COVID-19. El 25% de la población mundial se vacunará hasta 2022

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Viernes 18 de Diciembre de 2020 5:58 pm
+ -El 68% de la población mundial espera ser vacunada contra el COVID-19, sin embargo, la repartición del tratamiento preventivo beneficiará, en primera instancia, a países con altos niveles socioeconómicos, que representan tan sólo el 14 por ciento de los habitantes
Un nuevo
estudio asegura que una cuarta parte de la población mundial no tendrá acceso
garantizado a la vacuna contra el SARS-CoV-2, sino hasta el 2022, ya que la
administración de un tratamiento inmunizante a nivel global requerirá de
políticas públicas que aseguren su repartición equitativa, situación que se
tornará tan compleja como lo implicó su desarrollo.
La revista
médica British Medical Journal
publicó que, de acuerdo con estadísticas, el 68 por ciento de las personas
esperan recibir la vacuna. Mientras que un 25 por ciento tendrá que esperar 2
años más para que le sea proporcionada. Las estimaciones tomaron en
consideración los acuerdos de compraventa, así como el supuesto que las
farmacéuticas alcanzarán su máxima capacidad de producción.
Los autores
del trabajo aseguraron que estas observaciones son una demostración de los
retos a los que se enfrentarán las autoridades sanitarias, para garantizar la
administración de la vacuna, no sólo en las regiones con mayores posibilidades
económicas, sino también en los países de rentas medias y bajas.
A este
respecto, Anthony So, de la Escuela de Salud Pública de Johns Hopkins Bloomberg,
explicó al Sistema de Información de Noticias Científicas (SINC) que el hecho
que la repartición de vacunas priorice a los países de rentas altas, deja al
resto del mundo en una situación de incertidumbre.
Canadá, Reino
Unido, Australia, Chile y Estados Unidos son algunas de las regiones que han
asegurado el mayor número de dosis para proporcionar a sus pobladores, con
acuerdos de compra previos a completar los ensayos clínicos en fase tres. Estas
naciones representan el 14 por ciento de la población mundial.
Para entender
estos alcances, el investigador explicó que, hasta el 15 de noviembre, algunos
países habían reservado un total de 7 mil 480 millones de dosis a 13
fabricantes. Esta cantidad es equivalente a 3 mil 760 millones de vacunas, ya
sean de administración única o de dosis doble.
“Si queremos
garantizar una asignación equitativa de estas vacunas, los responsables
políticos y el público necesitan mucha más transparencia y responsabilidad
sobre estos acuerdos. Esta transparencia también es necesaria para los
fabricantes, los constes de investigación y desarrollo, la financiación por
parte del sector público y los acuerdos de precios”, expuso So.
El
especialista alertó que pese a que los países con niveles de ingresos medianos
y bajos, representan el 85 por ciento de la población mundial, el 51 por ciento
de las dosis están destinadas a países de rentas altas. Sin embargo, reconoció
que “esto dependerá, en parte, en cómo los países ricos compartan sus
adquisiciones y si EU y Rusia participan en esfuerzos coordinados a nivel
global”.
Por otro
lado, el estudio estimó que la capacidad de manufacturación de la vacuna en
2021 equivaldrá a 5 mil 960 millones dosis, con precios que oscilarán entre los
6 hasta los 74 dólares.
“Incluso en
el caso de que las farmacéuticas y distribuidoras alcancen su capacidad máxima
de producción, al menos una quinta parte de la población mundial no tendrá
acceso a las vacunas hasta 2022”, recalcó So, del Departamento de Sanidad
Internacional de Johns Hopkins Bloomberg.
Además, el
investigador advirtió que estas cifras no tienen en cuenta los probables
errores humanos que se atraviesen en el camino, como lo serán contratiempos en
el transporte. Otro de estos factores estará relacionado con la fragilidad de
los materiales, que requieren una cadena de conservación en frío.
Del mismo
modo, señaló que las vacunas que aún son candidatas y que no logren completar
sus ensayos clínicos, así como recortes de presupuesto y otros retos logísticos,
producirán un retraso en los compromisos que hasta ahora se han planteado.
“Los desafíos
logísticos y de financiación que conlleva la distribución de estas vacunas
hacen que no sea tan fácil compartir las existencias de estas dosis”, argumentó
So.
El estudioso
recordó que el objetivo trazado, en torno a la administración de la vacuna,
estriba en lograr una campaña de vacunación en la que se mantengan los
servicios esenciales; se reduzca la sintomatología grave por COVID-19;
priorizar la atención a adultos mayores; y se detenga la transmisión.
“Cada país
debería evaluar diferentes estrategias basadas en la epidemiología local, la
salud de su población, las dosis de vacunas disponibles y la preferencia por
campañas que favorezcan los beneficios directos o indirectos de la vacunación”,
puntualizó.