Atrapados, tripulantes de cruceros viven su propio calvario en el mar por COVID-19
Miércoles 08 de Abril de 2020 12:58 pm
+ -La Guardia Costera de EE.UU. señaló que solo en aguas de Florida hay por los menos 35 mil trabajadores que están embarcados en 35 cruceros paralizados
El calvario de miles de tripulantes de cruceros que permanecen embarcados, algunos enfermos, sin esperanza de regresar pronto a sus países e incluso bajo amenazas de recortes salariales subyace al de los pasajeros, que tuvieron la prioridad a la hora de la evacuación en medio de la crisis del coronavirus COVID-19.
Aunque no hay cálculo exacto de cuántos son los trabajadores del mar en estas condiciones, la Guardia Costera de EE.UU. señaló esta semana que solo en aguas de Florida hay por los menos 35 mil están embarcados en 35 cruceros paralizados por las medidas preventivas frente al nuevo virus.
La Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (ITF) dijo a Efe que es “muy difícil estimar” cuántos de estos trabajadores siguen atrapados en los barcos tanto de recreo como comerciales.
Johan Oyen, dirigente de cruceros del sindicato ITF, subrayó que la industria está tratando de repatriarlos por aerolíneas comerciales, vuelos charter y otras embarcaciones, pero “las fronteras cerradas no están ayudando”.
El hondureño Humberto Gómez, uno de los marinos atrapados, contó que está desesperado a bordo del Grand Celebration, un crucero que suele hacer rutas cortas entre el sur de Florida y el archipiélago de Bahamas.
Además de la incertidumbre de cuándo podrá regresar a su país y estar con su familia, Gómez denunció que en la última semana los tripulantes, que él calcula en un centenar, se vieron obligados a firmar una carta en la que aceptaron una reducción del 30 por ciento del salario debido al coronavirus.
“A mi no me gustó nada, pero la firmé por temor”, expresó este electricista del Grand Celebration, barco anclado en el puerto de Palm Beach, en el sur de Florida, la región del estado más afectada por el COVID-19.
El hondureño subrayó que una tercera parte de la tripulación es de origen latinoamericano y que en su mayoría trabajan como él en el cuarto de máquinas. Dijo que todo están desesperados por salir.
Detalló que algunos que se rehusaron a firmar el documento fueron despedidos, pero que igual permanecen a bordo debido a las restricciones de desembarque en Florida, especialmente en el sur, donde están los puertos de Everglades, Palm Beach y Miami.
Michael Andrade, otro marino hondureño y que lleva dos meses embarcado en el Sirena de Oceania Cruises, denunció también recortes salariales y el olvido del gobierno de su país.
“No quise entrar en controversia con los jefes”, dijo sobre la aceptación de la reducción de su sueldo este marino, que manifestó estar desesperado porque solo trabaja dos o tres horas diarias y mantiene el resto del tiempo confinado en una cabina.