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La histórica Calzada Pedro A. Galván



Domingo 12 de Enero de 2020 7:09 am

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Esta emblemática vialidad ha sido testigo de la historia de Colima, pues por aquí pasaba el Camino Real, construido en los tiempos de la Colonia, por el cual transitaban arrieros, unos a pie y otros en mulas y caballos, que venían desde Guadalajara a Colima para seguir rumbo al puerto de Manzanillo


DESDE tiempos históricos fue la entrada principal a Colima. Por su camino de tierra transitaban personas a pie y viajeros a lomo de mulas cargaban mercancías y productos, en los tiempos de los cristeros en sus frondosos árboles colgaban a los guerrilleros: la Calzada Pedro A. Galván.
Esta emblemática vialidad ha sido testigo de la historia de Colima, pues por aquí pasaba el Camino Real, construido en los tiempos de la Colonia, por el cual transitaban arrieros, unos a pie y otros en mulas y caballos, que venían desde Guadalajara a Colima para seguir rumbo al puerto de Manzanillo.
A través de un siglo dio el toque de modernidad y alegría a la ciudad de Colima. Los árboles plantados a sus extremos crecieron robustos y lozanos, cubriendo de sombra todo el trayecto del arroyo, en donde eran frecuentes los actos atléticos de las escuelas y de los deportistas. Siendo utilizada también como hipódromo o carreras de caballos. Aunque en la Revolución Cristera las vigorosas ramas de los sabinos sirvieron para inmolar rebeldes y personas inocentes.
De acuerdo a documentos del Archivo Histórico del Municipio de Colima, el camino que faldeaba el volcán por la zona oriente, lo mandó acondicionar el primer virrey de la Nueva España para convertirlo en el Camino Real. Los arrieros caminaban por esta vía de comunicación, unos a pie y otros en mulas por varias barrancas, montañas ríos y arroyos entre la exuberante vegetación y otros vericuetos, desde Guadalajara rumbo a Colima.
Pasaban por varios poblados de Jalisco y al llegar al Camino Real de la Villa de Colima, por la parte norte, donde se encuentra la Glorieta del DIF, se separaba en dos caminos: el de la derecha entraba al centro de lo que hoy es la ciudad, y por el izquierdo pasaba por la actual Calzada Pedro A. Galván. Este tramo lo recorrían quienes, sin entrar a la antigua Villa de Colima, venían de Guadalajara con rumbo al Puerto de Manzanillo.
En el Siglo 19, a los lados del Camino Real había tierras de cultivo circuladas con cercas de piedra, y a la mitad de este tramo del lado oriente, se encontraba el Panteón Civil de Colima con muros de adobe y que hacía cerrada (Camino Real de por medio), con la calle Real o principal, actualmente la calle Francisco I. Madero.
En los tiempos de la Guerra Cristera, algunos fueron fusilados y otros colgados de las ramas de los sabinos ubicados en la Calzada Galván, así como otros más en los guamúchiles de la Piedra Lisa.
CORONEL PEDRO A. GALVÁN
El iniciador de la Calzada Galván fue el general Pedro A. Galván, originario de Irapuato, Guanajuato, quien fue designado gobernador provisional de Colima, del 7 de junio de 1880 al 26 de septiembre de este mismo año. Con anterioridad, el general Galván había sido electo senador de la República en 1887, representando al Estado de Colima, y el 13 de julio de ese año fue declarado ciudadano colimense.
Durante ese breve tiempo de sus funciones, el general Galván realizó la remodelación y embellecimiento del Jardín de la Libertad, mejorando notablemente la presentación que con anterioridad se le había dado durante el gobierno del general Doroteo López.
Asimismo, inició la construcción de la hermosa Calzada Galván, que conservó durante muchos años los sabinos plantados desde que fue trazada.
Siendo gobernador de Colima, Manuel Gudiño Díaz, en su periodo 1943 y 1949, mejoró la vialidad, dotándola de machuelos, empedrados, iluminación de luz incandescente y construcción de tres glorietas Aldama, Madero y Díaz Mirón.
El 7 de septiembre de 1949, se inauguró la cancha de la Asociación Deportiva Colimense, ubicada entre la Calzada Galván y la calle Zaragoza, lado poniente.
En el siguiente gobierno de 1949 a 1955, el General de División, Jesús González Lugo, construye en la ciudad: la Diagonal, empezándola desde la Galván hasta la glorieta Díaz Mirón y Lerdo de Tejada.
En 1955, se erige el monumento al Rey de Colimán, obra del escultor Juan F. Olanguíbel, autor de la Diana Cazadora de la capital del país, y del Pípila en Guanajuato.
Sobre la acera izquierda, esquina con Juan José Ríos, construyó la Casa de Gobierno e introdujo agua y drenaje a la Calzada.
En la esquina con Nicolás Bravo se encontraba una ordeña y venta de leche; y más arriba, sobre la Guerrero, una granja de pollos dentro de una tamarindera.
De 1955 a 1961, el arquitecto Rodolfo Chávez Carrillo, gobernador del Estado, le da otra imagen, con el aumento de más iluminación con lámparas de luz incandescente, remodeló la Piedra Lisa, para convertirlo en parque infantil con vistosa figuras obras del artista visual colimense Jorge Chávez Carrillo. Además se hicieron nuevas construcciones: frente a la XX Zona Militar se construyó la Unidad Deportiva Ignacio Zaragoza, y en 1958 se instaló en ese lugar la Feria de Todos los Santos.
Había mayor control en la Feria, con portones de entrada y salida, por donde la concurrencia se distribuía a los espacios de las exposiciones agrícolas, ganaderas, comercial e industrial, a los puestos de fruta, ropa, loza, juegos de azar, cenadurías y juegos mecánicos.
En su gobierno, Francisco Velasco Curiel (1961 a 1967), construyó entre otras obras un casino ubicado frente a la Piedra Lisa, en los terrenos destinados para la Feria y frente al cuartel militar. Donde estaban recientemente las oficinas del DIF Estatal, acondicionó una finca para que fuera el Penal del Estado, que antes estaba en Maclovio Herrera número 33 y mejoró el sistema de agua y drenaje, así como la pavimentación de la vialidad.
Por esos años, la Calzada, a partir de la glorieta del Rey de Colimán, se empezó a transformar en zona residencial, donde algunas familias pudientes de Colima empezaron a edificar sus casas, poblándose de sur a norte.
Entre 1973 y 1979, en el gobierno de Arturo Noriega Pizano, se transformó nuevamente la Calzada, iluminándola con lámparas de luz mercurial de alta densidad, desde El Diezmo, Camino Real, Calzada Galván y Glorieta del Rey Colimán, incluyendo la Piedra Lisa, así como mejorando todo el sistema de agua y drenaje y la pavimentación.
La Feria, tras permanecer 20 años en las instalaciones de la Unidad Deportiva, en 1978 el gobierno estatal tomó la decisión de construir instalaciones especiales para la Feria Regional de Colima, en los terrenos inmediatos al poblado de La Estancia. También se traslada la Penal.
Construye la avenida Niños Héroes, edifica la Casa de la Cultura donde estaba la Feria, reconstruye para el DIF Estatal la finca donde fue el Penal del Estado. También construyen banquetas y colocan bancas en toda la Calzada, arreglan la Piedra Lisa, y le instalan una fuente monumental a la glorieta ubicada frente a las oficinas del DIF Estatal.
EL ÚLTIMO CAMBIO
El gobernador José Ignacio Peralta Sánchez inauguró el tramo remodelado de esta Calzada, que abarca de la Glorieta del DIF hasta la Glorieta de la Piedra Lisa, con una inversión de un poco más de 31 millones de pesos.
La vialidad se transformó, pues redujeron los carriles y colocaron concreto hidráulico, instalaron “bolardos”, ampliaron las banquetas, instalaron una ciclovía, cambiaron las bancas y renovaron la plazoleta del Congreso del Estado. También repusieron líneas de agua potable, drenaje, media tensión, baja tensión y ductos de cable. No obstante, la obra ocasionó quejas de los transportistas, automovilistas que consideran que la reducción de los carriles ocasiona congestionamiento vehicular.
El gobierno estatal tenía el proyecto de intervención de la segunda etapa de la Calzada Galván, la cual está detenida porque no hay recursos de la Federación, aunado a la inconformidad de los vecinos.
Recientemente, el Ayuntamiento de Colima comenzó la rehabilitación de esta emblemática vialidad, ya que requería una limpieza general, remozamiento de machuelos y banquetas, pintura de semáforos y señalización, así como poda de árboles.
Caminar por la Calzada, entre sus grandes árboles y sus amplias banquetas, sus edificios, sus glorietas, resulta para los ciudadanos un paseo por el tiempo.


Elena DEL TORO



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