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Por cuestiones de género, hombres no piden ayuda: Virginia Romero



Foto de la Universidad de Colima

Sábado 17 de Julio de 2021 12:58 pm

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La experta en migración y género, Virginia Romero Plana, realiza una estancia académica de 3 meses (su segunda visita) a la Facultad de Trabajo Social de la Universidad de Colima


La experta en migración y género, Virginia Romero Plana, realiza una estancia académica de 3 meses (su segunda visita) a la Facultad de Trabajo Social de la Universidad de Colima.

El objetivo es analizar estrategias familiares en contextos de pobreza extrema y conocer cómo enfrentan la desigualdad hombres y mujeres.

Romero Plana es profesora investigadora de tiempo completo de la Universidad Autónoma de Sonora y está formada en Derechos Humanos, cooperación internacional y estudios mexicanos.

También es investigadora visitante del Archivo Histórico del Municipio de Colima desde 2011.

De nacionalidad española, Virginia Romero comentó en entrevista vía Zoom, que durante su estancia investigará principalmente las identidades masculinas en situación de pobreza y de calle aquí en Colima.

Quiere visitar un nuevo albergue en Manzanillo, donde la gente puede entrar a las 7 de la noche, cenar ligero y dormir allí. No pueden ingresar si tomaron alcohol o alguna droga y salen al otro día a las 5 de la mañana, comentó.

La investigadora inició su trabajo en la Universidad de Colima con una reunión virtual con el cuerpo académico, familia y trabajo social, y volvió a contactar con las instituciones que atienden a familias en situación de vulnerabilidad, como Cáritas y otras asociaciones privadas, para establecer contacto con las familias y generar este vínculo de estudio.

Estudiosa de la pobreza extrema, migración y género, Virginia Romero dijo que en Sonora, como estado fronterizo, recaen mayormente los migrantes deportados, sobre todo hombres que cruzan de manera irregular, lo que está creando en toda la frontera norte, no solo en Sonora, un cordón de pobreza fuerte.

Romero Plana pidió prestar atención a toda esta población masculina que se está quedando en la frontera, “principalmente porque no está siendo atendida adecuadamente; si esto no se aborda con políticas sociales, será un gran inconveniente en poco tiempo”.

Agregó que estas personas deportadas ya no regresan a sus lugares de origen, lo que genera algo llamado “sinhogarismo”.

Explicó que el problema de la situación de calle “trae una serie de inconvenientes continuos, como la falta de acceso a espacios de higiene y mala salud por las altas temperaturas, arriba de 48 grados centígrados, que ocasionan una rápida descomposición de la comida y deshidratación”.

Otra problemática que sufren estas personas es la de no tener agua potable para beber, ya que deben comprarla; “además, reciben discriminacion y exclusión de toda la gente, que piensa que son perezosos, vagos y viciosos por vivir en la calle”.

Virginia Romero puntualizó que esta situación de calle es más desfavorable para los hombres, pues son más en número que las mujeres. A raíz de su amplia investigación, se dio cuenta que “la construcción de género de hombres les está impidiendo a los deportados pedir ayuda y regresar a sus lugares de origen, con sus familias.

“Ocurre toda esta educación de género que nos han dado desde de niños y niñas; se sabe que los niños no deben llorar, que no piden ayuda, que son fuertes y machos, de tal manera que cuando son deportados y no son capaces de cumplir los estándares atribuidos a un hombre migrante, como el de enviar el dinero que ganan, les da mucha vergüenza regresar”, describió la investigadora.

Hugo Velázquez Roque



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