La Vía Láctea podría albergar 36 civilizaciones inteligentes
Lunes 15 de Junio de 2020 1:19 pm
+ -La estimación ha sido llevada a cabo por dos profesores de la Universidad de Nottingham en base a las condiciones que se dieron en la Tierra
¿Existen otras formas de vida inteligente en el universo?
Esta intrigante pregunta se ha intentado responder mediante estimaciones del
número de posibles civilizaciones extraterrestres, aunque sin mucho éxito por
el momento.
Un nuevo estudio desarrollado por dos investigadores de la
Universidad de Nottingham (Inglaterra) y publicado hoy en The Astrophysical
Journal ha conseguido acotar los números y ajustar a 36 las civilizaciones con
capacidad de comunicación que podrían habitar en nuestra propia galaxia, la Vía
Láctea. Sin duda mejoran mucho las aproximaciones previas que, según indica la
universidad en un comunicado, abarcaban entre cero y miles de millones.
Para llegar al resultado, el profesor de Astrofísica
Christopher Conselice junto con Tom Westby, docente en la facultad de
Ingeniería, adoptaron un nuevo enfoque. Los autores se basaron en el supuesto
de que la vida inteligente se forma en otros planetas de manera similar a como
lo hace en la Tierra -la única situación en la que se sabe que existe una
civilización de clasificada como tal- y que se da bajo una serie de condiciones
que denominaron el principio Astrobiológico de Copérnico.
“El método clásico
para estimar el número de civilizaciones inteligentes se basa en hacer
conjeturas de los valores relacionados con la vida, por lo que las opiniones
sobre estos asuntos varían de manera sustancial. Nuestro nuevo estudio
simplifica estas suposiciones utilizando nuevos datos, dándonos una sólida
estimación del número de civilizaciones en nuestra galaxia”, explica Westby, el
primer autor del estudio.
La vida en la Tierra se ha desarrollado en un entorno rico
en metales y ha requerido aproximadamente 5 mil millones de años para hacerlo.
A partir de ahí, los autores plantearon el número de posibles civilizaciones en
función de diferentes escenarios que categorizaron en dos condiciones. En un
extremo estaría el principio copernicano astrobiológico débil, de modo que un
planeta formaría vida inteligente a partir de los 5 mil millones de años, pero
no antes. La otra es la condición fuerte en la que la vida debe formarse entre
4 mil 500 y 5 mil 500 millones de años.
“En el criterio
fuerte, según el cual se necesita un contenido de metal igual al del Sol -el
Sol es relativamente rico en metales-, calculamos que debería haber alrededor
de 36 civilizaciones activas en nuestra Galaxia”, explica Westby.
Se trata de un límite inferior, basado en el supuesto de que
el tiempo de vida medio de una civilización con capacidad de comunicación es de
100 años ya que nuestra propia civilización ha tenido comunicaciones por radio
durante ese tiempo. Pero dado el tamaño de la Vía Láctea, la distancia promedio
a la que se podrían encontrar estas otras formas de sería de 17 mil años luz,
así que tanto la detección como la comunicación con nuestros vecinos
resultarían muy difíciles con la tecnología actual.
El estudio tampoco descarta que la nuestra sea la única
civilización dentro de la galaxia, a menos que los tiempos de supervivencia de
otros habitantes inteligentes sean largos. La probabilidad de que sus estrellas
anfitrionas sean estrellas similares al Sol es extremadamente pequeña y la
mayoría tendrían que ser enanas tipo M, que pueden no ser lo suficientemente
estables como para albergar vida durante largos períodos de tiempo.
“Nuestra nueva investigación sugiere que la búsqueda de
civilizaciones inteligentes extraterrestres no solo revela la existencia de
cómo se forma la vida, sino que también nos da pistas sobre cuánto tiempo
durará nuestra propia civilización. Si descubrimos que la vida inteligente es
común, entonces esto sería revelar que nuestra civilización podría existir por
mucho más de unos pocos cientos de años, alternativamente, si encontramos que
no hay civilizaciones activas en nuestra galaxia, es una mala señal para
nuestra propia existencia a largo plazo. Al buscar vida inteligente
extraterrestre, incluso si no encontramos nada, estamos descubriendo nuestro
propio futuro y destino”, concluye Conselice.