Esposa de Renato Ibarra rompe el silencio sobre las agresiones; esto fue lo que dijo
Martes 10 de Marzo de 2020 1:04 pm
+ -La esposa del futbolista, Lucely Chalá, relató que la peor parte de toda la agresión fue que durante el altercado, su hijo estaba presente
Cuatro meses después de perder un bebé y ahora con un
embarazo de alto riesgo, Lucely Chalá buscaba refugiarse en el vestidor de su
casa. La familia de su esposo, el futbolista Renato Ibarra, la insultaba, la
arañaba, la golpeaban en la cara y en el cuerpo… y ahí, junto con ellos, el
americanista la tomó por el cabello y a jalones evitó que se defendiera.
“¡Me vale verga,
péguenles, no me importa si hay un muerto, péguenles!”, gritaba Renato mientras
el resto la agredía. Es el relato que hizo Lucely Chalá ante las autoridades de
la Fiscalía de Justicia capitalina (FGJCDMX) el viernes pasado a las 12:50
horas, mientras se encontraba convaleciente en un hospital del Pedregal.
Forma parte del expediente
CI-FTL/TLP-4/UI-1C/D/00586/03-2020, con el que ahora las autoridades acusan de
Tentativa de Feminicidio, Tentativa de Aborto y Violencia Familiar, al
deportista.
Lucely Estefanía Chalá contó que hace siete años comenzó la
relación con el jugador. En 2016, dijo, llegaron junto con su hijo de cinco
años, a vivir a Ciudad de México, luego de que lo contrataron las Águilas del
América. Según su relato, los problemas más fuertes que tuvieron en su
relación, comenzaron el pasado 28 de febrero. Aquel día, alrededor de las 14:00
horas, estaba platicando con él, y le comentó que ella creía que lo mejor sería
separarse.
La respuesta del jugador —contó ella— fue gritando y
agresiva. Le dijo que tenía que irse de la casa ya que él pagaba la renta.
Renato tomó el teléfono, llamó a su papá en Ecuador y le dijo “que le ayudara a
sacarme de la casa y que viajara a México para tales efectos”. Aquel día, el
ecuatoriano sacó una maleta y se fue de ahí. Temerosa de que cumpliera su
amenaza, Lucely tomó el teléfono y llamó a su hermana Ana Karen; le pidió que
tomara el primer vuelo de Ecuador a México, para ayudarla, y que la cuidara en
su embarazo de alto riesgo. El 1 de marzo, llegó su hermana. Pasaron un par de
días tranquilos, pero, a decir de Lucely, el día 3, Renato llegó “tomado” y
comenzó a pelear de nuevo, mientras ella estaba en la cocina. “Notando que
estaba tomado… ya que estaba tomando vino con un amigo de él, diciéndonos mi
concubino, a mis hermanas y a mí, de manera agresiva y gritándonos que nos
fuéramos de su casa que no quería que estuviéramos ahí, que era su casa que él
pagaba la renta”, relató ella.
Ahí, en la cocina, el deportista tomó un jarrón, lo lanzó y
estrelló contra una pared, al tiempo en que le gritó: “a la chingada, me tienen
harto me tienen hasta la verga”. “Entre otras palabras de majaderías”. Al día
siguiente, llegó la familia de Renato a su casa.
A decir de Lucely, llegaron a su recámara, desalojaron las
maletas de su hermana y se instalaron ahí. Ante esto, ellas dos, junto con su
hijo, tuvieron que dormir en la recámara del pequeño.
EL DÍA DEL ARRESTO
Para el 5 de marzo, las agresiones de la familia de Renato
hacia la mujer, ya eran constantes, según contó ella. Mientras el jugador se
fue a entrenar, ellos le dijeron que era una “sinvergüenza”, que no tenía
dignidad. Lucely y su hermana decidieron salir de la casa y regresar más noche.
Al volver, ya estaba el futbolista, por lo que Lucely le pidió que calmara a su
familia pues no dejaban de insultarla. En respuesta, relató ella, comenzó a
gritarle y le dijo: “A mí no me digas nada, ve tú y díselo a ellos, a mí no me
estés diciendo ni vergas”, le respondió el jugador del América.
Fue en ese momento cuando llegaron todos los familiares de
Renato a la recámara. La hermana de Lucely comenzó a grabar con su teléfono,
pero entonces la hermana del futbolista se le acercó y le dio una cachetada con
la mano derecha. Lucely se levantó de la cama para defender a su hermana, pero
quienes estaban ahí “me empiezan a agredir físicamente con golpes en la cara y
cuerpo, así como me rasguñaban”.
“Mi concubino me toma
de mi cabello y me da jalones tratando de evitar que me defendiera, por lo que
somos acorralados en el vestidor mientras que nos gritaban: por qué no salíamos
si somos tan valientes, que nos iban a golpear que estábamos picadas por el
dinero de mi concubino”, contó.
Lucely recordó que en ese instante Renato Ibarra gritó: “me
vale verga, péguenles, no me importa si hay un muerto, péguenles”. La hermana
del americanista y una de sus acompañantes “me golpeaban y arañaban en el pecho
y Marlon Aguas le dio un empujón a mi hermana Ana Karen por la espalda provocando
que cayera al suelo en la alfombra”. Un amigo de Renato les advirtió que la
Policía estaba llegando. Aún así, el deportista no cesó en sus insultos.
“Hijas de puta
mantenidas”, gritaba. Instantes después un par de patrullas de la Secretaría de
Seguridad Ciudadana (SSC) se presentaron en el domicilio. Los agentes habían
llegado ya para ayudarla…