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¿Crisis o recuperación en el horizonte?



Jueves 15 de Julio de 2021 1:53 pm

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En un mundo que poco a poco va despertando de la pesadilla pandémica en la que lleva inmerso cerca de año y medio, y con los gobiernos empeñándose en hablar de recuperación económica y vuelta a la normalidad, no son pocas las voces que alertan de una crisis en el horizonte, crisis a la que por cierto el mundo ya parecía abocada incluso cuando el coronavirus no era más que una noticia que, aunque recurrente, no ocupaba poco más que unas líneas en los diarios más importantes.
 
URÓBOROS O EL CICLO ETERNO DE LAS COSAS
 
El Uróboros es una figura representada por una serpiente devorando su propia cola y que simboliza la naturaleza cíclica de nuestra realidad, una naturaleza a la que no escapa ni siquiera la economía, que a pesar ser una creación netamente humana parece regirse por unas leyes inamovibles y que por lo tanto encadena épocas de bonanza y de crisis de forma inevitable.
Una de las principales señales de alarma es el enorme endeudamiento público que viene de la crisis del 2008 pero que se ha visto agravado por las necesidades de liquidez de los estados, liquidez necesaria para hacer frente al gasto sanitario extraordinario, pero también para aliviar la difícil situación financiera de millones de familias que de golpe han dejado de formar parte de la clase media y en no pocos casos ahora dependen de ayudas públicas para comer o pagar el alquiler.
 Otra de las señales de la crisis que viene es la pérdida de valor de la moneda fiat, incluso de aquellas más solventes, ya que la masa monetaria ha crecido desbocada durante los últimos meses, lo que a su vez ha puesto de nuevo en la palestra pública a los conocidos como valores refugio, que son aquellos que o bien mantienen o bien aumentan su cotización a pesar de los vaivenes de la economía.
 
LOS VALORES REFUGIO
 
Un valor refugio es aquel que funciona como una especie de puerto seguro cuando la crisis económica arrecia, y puede tomar la forma de metal noble, divisa, valor bursátil y en los tiempos que corren parece que incluso las criptomonedas son consideradas como un valor refugio por algunos expertos. 
En un contexto de crisis estos activos tienden a subir por la simple y lógica razón de que atraen capital, y esto es lo que explica en parte que a pesar de que en los periódicos económicos no se deje de hablar de crisis algunos activos suban como por ensalmo, y es que es precisamente la inseguridad la que hace que su atractivo aumente.
 Pero como el ser humano rara vez suele conformarse simplemente con mantener sus activos financieros a buen recaudo también existen populares plataformas como Metatrader 4 en las cuales el capital no está quietecito en forma de bitcoin, acción de Amazon u onza de oro (quietecito o generando quizás algún interés) sino que en ellas el trader deberá analizar concienzudamente el mercado elegido para operar y abrir posiciones potenciadas por el apalancamiento, ya sea porque han previsto que el mercado va a caer o va a subir (potenciar no tiene en este contexto un significado netamente positivo, ya que en caso de que la posición se cierre en negativo las pérdidas serán más elevadas). En estas plataformas el inversor deberá decidir cuáles son los riesgos que está dispuesto a asumir
 
LOS NUEVOS LOCOS AÑOS VEINTE
 
Por último queda hablar de una curiosa coincidencia que algunos han querido ver entre los años veinte del siglo pasado y los años veinte del siglo veintiuno, fundamentado la afirmación básicamente en el desenfreno y el explosivo amor por la vida que parece darse tras la superación de un trauma colectivo como una guerra o una pandemia.
A pesar de que fue un periodo especialmente rico en las artes de todo tipo e incluso aumentó el interés de la sociedad por el mundo espiritual no debemos olvidar que también inflamó movimientos extremistas que abocaron al mundo a una pesadilla aún mayor que la precedente al utilizar los peores defectos de nuestra especie, así que quedémonos con lo bueno que estos periodos traen, pero no olvidemos que todos los seres humanos somos básicamente iguales y podemos entendernos.

Redacción



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