Maestra acudirá casa por casa a dar clase en Michoacán
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Lunes 24 de Agosto de 2020 5:48 pm
+ -Para la profesora Juana Acosta es una tristeza y una frustración que ocho de los alumnos de que tuvo el año pasado, desertaran y no puedan continuar este ciclo escolar.
Entre
pobreza, desempleo, falta de herramientas tecnológicas, ni televisión, una
docente michoacana inicia este ciclo escolar a distancia. Asegura que nada ni
nadie la detendrá.
Primero la
violencia y la extrema pobreza; ahora, será el coronavirus un problema más al
que se enfrentarán la profesora Juana Acosta Cortés y sus alumnos de
preescolar.
Para la
docente de Tierra Caliente es una tristeza y una frustración, que ocho de los
alumnos que tuvo el año pasado, desertaran y no puedan continuar este ciclo
escolar.
Recriminó que
en el jardín de niños de la comunidad de Rancho Nuevo, municipio de Múgica,
Michoacán, donde está asignada desde hace 7 años, no tengan ni un salón de
clases.
Mucho menos,
lamentó, que sus alumnos tengan los elementos y herramientas indispensables
para enfrentar este nuevo inicio de ciclo escolar a distancia.
Juanita
Acosta, la docente más reconocida y querida de la región, reveló que de los 11
alumnos que atenderá este ciclo escolar, ocho no tienen ni televisión en las
chozas.
“Todos viven
en casitas de cartón y son muy muy pobres, así que no sé cómo le voy a hacer,
pero no voy a dejar a mis hijos [alumnos], abandonados”, expresó.
“La Chula”,
como le llaman de cariño a la profesora de 51 años de edad y 16 de docencia,
advierte que irá a cada casa de sus alumnos, para darles la clase.
“Voy a llegar
a los niños y trabajar con ellos. Voy a buscar alternativas y de allí me voy a
enfocar hacia ellos, para que no se queden sin educación y tengan un
aprendizaje mejor, a pesar de esta pandemia que se vive en todo el mundo”,
resalta.
Eso sí,
aclara, tomará todas las medidas sanitarias que eviten un contagio entre sus
niños, todos, de entre 4 y 6 años de edad.
Pero asegura
que nada la detendrá para cumplir con su responsabilidad de enseñar y ayudar a
la formación de sus pequeños grandes alumnos.
Para la
maestra Juanita, “los salones de clases estarán vacíos, pero mi corazón estará
lleno de sonrisas”, remata enfática.