A 40 años del atentado contra Juan Pablo II, aun con misterios sin resolver
Viernes 14 de Mayo de 2021 1:06 pm
+ -Del atentado contra el papa Juan Pablo II en 1981 todavía se sabe muy poco e incluso se habla de una "milagrosa" salvación del pontífice
A las 17:17 h del 13 de mayo de 1981, Juan Pablo II acaba de
devolver una niña a sus padres, después de haberla abrazado y bendecido durante
la audiencia del miércoles, cuando algunos disparos resonaron en la columnata
de Bernini y el papa cayó herido. Han pasado 40 años del evento más dramático
que se ha producido en el Vaticano y del que aún se sabe muy poco.
Son numerosos los documentales, libros y testimonios que han
reconstruido aquellos dramáticos momentos, las investigaciones, la “milagrosa”
salvación del pontífice y el perdón del papa al turco Alì Agca, terrorista
supuestamente militante del grupo de extrema derecha “Lobos grises“, autor de
los dos disparos, pero sin una razón clara.
NUEVOS DETALLES
En el libro publicado en marzo pasado “Il papa doveva
morire” (El papa tenía que morir) del periodista Antonio Preziosi aparecen
detalles poco conocidos o incluso inéditos relacionados con ese día en el que
el mundo se detuvo en espera de conocer la salud del papa que sobrevivió
después de casi seis horas de operación.
Preziosi desvela que pocos segundos después del atentado,
cuando Juan Pablo II cayó herido por dos balas, susurró a su histórico
secretario y ahora cardenal, el polaco Stanislaw Dziwisz: “Hicieron como en
Bachelet”, recordando el asesinato del vicepresidente del Consejo Superior de
la Magistratura italiana asesinado por las Brigadas Rojas en 1980.
El autor, que ha recogido numerosos testimonios, cuenta el
increíble traslado en ambulancia, sin escolta, por las congestionadas
carreteras de Roma hasta el policlínico Gemelli, que incluso se equivocó de
camino y evitó por poco un accidente que habría retrasado aún más la llegada al
hospital. A su entrada, el quirófano destinado a las emergencias estaba
cerrado, no se encontraba la llave, y tuvo que ser abierto a golpes.
LA EXTRAÑA TRAYECTORIA DE LA BALA
El jefe del equipo médico del Gemelli, Francesco Crucitti,
siempre confesó su asombro ante la “extraña trayectoria” de una de las balas
que había recorrido en “zig zag” el abdomen del pontífice, saliendo de la
pelvis, pero sin tocar ningún órgano importante.
La bala entró a la altura del ombligo, por el lado
izquierdo, perforó el colón y el intestino delgado en cinco lugares, pero
cambió su trayectoria frente a la aorta central. Si la hubiera tocado, el papa
habría muerto instantáneamente. Además, la bala atravesó la columna, evitando
los principales centros nerviosos por muy poco, si los hubieran dañado, se
habría quedado paralizado“, constató Crucitti.
Incluso el 27 de diciembre de 1983, cuando Juan Pablo II
visitó a Agca en la prisión de Rebibbia para mostrarle públicamente su perdón,
el turco preguntó al papa polaco: “¿Cómo lo hiciste?. ¿Cómo te las arreglaste
para salvarte?”.
El pontífice polaco siempre estuvo convencido de que había
sido salvado por una intervención directa de Nuestra Señora de Fátima, cuya
aparición se celebra justo el 13 de mayo y que su salvación fue el cumplimiento
del Tercer Secreto. “Una mano disparó, otra mano desvió la bala“, aseguraba
Wojtyla.
En cuanto a los motivos del atentado, Wojtyla nunca mostró
interés por saber quién fue el que dio la orden de cometer el atentado y lo
definió, conversando con el ilustre periodista italiano Indro Montanelli, como
“un barullo” con todas sus reconstrucciones, admisiones y desmentidos.
EL AUTOR
El comportamiento de Ali Agca no ayudó a la reconstrucción
del atentado, según el juez Ilario Martella que condujo las investigaciones,
pues cambió de versión 52 veces.
Agca pasó 19 años en la cárcel en Italia antes de que el
presidente italiano, Carlo Azegli Ciampi, lo indultara en junio de 2000, pero
fue entregado a Turquía donde tuvo que descontar otra condena hasta su
liberación en 2010.
Diferentes investigaciones apuntaron que, detrás del
atentado estuvo el servicio de espionaje militar de la extinta Unión Soviética
(URSS) y los servicios secretos de la Alemania del Este y de Bulgaria, la
llamada “pista búlgara”, pero Agca llegó a asegurar que tras su gesto se
encontraba Irán o el mismo Vaticano.
Mientras Ali Agca disparaba al papa, había dos monjas a su
lado. La primera era la hermana Letizia Giudici, quien bloqueó al terrorista
turco entregándolo a la policía y salvándolo del linchamiento de la multitud.
La otra, según se cuenta en varias investigaciones, fue quien en el último
momento bajó la mano del terrorista y desvió la trayectoria de la bala, que a
tres metros de distancia habría sido mortal.
Pero esta supuesta segunda monja nunca ha sido encontrada.
Giudici explica en el libro de Preziosi que no fue ella quien bajó el brazo
porque estaba convencida “de que este señor estaba tomando fotos”.