Celebra papa Francisco misa con nuevos cardenales
Domingo 29 de Noviembre de 2020 3:13 pm
+ -"Comenzamos rápido a quejarnos de todo, luego sentimos que somos víctimas de los otros y al final hacemos complots de todo", reflexionó el papa Francisco
El papa Francisco celebró este domingo la misa con los
nuevos cardenales nombrados el sábado y a quienes alertó del peligro de la
mediocridad, “cuando se sigue adelante por inercia, preocupándonos solo por
tener una vida tranquila”.
La misa volvió, como durante el consistorio del sábado, a
ser una ceremonia marcada por la pandemia, con solo un cerca de un centenar de
fieles, familia y allegados de los nuevos cardenales, en una vacía basílica de
San Pedro y todos ellos con cubrebocas.
Entre los 13 nuevos cardenales se encontraban el arzobispo
de Santiago de Chile, el español Celestino Aós, y el obispo emérito de San
Cristóbal de las Casas (México), Felipe Arizmedi Esquivel. Debido a la pandemia
no pudieron llegar a Roma dos purpurados: Cornelius Sim, vicario apostólico de
Brunei y José F. Advincula, arzobispo de Capiz (Filipinas).
Francisco en su homilía preguntó: “Y si nos esperan en el
Cielo, ¿por qué vivir con pretensiones terrenales? ¿Por qué agobiarse por
alcanzar un poco de dinero, fama, éxito, todas cosas efímeras? ¿Por qué perder
el tiempo quejándose de la noche mientras nos espera la luz del día?”.
Comentando la traición de los apóstoles a Jesús tras su
muerte, el papa advirtió que “hay un sueño peligroso: el sueño de la
mediocridad. Llega cuando olvidamos nuestro primer amor y seguimos adelante por
inercia, preocupándonos sólo por tener una vida tranquila”.
“Pero sin impulsos de amor a Dios, sin esperar su novedad,
nos volvemos mediocres, tibios, mundanos. Y esto carcome la fe, porque la fe es
lo opuesto a la mediocridad: es el ardiente deseo de Dios, es la valentía
perseverante para convertirse, es valor para amar, es salir siempre adelante”,
dijo.
Y ante este peligro de la mediocridad, el papa argentino
señaló la necesidad de la oración, que “nos despierta de la tibieza de una vida
horizontal, eleva nuestra mirada hacia lo alto, nos sintoniza con el Señor”.
También alertó contra “el sueño de la indiferencia“, que
ocurre cuando “se es indiferente”, cuando “se ve todo igual, como de noche, y
no le importa quién está cerca. Cuando solo giramos alrededor de nosotros
mismos y de nuestras necesidades, indiferentes a las de los demás, la noche cae
en el corazón”.
“Comenzamos rápido a quejarnos de todo, luego sentimos que
somos víctimas de los otros y al final hacemos complots de todo. Hoy parece que
esta noche ha caído sobre muchos, que exigen solo para sí mismos y se
desinteresan de los demás”, señaló.