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Dimite Stephanie Grisham, portavoz de Donald Trump



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Martes 07 de Abril de 2020 6:41 pm

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Stephanie Grisham, portavoz del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, rompió con la tradición establecida durante décadas en Washington y nunca apareció en la sala de prensa de la Casa Blanca para responder las preguntas de periodistas.

Stephanie Grisham, portavoz del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dejará en breve su cargo para volver a trabajar con la esposa del mandatario, Melania Trump, anunció la Casa Blanca el martes.

Grisham, de 43 años y que tomó el prestigioso cargo de secretaria de prensa hace menos de un año, rompió con la tradición establecida durante décadas en Washington y nunca apareció en la sala de prensa de la Casa Blanca para responder las preguntas de los periodistas.

Llegó otra vez la época de cambios y movimiento de piezas en la Casa Blanca, concretamente en el volátil departamento de comunicación.

La invisible Stephanie Grisham, que en 279 días como portavoz presidencial no dio ni una conferencia de prensa, dejó el cargo para volver a la oficina de la Primera Dama como jefa de gabinete y vocera.

Es la tercera en abandonar el puesto tras los polémicos y mediáticos Sean Spicer y Sarah Sanders, figuras más prominentes dentro del organigrama de la administración Trump. Grisham sólo dejó escuchar su voz en la cadena conservadora Fox News, único espacio en el que hizo su trabajo de contacto con la prensa en público.

La ya ex portavoz presidencial tenía una gran valedora en Melania Trump, quien la ha recuperado para su equipo, y para muchos la razón por la que consiguió el puesto en primer lugar y, ahora, para no caer en desgracia y seguir ligada a la administración.

En tiempos de coronavirus y con las elecciones en el horizonte, todo apunta que la nueva cara visible del gobierno Trump será otra mujer, Kayleigh McEnany, hasta ahora portavoz de la campaña de reelección de Trump y cara muy conocida en los sectores conservadores, ya que era una de las principales defensoras del presidente en las cadenas televisivas.

El movimiento tiene muchos ángulos a destacar. El primero, la llegada de un nuevo jefe de gabinete al círculo cercano de Trump: Mark Meadows, que estrenaba su nuevo cargo este mismo martes, quiere cambiar la comunicación de la Casa Blanca y para eso era necesario sangre nueva.

La lealtad de McEnany a Trump queda fuera de discusión, y sus hiperbólicas declaraciones, asegurando que la Covid-19 nunca llegaría a Estados Unidos gracias al presidente o incluso la reiteración de que el mandatario nunca ha mentido en sus más de tres años en el Despacho Oval no han pasado desapercibidos, menos para un Trump que elogia y venera a quienes le defienden a capa y espada en televisión.

Otro punto es la nueva dinámica mediática que vive Estados Unidos. Con las restricciones sociales impuestas por la situación de la pandemia del coronavirus, Trump ha convertido el podio de la sala de prensa de la Casa Blanca en su púlpito personal, donde aparece cada día para lanzar su mensaje desinformado y electoralista.

La llegada de McEnany servirá para reforzar las sinergias entre el mensaje oficial y el de la campaña, remando en una única dirección. Según los rumores, es probable que se reinstalen las conferencias de prensa diarias de la portavoz presidencial, que hace más de un año que desaparecieron completamente.

No es el único cambio dentro del organigrama comunicacional de la Casa Blanca. Meadows reclutará también a Alyssa Farah, vocera del Pentágono, para que sea directora de comunicación estratégica. Farah anteriormente había sido directora de comunicación del Freedom Caucus, ultraconservador grupo de congresistas otrora liderado por Meadows.

EL UNIVERSAL



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