Sustancia de plásticos produce insuficiencia hepática: estudio
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Jueves 11 de Marzo de 2021 8:46 pm
+ -Por cada kilo que pesa una persona, está expuesta de 0.1 a 0.5 microgramos de bisfenol A, por lo que una persona con un peso de 70 kilogramos, tendría que contener 350 microgramos como cantidad límite para no observar daño en el organismo
Investigadores
del Centro de Estudios e Investigaciones Avanzadas (Cinvestav) descubrieron que
una de las causas principales de la insuficiencia hepática y daños en el hígado
es la exposición constante al bisfenol A (BPA), un compuesto tóxico utilizado
en la fabricación de productos de plástico, como recipientes que almacenan
alimentos y bebidas, pues este es capaz de introducirse a las células humanas
afectando a distintos órganos del cuerpo humano.
“Cuando los
recipientes de plástico con BPA se calientan, liberan la sustancia, la cual
actúa como un disruptor endocrino que afecta la biología de la reproducción.
Sin embargo, en años recientes se ha encontrado evidencia de que también afecta
la función hepática”, explicó Arturo Ortega Soto, investigador del Departamento
de Toxicología de la institución científica.
En una
publicación de “Conexión Cinvestav”, académicos del centro de estudio
expusieron que se interesaron en conocer los efectos del bisfenol A y cómo
estos propician las manifestaciones hepáticas (hepatitis B y C), ya que
anteriormente, las causas de esta enfermedad eran atribuidas a otros factores
sociales y biológicos, como el consumo excesivo de alcohol, problemas
metabólicos y al hígado graso.
Para llevar a
cabo los estudios que permitieron a los autores esclarecer sus dudas,
extrajeron muestras de hígado y observaron el tejido dañado a través de
microscopía. A partir de ahí, analizaron biomoléculas como los transportadores
de aminoácidos, un tipo de molécula humana -de las cuales hay hasta 55
diferentes clases- encargada del balance de sustancias que provienen del
exterior con las que pertenecen al interior del organismo.
Todo esto con
objeto de identificar cuáles eran los órganos dañados, pues como expuso Ortega
Soto, "los órganos del cuerpo mantienen una comunicación muy estrecha y
cuando la exposición a BPA afecta la función hepática también causa daño en el
cerebro".
Los
resultados, publicados en las revistas "Journal of Biochemical and
Molecular Toxicology” y “Frontiers in Neuroscience", demostraron que la
estructura química de las membranas celulares están provistas de un componente
de lípidos que impide el paso a cualquier sustancia, ya sea hacia el interior o
exterior, por lo que los aminoácidos humanos, como el ácido glutámico o ácido
aspártico no son capaces de entrar libremente a las células.
Sin embargo,
el experto en toxicología explicó que gracias a un tipo de transportadores
inmersos en las membranas celulares, los cuales mantiene comunicación con estos
aminoácidos que a su vez, funcionan como ladrillos con los que se construyen
las proteínas, son reconocidos e introducidos a la célula.
"Al
introducirse a las células pueden ser utilizados en la síntesis de proteínas o
bien participar en la comunicación celular como en el cerebro; en el que se
instituyen como medio de comunicación entre las neuronas y sus demás
componentes, como las células gliales", esenciales para el buen
funcionamiento del tejido del sistema nervioso, detalló el doctor en ciencias neurobiológicas.
Sin embargo,
lo que sucede con la presencia de BPA, -ahondó Arturo Ortega- es que este tipo
de aminoácidos no puedan cumplir con su función adecuadamente y como
consecuencia, generan alteraciones en el hígado, ocasionando la encefalopatía
hepática, que es la perdida de la función cerebral por afectaciones en este
órgano.
¿Cuánta
cantidad de bisfenol A puede haber en mi cuerpo?
El
investigador expuso que, de acuerdo con diversas agencias ambientalistas, una
persona se expone a un rango de BPA aproximado de 0.1 a 0.5 microgramos por
cada kilo que pese. Para ejemplificar el fenómeno, expresó que alguien con un
peso de 70 kilogramos, tendría que contener máximo 350 microgramos para no
observar daño en el organismo.
"Estas
cantidades se deben matizar porque los estudios de química sanguínea, como las
realizados un laboratorio clínico, se observa la función hepática pero su
análisis no es muy sensible ya que sólo mide la función de enzimas importantes
para el metabolismo del organismo en general como las transaminasas",
determinó el académico.
Además,
advirtió que el periodo de exposición a BPA puede variar, pues el daño que
puede causar no es el mismo en una persona en pleno crecimiento, en comparación
del impacto que podría causar en otra persona de edad avanzada. Para ello,
mencionó que el sistema nervioso central termina de madurar los 20 años, y es
cuando la presencia del contaminante afecta al hígado y posteriormente daña al
cerebro.
"Con el
estudio podríamos obtener un marcador que permita detectar en forma rápida y en
etapas tempranas afectaciones al hígado por exposición al BPA, entonces si
somos capaces de ofrecer a los médicos herramientas más sensibles que les
proporcionen información, a nivel molecular, si ya empezó un daño a la función
hepática se tendría un diagnóstico más certero y probablemente se prevendría el
daño al sistema nervioso central", sostuvo Ortega Soto.