacer bolsas de rafia, collares, “muchas cosas de bisutería, tejido de varios”, y lo que ha hecho se los ha regalado a sus hijos y a sus amigas.
Menciona que aunque antes sabía hacer algunas manualidades, “estar en el Centro es muy bonito, platicando, se distrae uno, aunque uno tiene mucho que hacer en la casa, pero un rato de vida es vida”.
TERAPIA MUSICAL
Al hacer una pausa en su clase de música en donde tocaba el bajo, Manuel Rivas Loera indicó que la música es excelente. “Tengo tocando desde que tenía 6 años”.
“Me ayuda mucho venir, yo canto y toco, en algunas canciones acompaño con segunda voz, es mi fuerte propiamente”. Recuerda que fue juez en los concursos de canto, y también durante unos años perteneció a la Orquesta del Colorado Naranjo, “he andado muchos años en el ambiente de la música”.
Siempre le ha gustado la música, “todas las artes me gustan, hay inspiración y vida en la música, me hace recordar cosas buenas, empecé a tocar desde que tenía 6 años”. Empezó tocando violín, luego violonchelo y posteriormente el bajo, “y ya me quede aquí”, refiere con tono enérgico y contento.
En tanto pintaba un cuadro con un ramo de flores amarillas, Irma Castillo Comparán, señala que hace 4 meses entró al centro, ya que “hace 6 meses falleció mi esposo y me sentía sola y en la pintura encontré la mejor terapia, también voy a música autóctona, eso me ha ayudado mucho a superar la muerte de mi esposo”.
Desde las 9 de la mañana hasta la una de la tarde permanece en el lugar, ya que también va a psicología.
“La pintura me encanta, he hecho dos cuadros gracias a la excelente maestra Shayi Carrillo. Hay buen ambiente, todas somos amigas, nos queremos mucho. Me siento contenta y a gusto con mis amigas”.


Durante su clase de baile de salón, Marcelino Álvarez hizo una pausa para indicar que tiene 14 años acudiendo al Centro de Convivencia, en donde ha tomado clases de baile de salón y pintura.
“Me gusta la actividad porque si un viejo no se mueve, se estanca e incluso por cuestiones de salud, estar en actividad le ayuda a uno estar moviéndose”.
Tenía más de 30 años viviendo solo, y “aquí uno convive sin otras intenciones y eso ayuda a la salud. El baile de salón es de inteligencia porque uno mueve el cuerpo y a la vez la mente está trabajando para que coincida el movimiento de los pies con la música”.
Actualmente se siente realizado, “en lugar de sentirme solo, deprimido, aquí no hay lugar para eso, el contacto con los demás ayuda a la autoestima, a que uno no esté arrinconado, todo reumático”.
En la cancha jugaban cachibol, había un ambiente de energía y entusiasmo, y mientras hacía una pausa en el partido, María García Facio exclama que se siente feliz. Sale temprano de su casa para tener activación física y luego continua en cachibol. “Para nosotros es nuestra segunda casa, por eso cuando nos la quisieron quitar protestamos, hicimos bloqueos en las calles, porque es nuestra segunda vida”.
Añade: “Tengo 70 años y me siento feliz, gracias a lo que nos dan aquí no soy hipertensa ni diabética, y soy de ascendencia diabética”.
María es ama de casa, con su esposo Rafael Rodríguez Aldana, quien es jubilado del Ingenio de Quesería, acudieron por primera vez al centro hace 12 años.
Sin embargo, su esposo ya no acude porque trabaja, “pero ya lo convencí de que este es el último año que trabaja, tomamos la determinación de que nos vamos a apretar, es una entrada extra pero primero está nuestra salud”.


ESPACIOS LLENOS
Fernando Martínez Vázquez, director de Desarrollo Humano del Gobierno del Estado, indica que el DIF Estatal tiene dos Centros de Asistencia Social de Día, el que se encuentra en Ecoparc y el de la zona oriente, en el primero tienen registradas 430 personas y en el segundo 250.
La intención es que los adultos mayores tengan calidad de vida, “hemos visto que la física les ayuda en su bienestar físico y mental”.
En ambos centros tienen médicos, trabajo social y psicología, para brindarles atención diaria, “es estarlos cuidando para que no ocurra una situación mayor”.
Menciona que han acudido personas en andaderas y sillas de ruedas, y con las actividades han mejorado, siempre con la atención médica revisando sus avances, y cuando ocurre una crisis de salud se les visita en sus domicilios.
Los talleres son gratuitos, uno de los requisitos es que sean personas de 60 años en adelante, pero actualmente tienen limitaciones de espacio.
“No queremos llegar a un exceso para no darles una buena atención”, pues en el centro ubicado en el Ecoparc tienen una lista de espera de 200 personas, y también en la zona oriente están al límite.
Sostiene que no pueden aceptar a más porque tendrían problemas de saturación y no recibirían atención adecuada, por lo que la única manera de ingresar es que haya una vacante.
Ante lo cual, invitan a las personas a que acudan a los Cedecos, en donde también realizan actividades y talleres. Sin embargo, los adultos mayores entrevistados invitaron a quienes se encuentren en esta etapa de la vida a acudir al Centro de Asistencia Social de Día porque es su mejor terapia de alegría y felicidad.


Elena DEL TORO



1361 Vistas