La lista de engaños crece: alimentos no cumplen lo que prometen
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Jueves 15 de Octubre de 2020 5:32 pm
+ -En lo que va de 2020, la Profeco ha realizado diversos análisis en los que advierte que cremas, quesos, mantequillas, embutidos y bebidas no cumplen con las normas mexicanas; consulta aquí el listado.
La lista de
engaños en alimentos crece, como resultado de los estudios que realiza el
Laboratorio de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), a través de
los cuales se alerta sobre incumplimientos en normas, uso de una denominación
sin tener las características que la respalden u ofrecen un menor contenido de
producto al que dice en la etiqueta.
A la fecha se
han detectado irregularidades en lácteos como quesos, yogures, cremas
comestibles y mantequillas, pero también en embutidos como salchichas y
jamones, así como en bebidas carbonatadas energetizantes, agua con aloe y
licores.
En algunos
casos se trata de alimentos o bebidas con alto contenido de azúcar, calorías y
grasas que pueden afectar la salud.
El pasado 30
de agosto entró en vigor la Ley de Infraestructura de la Calidad, que en su
artículo 3 numeral XI contempla "ordenar la suspensión o prohibición de la
comercialización de bienes, productos y servicios, incluyendo la inmovilización
de los mismos para impedir su comercialización, así como establecer las medidas
tendientes a proteger a los consumidores o usuarios finales de aquellos bienes,
productos y servicios respecto de los cuales se hayan detectado incumplimiento
con las Normas Oficiales Mexicanas".
Ello
significa que, en caso de incumplimiento, la autoridad puede impedir su venta,
como lo anunció este martes para una veintena de quesos y yogures analizados
recientemente.
Entre 2019 y
2020, los incumplimientos de normas de empresas fabricantes o productos que no
resultaron ser lo que decían sus etiquetas son los siguientes:
*Yogures para
beber, que parecen más "jarabes" que lácteos por su gran cantidad de
edulcorantes, además de que no contienen el porcentaje de proteína mínimo para
clasificar como yogurt.
*Jamones de
pavo y de cerdo que contienen soya sin indicarlo, combinan varios tipos de
cárnicos sin hacerlo explícito o tienen un contenido de carne menor e incumplen
la norma. El etiquetado es poco veraz al decir que es un producto extrafino o
fino, pues contienen fécula de papa, maíz o chícharo o utilizan carragenina
para aumentar la capacidad de retención de agua.
*Salchichas
de pavo, pechuga de pavo, hot dog, viena o cocktail que incumplen con la
normatividad, no dan información veraz, contienen soya sin especificarlo o
dicen ser light, pero en realidad no lo son porque tienen alto contenido de
grasa y calorías, o contienen menos de 9.5% de proteína.
*Bebidas
carbonatadas con cafeína y otros ingredientes que rebasaron la recomendación
del nivel máximo de ingesta de azúcares al día de acuerdo con la Organización
Mundial de la Salud, mientras que en algunos casos registran altos niveles de
cafeína.
*Mantequillas
que no lo son porque contienen grasa vegetal o grasa que no es de leche, o
bien, dicen ser reducidas en grasa sin cumplirlo. Algunas marcas fueron sujetas
a actos administrativos por infracciones a la ley, imponiéndoles sanción.
*Quesos que
no son 100% de leche porque adicionan grasas vegetales, no especifican el valor
nutrimental, no declaran los ingredientes, no detallan el país de origen, e
incluso algunos traen menos producto de lo que declaran la etiqueta.
*Aguas con
sábila o aloe vera que en realidad no contienen esa planta o apenas incluyen
0.01% de extracto.
*Licores que
tienen más alcohol del máximo permitido o declaran tener menor porcentaje de
alcohol del que realmente tienen o que muestran leyendas que hacen creer que
por beberlos se generará alguna ventaja para el consumidor.
*Cremas
comestibles que incumplen en calidad, tienen menor contenido de proteína
respecto a lo que marca la norma o tienen una mayor cantidad de grasa vegetal y
no pueden denominarse crema.
*Carne para
hamburguesas de res o de pollo que contienen soya, pellejos o piel de pollo y
carne de cerdo que no se detallan en el etiquetado.
*Atún que
contiene más soya que pescado, algo que ya se subsanó con la entrada en vigor
de la nueva normatividad que limita el contenido de ese ingrediente.
*Bebidas
vegetales de coco, soya, almendra, avena, entre otras, cuyo principal
componente es agua, seguido de azúcares, grasas y proteínas, que se venden a
altos precios.
*Aceites
gourmets como los de ajonjolí, aguacate, cacahuate, de olivo y de semilla de
uva que en realidad están adulterados con aceite de cártamo, de soya o canola,
sin indicarlo en su etiqueta.