Infidelidades siguen pese a pandemia; convivencia pone en jaque a las parejas formales
Domingo 14 de Febrero de 2021 11:50 am
+ -Para expertas, el confinamiento aumentó la ansiedad en las personas, lo que provocó un aumento de deseo sexual y, en algunos, infidelidad
La crisis por la pandemia de covid-19, el confinamiento y los picos de contagio no han sido impedimento para el amor ilícito, pues los amantes han buscado la forma de mantenerse en contacto, ya sea a través de videollamada o aplicaciones de mensajería y de verse, aunque con una dinámica distinta.
"Pensamos que con la pandemia iba a haber una modificación en las prácticas sexuales de la gente, pero no. Muchas relaciones extramaritales se han mantenido a través de WhatsApp o con videollamada”, explicó Nélida Padilla Gámez, doctora en sicología y académica de la UNAM.
Junto con Fabiola Trejo Pérez, doctora en sicología social y especialista en placer sexual, Padilla Gámez realizó un estudio del comportamiento de siete mujeres y cinco hombres, distribuidos en cuatro grupos focales. En las entrevistas encontraron que quienes eran infieles desde antes de la pandemia continuaron con la misma conducta.
"El año pasado me la pasé pidiéndole a la gente, a través de las entrevistas, que se quedara en casa, pero hicieron lo que quisieron. Descubrimos que la gente seguía saliendo, yendo a los hoteles o citándose en sus casas, porque el sexo mueve a las personas y mueve al mundo”, comentó Padilla Gámez.
El deseo se vio combinado con las promociones de algunos moteles a través de redes sociales, en las que ofrecían realizar actividades, como comprar el súper, mientras el cliente sostenía un encuentro amoroso en sus instalaciones.
"Vimos una publicidad de un motel donde la persona decía ‘Mi amor, voy al súper’; llegaba al motel con la lista del súper, se la daba a los del motel y cuando salía le entregaban el súper y se iba a su casa”, narró la doctora Fabiola Trejo.
Otros optaron por mensajearse o hacer una videollamada desde su casa, mientras su pareja trabajaba.
Ana sostenía una relación con un compañero de trabajo y en los primeros meses en casa hablaba mucho con él por WhatsApp; su pareja no sospechaba nada, pero un día Ana sostenía una videollamada con su compañero confiada en que su pareja dormía; pero él despertó y escuchó la conversación.
"Las infidelidades ya estaban allí, sólo que la pandemia las sacó a la luz”, reflexionó Trejo Pérez.
Y es que la cuarentena obligó a las parejas a convivir 24 horas lo que puso en jaque muchas relaciones.
"Las mujeres asumieron muchas responsabilidades de casa y crianza, no siempre compartidas con su pareja, y al combinarse con la relación intensiva, hubo un montón de separaciones”, explicó la sexóloga Tatiana Yedid.
Por su parte, Fabiola Trejo explicó que la convivencia permanente “aumentó los niveles de ansiedad y depresión, y eso tiene un impacto en el nivel de deseo sexual: a algunos les disminuyó el deseo, pero para las personas que liberan la ansiedad a través de la sexualidad, aumentó el deseo sexual”, por lo que muchos fueron infieles.
PASIÓN VIRTUAL
Para Tatiana Yedid, el sexting y el sexo virtual fueron otras formas para dar salida al impulso sexual de los vínculos extramaritales.
Tal fue el impacto de estos formatos que Tinder, una de las aplicaciones más populares de encuentros y citas, quitó las restricciones de búsqueda por cercanía, ya que si éstos iban a ser virtuales no importaba dónde se ubicaba la otra persona, explicó Yedid.
El aumento de deseo sexual también orilló a las personas a buscar a sus exparejas, ya que es más fácil entablar una comunicación y relación con alguien de confianza, explicó la sicóloga Fabiola Trejo.
"Una persona me contó que sólo le envió un mensajito a su exnovio para saber cómo estaba de salud. Pero eran pretextos para volver a entrar en contacto y liberar parte de la ansiedad de la cuarentena”, narró Trejo.
Sin embargo, hubo quienes, ante los contagios y pérdidas por covid reflexionaron sobre la infidelidad, como Juan, quien puso todo en perspectiva.
"Yo salía con muchas chicas porque en mi trabajo tenía muchas oportunidades de viajar. Incluso me divorcié por eso hace algunos años. No podía dejar de hacerlo, pero con la pandemia todo cambió: me da miedo salir a un bar o un hotel porque temo contagiar a mi pareja, a mi mamá y a mis compañeros de trabajo”, confesó Juan.