La contingencia sanitaria por el Covid-10 ha provocado pérdidas por casi 100 por ciento en las ventas de comerciantes aledaños al templo del Rancho de Villa. Socorro Meza Palacios tiene más de 40 años vendiendo encaladillas y empanadas en ese lugar, y mencionó que las ventas cayeron de manera considerable. “Sí vendemos, pero no igual, no hay trabajo ni camiones para que la gente pueda acudir a ver al Señor de la Expiración, como cada martes. El taxi es muy caro”, dijo. Explicó que el martes pasado en todo el día vendió la mitad de un chiquigüite, por lo que las empanadas que le sobraron las regaló para no tirarlas. Detalló que por parte del Ayuntamiento de Colima les dijeron que el próximo martes 2 de junio van a regresar todos los tianguistas, aunque desconoce si van abrir el templo. “La gente viene y se va porque está cerrado todo, el clero y nosotros estamos sin comer, ellos sin limosna y nosotros sin venta”, expresó. A pesar de ello, cada 8 días sigue acudiendo a vender lo poco que se pueda, desde las 6 de la mañana hasta las 7 de la tarde. Finalmente, dijo que las personas que todavía acuden llegan con cubrebocas, “también a nosotros como comerciantes, las autoridades nos exigen cubrebocas, gel antibacterial y guantes o bolsas”.
