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Brandon Bernard, el condenado a muerte por quien piden piedad en Estados Unidos



Jueves 10 de Diciembre de 2020 12:19 pm

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Defensa dice que es una medida desproporcionada. Brandon Bernard podría ser ejecutado hoy


Hoy, cuando se conmemora el día de los Derechos Humanos, el Gobierno de Estados Unidos tiene previsto aplicar una inyección letal a Brandon Bernard, un hombre afroamericano de 40 años, condenado a muerte por actuar como cómplice de un crimen cuando tenía 18.
La decisión se dio a conocer el pasado 16 de octubre, cuando el Departamento de Justicia emitió un comunicado titulado “Ejecuciones programadas para dos presos federales condenados por asesinatos atroces”, en el cual se reseña que Bernard fue condenado en el 2000 por asesinar un año antes, junto a sus cómplices, a dos líderes religiosos juveniles.
Sin embargo, a pocas horas de que se haga efectiva la orden del fiscal general William P. Barr, el caso es motivo de controversia, pues cinco de los nueve miembros del jurado que votaron hace 20 años para condenar a Bernard, así como una ex fiscal federal que en su momento justificó su sentencia de muerte, ahora piden que se le perdone la vida.
Incluso, figuras públicas como la empresaria y celebridad Kim Kardashian West han abogado por detener la ejecución.
La ejecución de Bernard está programa para este jueves 10 de diciembre en horas de la noche. Se trataría de la primera de una serie de ejecuciones ordenadas por Trump semanas antes de abandonar la Casa Blanca.
EL CASO
Brandon Bernard es un hombre afroamericano de 40 años oriundo de Texas. Su pena de muerte está programada en la prisión federal de Terre Haute (Indiana), pues, de acuerdo con el Departamento de Justicia, él “y sus cómplices asesinaron brutalmente a dos ministros de la juventud, Todd y Stacie Bagley, en una reserva militar en 1999”.
La versión de los fiscales federales dice que esa noche Todd Bagley accedió a llevar a “varios de los cómplices de Bernard” en su carro. En un momento, “le apuntaron con un arma, lo obligaron a él y a Stacie a entrar en el maletero, y condujeron con la pareja allí dentro durante horas mientras intentaban robar su dinero y empeñar el anillo de bodas de Stacie”.
Agregan que, “mientras estaban encerrados en el maletero, la pareja habló con sus secuestradores sobre Dios y suplicó por sus vidas”.
Esa versión finaliza asegurando que los hechos se dieron así: “Los secuestradores aparcaron en la reserva militar de Fort Hood, donde Bernard y otro cómplice rociaron el coche con un líquido inflamable, mientras la pareja, todavía encerrada en el maletero, cantaba y rezaba. Después de que Stacie dijera: ‘Jesús te ama’ y ‘Jesús, cuídanos’, uno de los cómplices les disparó a Todd y a Stacie en la cabeza, matando a Todd y dejando a Stacie inconsciente. Bernard luego prendió fuego al carro, matando a Stacie por inhalación de humo”.
En junio del 2000, un jurado del Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Oeste de Texas declaró a Bernard culpable, entre otros delitos, de dos cargos de asesinato dentro de la jurisdicción especial marítima y territorial de los Estados Unidos, y recomendó por unanimidad la pena de muerte. Su condena y sentencia fueron confirmadas en apelación, y todos los tribunales que lo consideraron rechazaron su solicitud de reparación colateral.
Sin embargo, los abogados de Bernard han insistido en que su cliente tenía solo 18 años en el momento del crimen y, sobre todo, que no tuvo un papel protagónico en este, por lo que consideran que la sentencia de muerte es una decisión desproporcionada para el caso.
UN LLAMADO DE CLEMENCIA
Esta no sería la primera ejecución que se da en el marco del caso por el asesinato de Todd y Stacie Bagley. Christopher Vialva, quien también participó en el crimen y es señalado de ser el responsable de dispararles a las víctimas, fue ejecutado el pasado 22 de septiembre.
Debido a que los asesinatos tuvieron lugar en una reserva militar, se consideraron delitos federales. Y, por eso, se ordenó pena de muerte para Bernard y Vialva, en ese entonces adolescentes de 18 y 19 años, respectivamente, por ser los únicos adultos legales involucrados en el crimen.
Pero Brandon Bernard y sus abogados están librando hoy una batalla desesperada para conseguir un destino distinto. Actualmente, tienen una petición de clemencia pendiente ante el saliente presidente Donald Trump y han presentado mociones en un tribunal federal. Y es que, en caso de que su fecha de ejecución se retrase al menos seis semanas, su destino lo definirá la nueva administración, liderada por Joe Biden, quien, cabe mencionar, ha dicho estar en contra de la pena de muerte.
Pero al margen de las acciones de la defensa, se han conocido otras versiones que, dos décadas después, le darían un semblante distinto al caso de Bernard.
Gary McClung, uno de los miembros del jurado que votó a favor de la pena de muerte de Bernard en el 2000, le dijo hace unos días a CBS News que “la pena de muerte es demasiado severa para su nivel de participación en este crimen”. Y aseguró que ese también era su sentir en ese entonces. "Siempre he luchado, supongo, especialmente en ese momento de mi vida, para defender mis convicciones. Y ahora lo lamento", agregó.
Como McClung, hay otros cuatro miembros del jurado de ese entonces que hoy consideran que Bernard no debería ser ejecutado, pues dicen que cuentan con más información de lo ocurrido. De hecho, activistas y organizaciones que han seguido el caso, así como la misma defensa, denuncian que Brandon contó con una defensa deficiente y que 11 de los 12 miembros del jurado que lo condenó eran blancos, por lo que se le dio fuerza a una imagen incompleta y racista de Bernard y sus antecedentes.
"El crimen involucró a un grupo de adolescentes negros que cometieron un crimen contra dos víctimas blancas", dijo el abogado Robert Owen, quien ha luchado para sacar a Bernard del llamado ‘corredor de la muerte’ durante los 20 años posteriores a su condena. "Esas son dinámicas que, históricamente, se han asociado con una presión para retomar la pena de muerte".
Otra voz que se sumó al llamado de clemencia, y quizá con mayor contundencia, fue la de una ex fiscal federal clave en el caso. Se trata de Angela Moore, quien en su momento rechazó una apelación de Bernard para intentar anular su condena y sentencia. Sin embargo, hace dos semanas, en un artículo de opinión en The Indianapolis Star, Moore manifestó que “ejecutar a Brandon sería una terrible mancha en el honor de la nación”.
La ex fiscal federal ha presionado públicamente para que se anule la sentencia de muerte de Bernard. En una ocasión, se le preguntó por qué y respondió que eran “las razones legales, además de mis propias creencias personales, es la evidencia y lo que hemos descubierto desde entonces".
 “El señor Bernard no disparó ni mató a las víctimas en este caso", aseguró Moore. "Él no fue la persona que planeó que este robo saliera mal", agregó, al tiempo que dijo que “no habría importado” si hubiera hablado antes como fiscal. “Cuando eres fiscal, al menos en nuestro distrito, no puedes admitir errores”.
"No debería ser ejecutado. Nunca. Es bárbaro, es horrible, y no se lo merece", concluyó Moore.
Este caso ha cobrado tal relevancia mediática, que incluso figuras públicas como Kim Kardashian se han pronunciado al respecto. La empresaria, quien hace un tiempo presionó con éxito al presidente Trump sobre problemas ​​de la reforma de la justicia penal de ese país, publicó un llamado a la acción en su cuenta de Twitter.
"Si bien Brandon participó en este crimen, su papel fue menor en comparación con el de los otros adolescentes involucrados, dos de los cuales ya están en casa desde la cárcel", tuiteó, y agregó: "Se cometió un crimen terrible y que yo esté luchando por una suspensión de la ejecución no quita la simpatía que tengo por Todd y Stacie Bagley y sus familias".
Este jueves, hacia el mediodía, Kardashian, quien actualmente estudia para ser abogada en California y ha enviado numerosos tweets sobre el caso, escribió: "He estado llorando toda la mañana. Brandon Bernard será ejecutado en 6 horas".
Los llamados a la piedad no acaban ahí. En noviembre, decenas de personas, incluidos miembros del jurado del juicio de Bernard, firmaron una petición de indulto pidiéndole al presidente Trump conmutar su sentencia de muerte, considerando la edad de Brandon en el momento del crimen (18 años), su buen comportamiento en prisión, su remordimiento y su labor de divulgación mientras estuvo encarcelado, pues se conoció que asesoró a otros convictos, sobre todo jóvenes.
En concreto, la petición está encaminada a que se le conmute la pena de muerte por la cadena perpetua.
La familia de Brandon Bernard dice, por su parte, que la pena de muerte es una medida desproporcionada. “No creo que el castigo que le están dando se ajuste al crimen”, dijo su madre. Entre tanto, la madre de Todd Bagley, una de las víctimas, dijo en un comunicado: "Creo que cuando alguien deliberadamente le quita la vida a otro debe sufrir las consecuencias de sus acciones".
LO QUE DICE LA DEFENSA DE BERNARD
Este 02 de diciembre el juez federal de Distrito, Alan Albright, del Distrito Occidental de Texas, negó una solicitud de suspensión de la ejecución, argumentando que no tenía jurisdicción sobre el caso.
Los abogados de Bernard solicitaron la suspensión en noviembre después de asegurar que habían descubierto evidencia que muestra que su cliente tuvo un papel menor tanto en el crimen como dentro de la pandilla que perpetró los asesinatos.
"Brandon Bernard ha estado buscando alivio desde que descubrimos en 2018 que los fiscales del juicio retuvieron evidencia crítica, pero las barreras procesales le han impedido obtener una audiencia sobre los méritos de su reclamo", dijo el abogado Robert Owen.
“No debe ser ejecutado hasta que los tribunales hayan abordado plenamente la constitucionalidad de su sentencia, y continuaremos persiguiendo ese objetivo”, agregó.
Los abogados defensores acusan al gobierno de retener evidencia que mostraba que, en efecto, Bernard estaba "en la periferia de la pandilla juvenil" que mató a la pareja de líderes religiosos. Aseguran, además, que encontraron la evidencia mientras revisaban los documentos de la Corte para la nueva sentencia de uno de los coacusados ​​de Bernard, lo que muestra, según ellos, que la información estaba en posesión del Gobierno.
Por eso, además de la suspensión, los abogados de Bernard solicitaron una audiencia sobre la nueva evidencia. ¿Pero qué dice la defensa?
Pues bien, sus abogados crearon un sitio web llamado HelpSaveBrandon.com para presentar su caso de clemencia. Allí explican que "el delito ocurrió en Killeen, Texas, en junio de 1999, cuando cinco adolescentes negros (con edades comprendidas entre los 15 y los 19 años) planearon un robo de auto y un robo que salió horriblemente mal".
En el sitio web también se lee: "Brandon no es inocente, y el crimen es trágico: resultó en la muerte de dos buenos samaritanos (…). Pero aunque el papel de Brandon puede justificar un castigo muy severo, no justifica una sentencia de muerte. Brandon no estaba presente cuando se inició el robo de auto, después de haber ido a una tienda cercana para jugar videojuegos. Brandon estuvo ausente en la mayoría de los eventos durante el asalto, el robo y el maltrato de los Bagley.
Brandon tampoco disparó contra nadie (ambos Bagley fueron baleados por el coacusado Christopher Vialva, quien fue ejecutado por liderar el crimen). Tres de los otros participantes, que eran igualmente o más responsables del crimen, recibieron penas de prisión que iban de 20 a 35 años. Dos de esos individuos han cumplido sus sentencias y han sido liberados de la custodia, y el tercero está programado para ser liberado dentro de diez años".
Lo que se ha demostrado es que, en efecto, esa tarde los cinco jóvenes se dirigieron en el carro de Bernard a un par de supermercados en busca de una víctima. Los tres conspiradores originales intentaron que alguien los recogiera, mientras Bernard y otro amigo, Terry Brown, esperaban en el vehículo. Luego, Bernard y Brown entraron en una lavandería para jugar videojuegos y, cuando salieron, sus amigos se habían ido.
 
Bernard no se reunió con los demás hasta alrededor de las 7:30 p.m. El grupo parecía haberse decidido por un plan que consistía en llevar el vehículo de los Bagley a un parque, dejarlo allí con la pareja adentro y llamar a la Policía. Sin embargo, necesitaban a alguien con un carro para escapar, así que llamaron a Bernard.
Con el tiempo, se ha podido establecer que Brown y Vialva se dirigieron a una tienda a comprar líquido para encendedor con dinero proporcionado por Vialva. Luego, los dos vehículos, el de Bernard y el de las víctimas, fueron conducidos a un área remota de Fort Hood, un puesto del Ejército. Allí, Vialva se cubrió la cara con una máscara, abrió el maletero y les disparó a Todd y Stacie en la cabeza.
Hoy se conoce que, bajo las instrucciones de Vialva, Bernard y Brown vertieron el líquido para encendedor en el carro. Brown testificó que Bernard fue quien prendió fuego al vehículo, aunque admitió que no podía ver qué sucedía.
Sin embargo, los abogados defensores sostienen que Bernard le prendió fuego al vehículo porque "había escuchado los dos disparos y supuso que tanto Todd como Stacie ya estaban muertos". "Christopher Vialva, con la pistola humeante todavía en la mano, le indicó a Brandon que prendiera fuego al auto, y él siguió en esa dirección", agregan.
Esa misma noche la Policía arrestó a los cuatro hombres después de que su vehículo se saliera de la carretera y cayera en una zanja, a poca distancia del punto en el que estaba el vehículo en llamas de los Bagley.
La incineración del vehículo es clave porque, según los fiscales federales, Stacie Bagley, inconsciente por una herida de bala, murió por la inhalación de humo. De hecho, fue esa razón por la que pidieron a los jurados que dictaran la pena de muerte en el 2000.
Sin embargo, un médico forense independiente contratado por la defensa determinó después del juicio que "se puede concluir razonablemente" que Stacie Bagley estaba "médicamente muerta" antes del incendio.
Así las cosas, para la defensa, la pena de muerte es una decisión desproporcionada en el caso de Brandon Bernard.
UNA OLA DE EJECUCIONES APRESURADAS
Según datos recopilados por el Centro de Información sobre Pena de Muerte, 78 personas en Estados Unidos fueron condenadas a muerte en casos federales entre 1988 y 2018, pero solo tres fueron ejecutadas.
En julio pasado, el gobierno de Trump retomó las ejecuciones federales por primera vez en 17 años. Desde entonces, se han registrado ocho: Daniel Lewis Lee, Wesley Purkey y Dustin Honken fueron ejecutados en julio; Lezmond Mitchell y Keith Dwayne Nelson, en agosto; William LeCroy y Christopher Vialva, en septiembre, y Orlando Hall, en noviembre.
Según lo programado, en total son cinco reos los que serán ejecutados antes de la toma de posesión del presidente electo Joe Biden el 20 de enero, lo que rompe con un precedente de 130 años de pausar las ejecuciones en medio de una transición presidencial.
Así, la de Bernard forma parte de una ola de ejecuciones apresuradas por parte de la administración Trump durante sus últimas semanas en el poder. Luego de la de Brandon, están programadas las ejecuciones de Alfred Bourgeois, Lisa Montgomery, Cory Johnson y Dustin Higgs.

Con información de  www.eltiempo.com

Agencias



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