Mexicana descubre molécula que podría abatir la obesidad eficazmente

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Miércoles 10 de Febrero de 2021 6:45 pm
+ -Este descubrimiento le valió a la farmacobióloga Ariana Vargas Castillo el premio internacional para investigadores jóvenes de la revista “Metabolism Clinical and Experimental”
La
farmacobióloga mexicana Ariana Vargas Castillo identificó que la molécula
angiotensina 1-7 podría ser útil para la creación de nuevos tratamientos contra
la obesidad, gracias a que cuenta con una potencial capacidad de generar calor
en el organismo humano, lo que protege al cuerpo de acumular cantidades
excesivas de glucosa.
Este
descubrimiento la hizo acreedora a un premio internacional para investigadores
jóvenes, otorgado por la revista Metabolism
Clinical and Experimental.
El hallazgo
revoluciona en el desarrollo farmacológico ya que, hasta la fecha, los
medicamentos para combatir el sobrepeso y la obesidad han sido pensados para
provocar una disminución en el apetito y para disminuir la absorción de lípidos
-un tipo de molécula que regula el funcionamiento del metabolismo- y ninguno de
ellos era dirigido al tejido adiposo blanco. La regulación de nuevas terapias
es significativa, porque el peso descontrolado puede desencadenar padecimientos
crónicos como la diabetes e hipertensión.
¿Cómo
funciona el tejido adiposo blanco?
La
investigadora, egresada del Departamento de Farmacobiología del Cinvestav,
explicó que el tejido adiposo o también conocido como grasa blanca está
compuesto por células, fibras y de materia gelatinosa. Esta mezcla de
sustancias permite que cumpla distintas funciones dentro de nuestro organismo,
por ello, este tejido está repartido en diferentes partes del cuerpo, como en
la medula ósea y las mamas.
Este agente
está localizado, específicamente, debajo de la piel en la grasa subcutánea y se
encarga de dos funciones. Una de ellas es amortiguar y mantener en su lugar a
los órganos internos y las estructuras externas del cuerpo, protegiéndolos de
cualquier inestabilidad. Sin embargo, su principal encomienda es la de reservar
a los lípidos, que a su vez, están encargados de producir la energía necesaria,
generando calor y aumentando el gasto energético: "Lo que contribuye a
prevenir la obesidad y mejorar la tolerancia a la glucosa".
Este último
procedimiento es conocido bajo el nombre de "termogénesis", el cual,
consiste en la generación de calor. Vargas Castillo expuso que, recientemente
se descubrió que el tejido adiposo cambia de tonalidad de los tejidos a color
beige, ante diversos estímulos, como lo son el frío o el ejercicio, adquiriendo
con ello la capacidad para provocar calor y aumentar la energía.
"Sin
embargo, en los pacientes con obesidad, el cambio de los adipocitos blancos a
beige se ve afectado, aunque no se ha establecido el mecanismo por el cual
sucede", detalló la investigadora.
¿En
qué consistió el nuevo descubrimiento?
Fue así que
Vargas Castillo se dedicó a analizar cómo se activa la termogénesis, en la
búsqueda de nuevos blancos terapéuticos que ayuden a la creación de
tratamientos específicos para el control de la obesidad. De este modo, Ariana
Vargas realizó un estudio de la angiotensina 1-7, un péptido que induce el
cambio de adipocitos blancos a color beige. Los experimentos fueron realizados
in vitro, con cultivos de adipocitos blancos; e in vivo, en diferentes
animales, uno de ellos con obesidad.
El artículo
científico, titulado "Angiotensin-(1-7) induces beige fat thermogenesis
through the Mas receptor", demostró que la angiotensina 1-7 contribuyó al
aumento de la termogénesis, dentro del tejido adiposo blanco, sólo cuando este
péptido fue unido al receptor Mas, presente en muchos tejidos del cuerpo.
La experta
mencionó que en los casos en los que el receptor Mas estaba ausente, la
administración de angiotensina 1-7 no generó tejido adiposo beige o
termogénico. En cambio se identificó que hubo más ganancia de peso corporal y
grasa.
A diferencia
de lo sucedido cuando el receptor Mas estuvo presente, en conjunción con los
efectos de la angiotensina 1-7, ya que fue sólo así que se detectó un aumento
de marcadores moleculares relacionados con la termogénesis. Esto produjo mejor
tolerancia a la glucosa, mayor pérdida de peso y disminución de grasa.
Vargas
Castillo añadió que el estudio también midió los niveles de angiotensina 1-7 en
personas con distintos índices de masa corporal (normal, sobrepeso, obesidad)
con edades entre los 20 a 40 años y 40 a 60 años. "Los datos indicaron que
a mayor cantidad de grasa en el cuerpo, menor es la de angiotensina 1-7, y que
con la edad también disminuye la concentración de este péptido",
profundizó.
En este
contexto, la farmacobióloga, que en la actualidad cursa sus estudios
posdoctorales en la Escuela de Medicina de Harvard, advirtió que para que la
angiotensina 1-7 sea utilizada en los tratamientos contra la obesidad, será
necesario "comprobar en ensayos clínicos su potencial termogénico; así
como conocer más del proceso de termogénesis y entender por qué se ve afectado
durante esta enfermedad metabólica".