Es oficial: Gran Bretaña fuera de la Unión Europea
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Viernes 31 de Enero de 2020 5:08 pm
+ -Llegó el momento después de un controvertido proceso iniciado en 2016 que involucró múltiples negociaciones, dos prórrogas, tres primeros ministros británicos y tres elecciones generales.
Llegó el
momento después de un largo, amargo y controvertido proceso iniciado en 2016
que involucró negociaciones interminables, dos prórrogas, tres primeros
ministros británicos y tres elecciones generales. Hoy el Reino Unido está
oficialmente fuera de la Unión Europea, pero una nueva ronda de conversaciones
se abrirá este año entre ambas partes. ¿Qué sigue tras el Brexit?
Empecemos con
el tema más acuciante y obvio, el periodo de transición establecido en el
Acuerdo de Retiro de la Unión Europea aprobado por el parlamento británico el 9
de enero de 2020, que establece un marco de 11 meses para discutir una
asociación más amplia. Y aquí comienzan otra vez los desacuerdos: Bruselas
considera muy estrecho el periodo y ha dado al Reino Unido la opción de
solicitar más tiempo, mientras que Londres insiste en que no habrá retrasos, al
afirmar que debe librarse de las leyes europeas lo más pronto posible.
Bajo el
"acuerdo de divorcio", la Comisión Europea, que planea diez mesas de
negociación para la enorme tarea por delante, incluyendo comercio, seguridad,
transporte, energía, pesca, datos, educación y cooperación científica, arrancó
su proceso de 30 etapas acordando sus objetivos antes de Navidad y se espera
que sean ratificados por los 27 miembros restantes de la Unión Europea el 25 de
febrero, seguido por una reunión del Consejo Europeo en marzo. Por tanto, es
improbable que las pláticas comiencen antes de ese mes.
Un comité de
representantes británicos y europeos que supervisará la aplicación del convenio
podrá reunirse a partir de mañana. Sin embargo, hay poca información respecto a
sus funciones o la periodicidad de sus sesiones.
En
preparación del proceso, Bruselas ha advertido que un Brexit "duro" o
sin acuerdo sigue siendo un riesgo para el próximo 31 de diciembre, al
enfatizar que la revisión de productos en las fronteras "se convertirá en
la norma" incluso si Reino Unido logra el pacto sin aranceles y cuotas que
busca.
Michel
Barnier, negociador en jefe de la Unión Europea para el Brexit, afirmó que la
salida británica del bloque—el primero en la historia, terminando con casi 50
años como miembro—tendría "consecuencias negativas". Durante una
visita el lunes a Irlanda del Norte, añadió que "cualquiera que sea el
acuerdo que alcancemos en nuestra relación futura, el Brexit siempre será un
asunto de limitar los daños".
Poco antes,
en Dublín, Irlanda, Barnier declaró que presentaría el borrador de un mandato
de negociación a los socios de la Unión Europea el lunes.
"Si no
tenemos un acuerdo, las cosas no serán como de costumbre y el estatus quo.
Tenemos que enfrentar el riesgo de estar al borde del precipicio, en particular
para el comercio", recalcó tras asegurar que "el Reino Unido convino
en un sistema reforzado de revisiones y controles de los productos que entren a
Irlanda del Norte desde Gran Bretaña", pese a los comentarios del primer
ministro británico Boris Johnson, quien afirmó que las revisiones no serán
necesarias.
En una
conferencia de prensa conjunta, Leo Varadkar, primer ministro irlandés, dijo
por su lado que la Unión Europea tendrá más fuerza en las pláticas comerciales
con el Reino Unido, al coincidir con Barnier en sus ventajas comparativas, ya
que 9% del comercio europeo se realiza con ese país, por 47% de las
exportaciones británicas que van a la Unión Europea.
Sin acuerdo
fragmentario
Varadkar
también advirtió que Bruselas no aceptará un pacto comercial "fragmentario"
en el que Londres tenga derechos sin obligaciones. "No es algo que volará
en Europa", agregó.
En un tono
más conciliador, Downing Street ha indicado que podría aceptar un acuerdo
parcial. Johnson se reunirá el miércoles con la nueva presidenta de la Comisión
Europea, Úrsula von der Leyen, después de una serie de comentarios de la
exministra de Defensa alemana, resaltando que "el drama del Brexit ya se
convirtió en una amarga lección para todos los populistas que han fantaseado
sobre dejar la Unión Europea".
El problema
de Johnson—o tal vez su as bajo la manga—es la falta de información acerca de
sus planes. Quiere negociar un convenio con base en el Acuerdo Integral
Económico y Comercial UE-Canadá de 2014, pero al mismo tiempo parece ansioso de
empezar conversaciones con Estados Unidos y otros países—India, Brasil y México
son mencionados por los promotores del "Reino Unido global"—sin las
provisiones de "cancha pareja" que atarían su nación a las reglas
europeas en el futuro.
Para empezar,
Johnson ha reducido el escrutinio legislativo de la próxima fase. El comité
para la Unión Europea de la Cámara de los Lores (cámara alta del Parlamento) ha
invitado sin resultados al secretario para el Brexit, Stephen Barclay, a fin de
que explique las etapas siguientes, aunque él dijo a BBC que los objetivos y
líneas rojas de la negociación serían publicadas.
La
dependencia de Barclay cerrará hoy, como parte de una reconfiguración del
gabinete que se espera para principios de febrero y que incluiría al Tesoro, el
Departamento de Comercio Internacional, la cancillería y otras agencias,
reportó The Guardian. Michael Gove, un "brexiteer duro", continuará
al frente de un comité especial para la Salida de la Unión Europeo, conocido
como XO, y se espera que tenga un papel clave en la nueva fase.
Como Barnier
y Von der Leyen han destacado, debe empezarse a trabajar con urgencia en los
arreglos para Irlanda del Norte que afectarán todo el comercio en ambos lados;
no obstante, la Unión Europea y la oficina fiscal y aduanera británica tendrán
que esperar a que se perfile un eventual acuerdo para diseñar los nuevos
sistemas fronterizos, posiblemente en el verano.
Otro asunto
pendiente es el futuro de los tres millones de ciudadanos británicos que viven
en la Unión Europea y están profundamente preocupados porque están siendo
"degradados masivamente" y serán usados por Bruselas para extraer
concesiones al Reino Unido.
Los
activistas han escrito a Barnier, argumentando que sus derechos deben ser
separados de las pláticas comerciales. Mientras que los derechos de los
pensionistas británicos se garantizaron en el acuerdo de salida, sostienen que
80% de sus compatriotas en la Unión Europea están en edad laboral o son más
jóvenes. Luego del periodo de transición, tendrán restricciones para trabajar
en el país donde actualmente residen.
Vale la pena
recordar que Irlanda del Norte y Escocia votaron a favor de permanecer en la
Unión Europea durante el histórico referéndum de 2016. Si hay preocupación por
la estabilidad de la primera una vez que los controles fronterizos se impongan,
probablemente creando cuellos de botella en el comercio y la movilidad de la
gente, en la segunda la victoria del gobernante Partido Nacional Escocés en las
elecciones generales del 12 de diciembre ha dado nuevo impulso a las
aspiraciones independistas.
No obstante,
este mes Johnson escribió a la primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, para
rechazar su solicitud de transferencia de facultades al Parlamento de Holyrood
en Edimburgo, necesaria para efectuar un segundo referéndum—el primero tuvo
lugar en 2014—sobre la independencia.
Como
Sturgeon, Johnson y su Partido Conservador lograron una impresionante victoria
en los comicios generales, instalando el gobierno más derechista en la historia
británica de posguerra. Pese a la creciente incertidumbre y los riesgos
económicos y políticos generados por el fin de casi 50 años de membresía en la
Unión Europea, así como de la política de austeridad que ha incrementado la
pobreza y la desigualdad, el Partido Laborista sufrió su peor derrota desde
1935.
A fin de
obtener este resultado, Johnson, los tories y las fuerzas detrás del Brexit—una
mezcla de populistas de derecha, nacionalistas y el sector financiero
neoliberal de la City de Londres—recurrieron desde el referéndum de 2016 a una
manipulación masiva en los medios que incluyó la satanización del ex líder
laborista Jeremy Corbyn, quien también fue incapaz de articular una alternativa
viable.
Esta vez, sin
embargo, el reloj avanza rumbo al verdadero Brexit en 2021 y Johnson tendrá que
cumplir sus promesas de un mundo feliz y la restauración del esplendor
británico del pasado, en un entorno dominado por la intensificación de la
competencia entre los grandes poderes.