Los agaves mexicanos en peligro de extinción
FOTO INTERNET
Miércoles 18 de Diciembre de 2019 6:41 pm
+ -Los magueyes de México son patrimonio nacional en riesgo: la sobreexplotación de la industria del mezcal es parte del problema.
México es
tierra de agaves: de un total 210 especies que existen en el mundo, 160 están
en territorio nacional y 130 de ellas son endémicas, explica el doctor Abisaí
García, curador de la Colección Nacional de Agaváceas y Nolináceas del
Instituto de Biología (IB) y especialista en el tema.
Oaxaca es un
estado clave para entender esta riqueza ya que sus magueyes representan el 25%
del total registrado para el país, por ende es el lugar con mayor diversidad.
Ahí existen 24 especies: 11 son endémicas, 12 se comparten con Puebla y una más
con Chiapas.
Si bien ellos
son parte del paisaje cotidiano y pueden pasar desapercibidos, hay amenazas
puntuales para su sobrevivencia en la actualidad. “Hay una problemática con el
aprovechamiento: recordemos que los agaves son recursos vegetales finitos y hay
un número determinado de poblaciones y de ejemplares”, dice.
Una noticia
relevante sobre la que se ahondó durante su ponencia en el foro Vive Mezcal
2019 en la capital de esta entidad es que fueron descritas este año cuatro
nuevas especies: Agave quiotepecensis, A. gypsicola, A. megalodonta y A.
lyobaa. Todas ellas son oriundas del sur, en estados como Oaxaca, Puebla y
Guerrero.
Por su parte,
el quiotepecensis se conoce en la cuenca alta del río Papaloapan y debe su
nombre a su documentación en el Lienzo de Quiotepec y Cuicatlán del siglo XVI.
Abisaí destaca la importancia de que se integre el conocimiento tradicional,
cultural, lingüístico e histórico de las comunidades en el discurso científico.
A. lyobaa,
también conocido como maguey coyote o shtob bnijh, que quiere decir maguey del
duende en zapoteco, es micro endémico de Oaxaca y Puebla, y está amenazado por
la modificación del hábitat en el que se encuentra y por su extracción para la
elaboración de mezcal.
A. gypsicola,
también micro endémico y oaxaqueño, es conocido por la gente local como xavi
kuiji, es decir maguey blanco en mixteco. Sus hojas y botones (ita xoto) se
comen, sus hojas se usan para barbacoa de horno y su hoja fresca sirve como un
boomerang mexicano con fines lúdicos y se llama locho. El pastoreo es una de
las actividades que ha alterado su contexto natural.
Él explica
que tanto la tala de la selva baja caducifolia y la siembra de monocultivos en
las zonas podadas (lo que conlleva a la erosión genética), así como la demanda
desmedida de silvestres para el destilado, están acabando con los recursos
bioculturales.
Hay
diferentes especies de agaves aprovechados para el mezcal como americana,
angustifolia, convalis, cupreata, karwiinskii, potatorum, marmorata,
seemanniana y en épocas recientes, megalodonta y nuusaviorum, entre otros. Sin
embargo, narra que durante los recorridos de campo él y su equipo han notado el
decremento y hasta la posible extinción de algunos agaves en entornos
silvestres como el Ágave lurida y el Furcraea macdougallii.
"No
podemos estar sometidos a los requerimientos de las grandes compañías mezcaleras
que nos piden millones de plantas al mes. Tenemos que seguir pensando en que
los mezcales de Oaxaca son bebidas tradicionales porque no queremos hablar de
que, en poco de tiempo, alguna otra especie sea susceptible a la
extinción", enfatiza.
"Nos sentimos
libres y queremos apropiarnos de todos los recursos que vemos, y cuando se
acaba en ciertos municipios, recurrimos a los de al lado. La apropiación se
está extendiendo hacia los estados vecinos como Puebla y nos está llevando al
traste la contaminación de especies porque no hay planes de manejo. Hay muchas
cosas que tenemos que hacer", agrega.
Para él es
terrible constatar que las empresas de este rubro tienen terrenos donde
introducen las que vienen de otras regiones y quieren sembrar masivamente y
además, que se tengan muchos litros en poco tiempo. En su opinión, la
agroforestería y la propagación mediante semilla son buenas opciones, pero es
algo a pequeña escala. También llama al análisis sobre las consecuencias del
modelo del tequila en 20 años a fin de que no se repitan algunos errores.
"Una industria puede acabar con la gallina de los huevos de oro en muy
poco tiempo y tenemos que ser muy cuidadosos", sentencia.
"Biológicamente,
nos hace falta conocer mucho de las plantas. La información es casi nula",
asegura. Fue en 1993 cuando por primera vez un autor mexicano, Felipe Palma,
describió una especie, el Agave isthmensis. Llegar a este punto a través de los
años es una labor que requiere paciencia, pruebas, ética, constancia y
profesionalismo. Abisaí y su equipo están interesados en ampliar el
conocimiento que existe sobre los magueyes desde hace tres décadas.
"Hay una
cantidad de cultivables enorme, que todavía no ha sido caracterizada
morfológicamente porque no se permite que florezcan y son cortados antes de que
tengamos la parte reproductiva", añade. De ahí, la importancia de trabajar
directo con los productores y en que se tome conciencia urgente sobre el
cuidado del medio ambiente en todos los niveles: gobierno, organismos
educativos y científicos, sociedad y empresas.