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La tradición del nacimiento



Domingo 15 de Diciembre de 2019 7:54 am

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El nacimiento, instalado con figuras de barro y yeso para representar la llegada al mundo del Niño Jesús, simboliza fe, luz y esperanza, por lo que cada año en la temporada decembrina, las familias los colocan en las salas, cocheras y jardines de sus casas.
Con anticipación, las personas elaboran las casas o cabañas en donde colocarán a José, María y al Niño Jesús, pero también al ángel, los pastores, la vaca, la cabra, los tres Reyes Magos, entre otras figuras, adornadas con esferas, flores y luces de colores.
Las representaciones que evocan la llegada del Niño Jesús adornan las casas de los colimenses, que en esta temporada iluminan y embellecen sus viviendas, no sólo con la instalación de nacimientos, sino también con el árbol de Navidad, la Corona de Adviento y las flores de Nochebuena.
Cada año, unos 20 puestos de venta de figuras para el nacimiento de Jesús se instalan en los alrededores de la fuente principal del Jardín Núñez, en donde personas pueden encontrar las figuras y objetos necesarios para colocarlo.
REVIVIR EL NACIMIENTO
Se considera a San Francisco de Asís como el creador de los nacimientos. En 1223 quiso celebrar una Nochebuena en la que se reviviera el recuerdo de Jesús nacido en Belén, para que todos pudieran comprender mejor las condiciones en las que sucedió, puso un nacimiento en el bosque con personas y animales vivos. Así algunas personas trataron de hacer lo mismo en sus casas utilizando pequeñas figurillas de madera o barro.
De Italia la costumbre se extendió por Europa, pero en España tuvo un desarrollo muy especial. Con la Conquista de América por los españoles, algunos frailes aprovecharon este recurso para enseñar a los indígenas el misterio de la Navidad. Los indígenas acogieron la idea y con el tiempo se hizo una costumbre, la cual aún se conserva. En unas viviendas de la zona conurbada Colima-Villa de Álvarez, se pueden apreciar estos tradicionales nacimientos, algunos acompañados con el árbol de Navidad.
ALEGRÍA Y NAVIDAD
Cada año, en la casa del señor Efrén Pelayo, ubicada en el centro de Villa de Álvarez, instalan un nacimiento, con las figuras de José y María cobijados por una pequeña cabaña, pero también tiene caballos, cabras, vacas, gallinas, borregos, plantas y los tres Reyes Magos.
Efrén Pelayo indica que “año con año les instalan esta representación adornada con luces de colores”. Para él, es una alegría tener el nacimiento, “me llaman la atención las luces que nos recuerdan que ya está cerca la Navidad, y también representan alegría. Todo el tiempo hemos puesto el nacimiento, pero a mi hija es a la que más les gusta para que sus hijas sigan la tradición”, apunta. Mientras en otra casa de la Villa, el joven David Cruz Andrade, también instaló su nacimiento en la cochera de la vivienda.
El joven de 23 años de edad, maestro de profesión, es el que sigue la tradición heredada por su bisabuela Sara Dueñas y su abuela María Lidia Salazar. Cada año coloca el nacimiento. “Representa una tradición, y mi hijo recuerda a su abuela, la mamá de mi mamá, quien le inculcó la tradición de los nacimientos”, refiere Carlos Cruz Salazar, papá de David.
VENTA DE FIGURAS
Estela Ceja Pérez y Rosa Bernardino Rojas, ambas de Tonalá, Jalisco, desde hace muchos años vienen de su estado a vender figuras de barro y yeso, y junto con sus familias se instalan en el Jardín Núñez.
Entrevistadas por Diario de Colima hablaron su actividad, aunque difieren que en sí ha disminuido entre los colimenses la tradición de colocar el nacimiento, señalan ambas que tienen muchos años viniendo a vender las figuras.
La señora Estela Ceja tiene aproximadamente 35 años colocando su puesto alrededor de la fuente principal de dicho jardín, recuerda que hace varios años solamente eran cuatro personas las que vendían estas figuras y lo hacían junto a Catedral. Actualmente son varios vendedores, pero todos son de las mismas familias, pues son hijos y nietos, “pero somos cuatro familias”.
Las figuras las traen de Tonalá, unas son de barro y de una pasta hecha con yeso y marmolina. Las de barro las hacen en Tonalá y las de pasta en el Estado de México.
Las de barro, figuras pequeñas como borregos, vacas, jirafas y nopales, “eso se vende bien, el barro es un poco más económico que la pasta”. Explica que la pasta se forma de yeso con marmolina, “es un buen trabajo porque si trabajamos el puro yeso queda rasposo, pero ya con la marmolina y la revoltura que le ponen queda suavecita la pasta y se puede trabajar y quedan las figuras bonitas. Las figuras grandes son de marmolina y yeso”. La figura del Niño Dios la traen del Estado de México, “es más fina, le ponen los ojos de cristal y pintados”.
Refiere que se le vende de todo un poco, pues unos llevan animales, nacimientos pequeños y otros más grandes, “según la posibilidad de cada quien”.
Un nacimiento hecho de barro con nueve figuras pequeñas cuesta 110 pesos; el más grande cuesta 680 pesos, con todo y el Niño Jesús, “a nosotros nos entregan el nacimiento sin niño, y hay que comprarlo y como es más caro, por eso se eleva el precio”.
PARA TODOS LOS BOLSILLOS
A su vez, Rosa Bernardino Rojas, originaría de Tonalá, Jalisco, también tiene 35 años vendiendo figuras. Comenta que las representaciones de barro son hechas en San Pedro, Tlaquepaque, como son los pastores y los animales. Mientras, en el Estado de México, hacen las figuras de pasta, hasta les ponen ojos de vidrio y pestañas, “les nombramos de pasta pero también es de yeso, pero de más calidad, tanto en la pintura como en el terminado”.
Menciona que en Tonalá se trabaja el yeso, “se trabajan pinturas buenas porque aquí podemos lavar las piezas y no les pasa nada, pero sabemos cómo hacerlo, hay gente aquí que a lo mejor lo lava y les tallan y los despintan”. El nacimiento de pasta es más caro, y el de barro que se fabrica en Tonalá es más barato porque lo compran directamente a los fabricantes, “el de pasta viene de mano en mano, es una diferencia un poco elevada, como un 50 por ciento”.
De los nacimientos de pasta, hay de mil 100 pesos e incluye nueve piezas: María, José, el Niño Jesús, el ángel, los tres Reyes Magos, el toro y la mula. Mientras, el nacimiento de barro cuesta 300, 400 y 600 pesos, con 11 piezas, ya que también trae dos pastores más.
Al preguntarle qué es lo que más se le vende, contesta que las ventas cambian, “a veces se llevan más el de barro, por económico, pero ahora a la gente le ha gustado mucho la pasta, porque son variantes los gustos, año con año cambia”.
Sin embargo, acepta que se adaptan al bolsillo de los clientes, “ponemos un tope, cuando viene la gente nosotros nos adaptamos y si a la persona le gusta el nacimiento de pasta tratamos de que se lo lleve, “que los colimenses se vayan satisfechos, siempre lo hemos hecho así, por lo menos yo que tengo 35 años vendiendo, siempre me adapto al cliente, que oiga rebájeme, les rebajo, el caso es que no se vaya inconforme”.
La señora Rosa Bernardino considera que en Colima se está terminando la tradición de colocar el nacimiento, ya que “antes se vendía, las gentes tenían sus nacimientos grandes, teníamos el concepto de que los colimenses estaban muy pegados a esta tradición, últimamente ya no, porque veo que los jóvenes actuales no saben ni cuáles son los tres Reyes Magos, ni cuál es la Virgen y San José, nosotros tenemos que explicarles. Sí se está perdiendo la tradición, sería bueno que hicieran algunas actividades para recuperarla.


Elena DEL TORO



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