El templo de Nuestra Señora del Refugio
Foto Elena del Toro
Domingo 14 de Marzo de 2021 6:18 am
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Su impresionante fachada combina el ladrillo rojo con la cantera, y en su interior prevalece el mismo estilo con un mural de temas bíblicos: es el Templo de Nuestra Señora del Refugio, rodeado de plantas y enormes árboles.
Es una de las primeras iglesias construidas en la ciudad capital, empleando el concreto y el acero. Se encuentra a media cuadra de la calle Matamoros número 213. Se levantó sobre una sencilla capilla construida en 1923, 17 años después inició la construcción del nuevo santuario.
Desde la calle se aprecia la belleza arquitectónica del templo, con su fallada de ladrillo y cantera, con una torre única con su campanario, con relojes musicales. En la entrada principal hay dos tumbas de los sacerdotes Juan y Amador, al ingresar al recinto religioso hay enormes columnas, en el altar está la imagen de la Virgen del Refugio, resguardada por hermosos murales con temas bíblicos hechos por el pintor Vicente Sánchez.
La tesis “La arquitectura religiosa en la ciudad de Colima, caso de dos templos, durante la mitad del Siglo 20”, de Christian Doris Olmedo Ureña, que se encuentra en el Archivo Histórico del Municipio de Colima, refiere que fue uno de los primeros construidos en la ciudad empleando el concreto y el acero.
LA HISTORIA
Indica que el 30 de enero de 1923 fue colocada la primera piedra de la primitiva capilla del Refugio, siendo sacerdote Jorge Inda Jiménez, encargado de su construcción. El principal objetivo del padre era construirla en este barrio de los más pobres de la ciudad, y a su vez formar una escuela de catecismo para niños y un asilo de ancianas en el mismo sitio.
La capilla resultó pequeña y modesta, abarcaba sólo una parte del predio, estaba construida a base de piedra, ladrillo y terrado. La primera misa fue celebrada el 4 de julio de 1925. En 1940 recibe esta capilla el sacerdote Miguel Sánchez, quien ese mismo año inicia las obras de construcción de un nuevo Santuario con advocación de la Virgen del Refugio.
La construcción del actual santuario se inició sobre la pequeña capilla rústica de piedra y ladrillo que se encontraba en el predio, y como resultado de los avances de la nueva obra se derribó esta capilla para levantar la construcción que hoy se conoce. De la antigua capilla sólo quedaron unos ladrillos en las columnas de las naves. Se heredaron al Santuario varias casas adjuntas al antiguo templo, y con esto se obtuvo más terreno para el nuevo, su atrio y demás espacios anexos.
El padre Miguel Sánchez plasmó el proyecto arquitectónico y estructural del templo, así como el responsable de llevar a cabo todos los trabajos de construcción. Su construcción fue a base del sistema constructivo de concreto y acero, un sistema novedoso en la ciudad, ya que anteriormente las obras se basaban en argamasas, adobes, ladrillos, terrados, tejas de barro, entre otras.
El general Torres Ortiz donó la reja de fierro que delimita el atrio del santuario con la calle, durante su periodo de gobierno. El templo tuvo un costo aproximado de 2 millones de pesos, y los trabajos de construcción duraron 16 años.
En 1950 se celebraron las bodas de plata de la primera misa con advocación a la Virgen del Refugio. El documento añade que a la fecha es uno de los templos mejor conservados en la ciudad que no ha sufrido alternaciones graves en su concepto arquitectónico.
SU ARQUITECTURA
Conforme el análisis arquitectónico, el Santuario está integrado por dos niveles y un sótano para criptas. El campanario se encuentra anexo, y es de cuatro niveles.
En el primero de las criptas, es un espacio amplio, rústico y sencillo, al fondo se encuentra una pequeña capilla de tipo circular, rodeada por criptas especiales para entierros religiosos, está por debajo del nivel del suelo y se tiene acceso por una escalera ubicada en el extremo del área de la oficina y administración del templo, así como un pequeño patio en uno de los extremos el cual cuenta con una pequeña escalera circular.
El nivel uno corresponde al baptisterio, presbiterio, altar y la asamblea para el culto católico en general, está conformado por tres naves, una central y dos laterales, así como anexos al templo como la sacristía, la oficina de administración y un pequeño patio interior con medio baño.
El nivel dos está dedicado al coro, se tiene acceso a este espacio por medio del campanario, se encuentra sobre el ingreso principal del templo y se ilumina y ventila por un majestuoso rosetón que se puede apreciar desde la fachada principal.
El campanario se encuentra integrado al Santuario. Es de base cuadrada y remata con una cubierta a cuatro aguas de teja roja, se encuentra adosado al templo, cuenta con cuatro relojes musicales en cada uno de los lados. El cuarto nivel resguarda la maquinaria de los relojes, y se tiene acceso a este por una escalera tipo marinera. A este nivel no se tiene acceso ya que se encuentra cerrado.
El santuario tiene un amplio atrio con jardines arbolados y caminamientos sinuosos de concreto pulido y de piedra, en algunos jardines se pueden apreciar vestigios de piedras labradas con figuras humanas y de deidades primitivas, que fueron encontradas en el sitio cuando se hicieron las excavaciones para la cimentación del Santuario, así como restos arquitectónicos de lo que fue la primera capilla construida por el padre Inda.
Las cuatro falladas del templo y anexos presentan un bello acabado en ladrillo rojo, motivos ornamentales en cantera y piedra, las puertas de los accesos principal, secundarios y laterales son en herrería.
El templo en su interior muestra elementos característicos del neoclásico, como son las columnas y pilastras con capiteles corintios que dividen las tres naves entre sí, así como en el altar que es del mármol blanco con algunos elementos labrados de tipo neoclásico.
El retablo también es de mármol blanco y resguarda la imagen de la Virgen del Refugio y la balaustrada que es de tipo circular y delimita todo el presbiterio, dándole importancia y magnificencia.
Cuando camine por la calle Matamoros, entre a observar este bello recinto religioso, en el cual se pueda admirar su belleza arquitectónica, y su patio con piezas prehispánicas encontradas en este lugar.