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Yuri Gagarin: el campesino que “abrió la ventana” al cosmos



Lunes 12 de Abril de 2021 1:16 pm

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Yuri Gagarin fue el hombre que abrió la ventana al cosmos hace 60 años, al ser el primer humano en llegar al espacio, tras recorrer un camino de sacrificios

“Era hijo de campesinos y su alma noble surgió de la tierra”, comenta a Efe, Tamara Filátova, sobrina de Yuri Gagarin (1934-1968), el hombre que abrió la ventana al cosmos hace 60 años tras recorrer un camino de sacrificios.
“Pasó del arado a las máquinas, se graduó de chapista y fundidor, después estudió en la academia aérea. Su camino al cosmos fue muy difícil”, señala esta sonriente señora de 74 años en la aldea en la que nació Gagarin.
Filátova es asesora del Museo de Gagarin, que tiene sedes en Klúshino y en Gagarin, anteriormente conocida como Gzhatsk.
La infancia de Gagarin transcurrió en este remoto pueblo de la región de Smolensk -unos 200 kilómetros al oeste de Moscú– y quedó marcada por los horrores de la ocupación nazi que “le forjaron el carácter”, relata su sobrina y ahijada.
Cuando los alemanes tomaron Klúshino en 1941, expulsaron de su casa a la familia, que se vio abocada a una existencia de miseria y sobresaltos en una “zemlianka” (refugio subterráneo) cavada detrás del hogar expropiado.
La casa y el refugio, reconstruidos después de la muerte de Gagarin en 1968, atesoran hoy en día objetos personales y fotografías familiares.
Frente a la casa de madera, Filátova cuenta que, tras sobrevivir milagrosamente la guerra, la familia se mudó a la ciudad de Ghzatsk, unos veinte kilómetros al sur, en la que transcurrieron la adolescencia y los años escolares de Gagarin.
Meses después de la muerte del cosmonauta, Gzhatsk fue renombrada Gagarin en su honor.
Aunque la ciudad de Gagarin, considerada junto a Klúshino la patria chica del cosmonauta, cuenta en la actualidad con más de 30 mil habitantes, en 1961 -cuando todavía era Gzhatsk- apenas era habitada por 9 mil personas.
Fue fundada hace más de tres siglos por el emperador ruso Pedro el Grande, quien erigió a su vez San Petersburgo para “abrir una ventana a Europa”.
“Y, siguiendo esa tradición, Gagarin abrió la ventana al cosmos” aquel 12 de abril de 1961 cuando se convirtió en el primer hombre en volar al espacio, bromea Filátova.
Filátova, que nació cuando Gagarin tenía 13 años, se enteró de la noticia del vuelo de su pariente cuando ella tenía 14.
“Para mí, incluso ahora, el cosmos es un espacio hostil, inhabitable, peligroso. Y en aquella época, era una especie de horrible agujero negro al que a mi amado padrino se le ocurrió volar. Me dio tanto miedo que me dejé caer en el pupitre y rompí a llorar”, recuerda.
Fue una jornada intensa, comenta. Cuando logró tranquilizarse se sumó a los miles de habitantes de Gzhatsk en la celebración del primer vuelo al espacio.
“Daba la impresión de que nadie estudiaba ni trabajaba”, dice en referencia a aquel día, particularmente soleado y primaveral, testigo del júbilo popular.

Agencias



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