Los juguetes populares de México que ya casi no se usan
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Viernes 30 de Abril de 2021 5:44 pm
+ -Algunos de ellos prácticamente ya no se venden, como las tarascas, que eran dragones alados de madera con ruedas. ¿Los recuerdas?
Matracas,
trompos, baleros, caballitos de madera, pirinolas, títeres, muñecas de trapo y
yoyos, son algunos de los juguetes populares de México, que a pesar de formar
parte de un legado cultural e histórico, que surgió del mestizaje de las
tradiciones prehispánicas y europeas, han sido desplazados en las últimas tres
décadas por aquellos hechos con plástico y piezas electromecánicas.
Carentes de
publicidad en la televisión y de marcas trasnacionales, estos objetos lúdicos,
aún perviven hasta nuestros días, en gran medida por el sincretismo que a lo
largo de la historia, se dio entre éstos y las fiestas religiosas.
Sin embargo,
el Museo de El Carmen, y coleccionistas privados, cuentan con colecciones con
las que buscan rescatar el valor estético de estos objetos que brinda un
panorama del papel que han desempeñado los juguetes populares en festividades,
-algunas surgidas desde la época colonial-, como el Carnaval, Jueves de Corpus,
las Posadas, Día de Muertos, y celebraciones alusivas a los días de San Juan
Bautista, San Antonio Abad, entre otras.
De acuerdo
con el coleccionista Juan Jiménez, la paulatina desaparición de los juguetes
mexicanos tradicionales, comenzó a registrarse hacia la década de los años
setenta, como resultado de la industrialización del juguete.
Muchos de
estos objetos lúdicos, fueron introducidos en América por los misioneros
durante la Colonia, quienes los usaron como una herramienta más para su labor
evangelizadora.
Pero hay
otros que prácticamente ya no existen, como las tarascas, que todavía se pueden
ver en fiestas populares la del Jueves de Corpus. La tarasca era un dragón
alado de madera con ruedas, que también se vendía afuera de las iglesias. Este
juguete surgió de una leyenda medieval que hacía referencia a este animal
mitológico que se comía a las doncellas y de un caballero que lo mató. Este
mito, traído por los españoles coincidió con las celebraciones del Jueves de
Corpus.