Firmeza, exige Chapula ante robos y asaltos
Jueves 05 de Septiembre de 2019 8:20 am
+ -La gente está harta de tantos rateros, señala el Regidor capitalino por Nueva Alianza; afirma que los ladrones se llevan hasta “los calzones tendidos del lazo”
Luego de que el municipio capital registra la mayor cantidad de robos de vehículos, a casa habitación y de negocios, el regidor Roberto Chapula de la Mora enfatizó que debe haber mayor firmeza de los gobiernos para combatir los hechos delictivos, porque “la gente está cansada de tantos robos”.
Entrevistado por Diario de Colima, refirió que en la campaña electoral prometió “limpiar a Colima de rateros”, pero los ciudadanos resolvieron por el proyecto de Leoncio Morán Sánchez, “y tiene otra concepción, de atacar las causas fundamentales de los delitos, estoy de acuerdo con él, pero también tiene que haber energía y firmeza”.
Enfatizó que se requiere actuar oportunamente, prevenir los robos y combatir a los rateros, “la gente está cansada de ver tantos robos a casas habitación, a negocios, a automovilistas y de automóviles, a gente afuera de los bancos”.
Subrayó que la gente está harta y esto genera problemas porque ve que hay impunidad, cuando la primera obligación del Estado es garantizar la seguridad pública.
Abundó que muchas personas humildes “no van ni al río porque les roban sus cosas, viven en un cuarto de vecindad y les roban hasta los calzones que están colgados para venderlos en el tianguis en 20, 30 ó 5 pesos”.
También se roban el triciclo, la bicicleta, la motocicleta, los utensilios metálicos para venderlos como fierro viejo, “toda la gente vive con miedo y muchas veces no es tanto el valor económico de lo que roban, sino que te cambian la vida por completo”.
Dijo que muchas personas están pagando en abonos sus cosas y se las roban, y “gran parte son generados por los adictos a las drogas, pero la responsabilidad social la tiene la familia que esté al pendiente de la conducta de los hijos”.
Mencionó que cuando tienen problemas de adicciones, se empieza a robar a la familia, luego al vecino, después se meten a las casas, “se llevan el triciclo del niño y lo venden como fierro viejo en 15 pesos”.
Mientras que los que van a la cárcel entran “a la escuela del crimen, porque se actualizan y perfeccionan las conductas delictivas”.