Tenemos que prevenir el virus de la xenofobia
FOTO INTERNET
Sábado 28 de Marzo de 2020 10:06 am
+ -El coronavirus no conoce fronteras. Debemos exigir corresponsabilidad a nuestro vecino del norte para frenar su expansión a través del acceso a la salud y protección para la población migrante y solicitante de asilo y refugiada.
Por.
Ana Lorena Delgadillo,
directora de la Fundación para la Justicia y el Estado de Derecho
Gretchen Kuhner, directora
del Instituto para las Mujeres en la Migración, AC.
Alejandra Macías, directora
de Asylum Access México
Ante la
pandemia por COVID-19, muchos gobiernos están anunciando el cierre de fronteras
y restricciones para la entrada de extranjeros. Donald Trump, quien está en plena
campaña de reelección, ya comenzó a anunciar medidas unilaterales de cierre
parcial de la frontera con México. El gobierno mexicano también ha aceptado
recibir personas deportadas de otros países. A la emergencia sanitaria ya se
está sumando la emergencia migratoria, sin que México cuente con planes,
infraestructura o personal médico suficiente para cuidar la salud de los
migrantes.
Antes de la
emergencia, en México, ya había miles de mujeres, niños y hombres en centros de
detención de migrantes que viven hacinados y sin acceso a los servicios
básicos. Si el COVID-19 cundiera en esos sitios, los migrantes podrían ser
señalados injustamente como foco de contagio. Cuando la pandemia comience a
saturar los hospitales en México, no sería sorprendente que la gente exija que
la atención médica se brinde primero a ciudadanos mexicanos. Lo peor que podría
pasar es que, además del coronavirus, los migrantes sufran a causa del “virus”
de la xenofobia, que es muy contagioso y también cobra vidas.
Los virus no
preguntan por el estatus migratorio: afectan a todos los seres humanos por
igual y por eso debemos atender a todas las personas por igual. Desde la
sociedad civil proponemos un conjunto de acciones alineadas a las
recomendaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y de la propia
Comisión Nacional de Derechos Humanos. Hoy, más que nunca, debemos:
Esta difícil contingencia sanitaria es un
recordatorio claro de que los mexicanos nos hemos tardado mucho en promover una
migración más justa y humana. Por decencia básica las políticas migratorias
deben repensarse: no podemos tener a miles de mujeres, niños, ancianos y
hombres hacinados en condiciones insalubres por falta de documentos. México es
un gran país, y los grandes países tienen políticas migratorias que respetan
los derechos de todas las personas, incluyendo el derecho humano a la atención
médica. Tenemos que hacerlo mejor y tenemos que hacerlo ya. Ante la pandemia,
no hay tiempo que perder.