#MeToo llega al ámbito de la ciencia
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Lunes 28 de Junio de 2021 6:37 pm
+ -Además de acoso sexual, las científicas acusan ser víctimas de una distribución desigual de recursos y falta de créditos en las investigaciones
El documental
Picture a Scientist retoma los casos
de científicas e investigadoras que han sufrido acoso sexual en sus espacios de
trabajo, como reflejo de un fenómeno que ocurre desde hace décadas. Sin embargo,
esto es sólo la punta del iceberg, ya que las afectadas aseguran que en la
actualidad todavía son discriminadas, desacreditadas y reciben menos recursos
que sus colegas hombres.
El movimiento
#MeToo ha roto barreras desde que comenzó con las denuncias al productor de
cine Harvey Weinstein, en octubre del 2017. A partir de ese momento, la cultura
de la denuncia sumó fuerzas en distintas disciplinas que se unieron a esta
lucha. La ciencia se mantuvo en silencio por mucho tiempo más.
De acuerdo
con un estudio realizaron por las Academias de la Ciencia, la Ingeniería y la
Medicina de Estados Unidos (EU), en junio de 2018, la sociedad científica y los
espacios académicos registran la segunda tasa más alta de acoso, sólo por
debajo del ejército.
Fue hasta
mediados de este año, cuando el astrónomo Geoff Marcy y el biólogo evolutivo
Francisco Ayala fueron expulsados por la Universidad de California y la
Academia de Ciencias (NAS, por sus siglas en inglés), respectivamente, que las
acusaciones dentro del gremio científico empezaron a tomarse en cuenta.
Ahora, los
directores Sharon Shattuck e Ian Cheney exponen una serie de casos en su
documental más reciente. Nancy Hopkins, catedrática emérita del Instituto de
Tecnología de Massachusetts (MIT), es una de las denunciantes que pueden verse
en dicho documental.
La también
integrante de la NAS habla de su experiencia con Francis Crick, codescubridor
de la estructura del ADN, quien la tocó indebidamente hace más de 50 años,
cuando la investigadora era practicante en el laboratorio de James Watson.
"Antes
de que pudiera levantarme y estrecharle la mano, Francis Crick cruzó el
laboratorio en el que trabajaba, vino hacia mí y me tocó los pechos",
recordó Hopkins.
"¿Qué
estás investigando? -prosiguió la científica- me preguntó como si nada Crick,
como si haberme tocado los pechos fuera algo normal".
De esta
manera, los creadores de Picture a Scientist -disponible en Netflix- señalaron
que el acoso sexual o por razón de sexo afecta a una de cada dos científicas,
ingenieras y médicas, expone el Servicio de Información y Noticias Científicas
(SINC) en una publicación reciente.
El de Crick
no es un caso aislado, otras especialistas han denunciado comportamientos
abusadores en ciencia y aseguraron que este tipo de conductas son únicamente
"la punta de un enorme iceberg". Otros de los fenómenos que encierran
los laboratorios son los comportamientos sexistas, sesgos de género, y
discriminación directa o indirecta.
Las
investigadoras denuncian que no son consideradas a participar en congresos, así
como la omisión de sus nombres en los trabajos colaborativos. Otras de sus
inconformidades tiene que ver con comentarios que denominaron como
"denigrantes y humillantes"-
De la misma
manera, las científicas acusan ser víctimas de una distribución desigual de
recursos y que no suelen ser consideradas para promociones o premios.
“Tanto el
bullying como el acoso sexual son comportamientos prevalentes en la academia
porque el sistema los sustenta con una estructura muy jerarquizada, donde los
de arriba concentran todo el poder. Y a eso se suma que las investigadoras que
sufren ese acoso están en situaciones muy precarias (suelen ser estudiantes de
doctorado y posdocs) y tienden a no denunciar por miedo a que afecte a sus
carreras”, declaró Jessica Wade, física del Imperial College de Londres, a
SINC.
La activista
se dedica a combatir la falta de visibilidad de la mujer científica en las
áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas o STEM (por sus siglas
en inglés), desde 2018. En la actualidad, Wade agrega información diaria a
Wikipedia sobre expertas e investigadoras con poco reconocimiento, pero que su
colaboración ha sido clave dentro de estas disciplinas.
La experta
dijo que la discriminación ocurre como una respuesta natural dentro de los
ámbitos masculinizados. Según la Unión Internacional de Astronomía, en la
astrofísica solamente un 17 % de miembros son mujeres. Estas cifras tan bajas
-agregó- agravan la situación de acoso sexual.
“No sé si de
forma consciente o no, siempre he elegido trabajar en entornos más jóvenes y
emergentes, en los que hay más paridad, menos jerarquía y es menos habitual que
se den situaciones de acoso sexual”, señaló.
Wade
reconoció que también existen ejemplos de buenas prácticas, pues hay varias
sociedades con códigos de conducta establecidos que ayudan a vigilar, evitar y
castigar conductas apremiantes, como es el caso del Observatorio de ondas
Gravitatorias por Interferometría Láser (LIGO) y la Sociedad Internacional de
Óptica y Fotónica (SPIE).