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En Colima: desde Zapotitlán a la Luna



Julio César Zamora Velasco

Domingo 22 de Agosto de 2021 1:50 pm

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In memoriam Manuel Sánchez de la Madrid
 
Fue en agosto, pero de hace 11 años, cuando entrevisté a Don Manuel Sánchez de la Madrid en su oficina de El Mundo desde Colima, con motivo de la publicación de su libro, Un mexicano en la Luna. Hoy, como un homenaje al periodista y su trayectoria, presento íntegra aquella conversación donde se hace patente el imperecedero vínculo entre el periodismo y la literatura:
El sábado de la semana pasada se presentó en el Archivo Histórico y Hemeroteca de la Universidad de Colima, la novela del periodista y escritor Manuel Sánchez de la Madrid, titulada Un mexicano en la Luna.
En entrevista con el autor, también director del rotativo El mundo desde Colima, destacó que el periodismo es la gran fuente de la literatura: “una de las novelas que más me han gustado es El cartero, de Antonio Skármeta, periodista comisionado para que fuera a la isla en la que estaba exiliado el poeta Pablo Neruda. Su director le exigió que hiciera entregas periódicas que en realidad no hizo, pero escribió una estupenda novela. Hay más ejemplos, como Ernest Hemingway, entre otros autores que se han iniciado en el periodismo y que han incursionado en la novela con gran éxito. Creo que en la experiencia del reportero, todos los días se puede estar conociendo una temática que es con mucho una novela”.
Manuel Sánchez de la Madrid inició en el periodismo a temprana edad, y en todas sus facetas, incluyendo su comercialización: “yo fui jefe de circulación de Diario de Colima, después tomé otros rumbos pero cuando regresé al Diario lo hice como reportero, al mando estaba el profesor Luis Arvízu Negrete; para entonces yo ya había estado en la academia Schmith donde tomé clases de mecanografía y taquigrafía, empecé como reportero de policiacas y luego como jefe de información”. A la salida de Luis Arvízu del matutino, quedó como director Roberto Pizano y Saucedo: “quien me hizo el favor de hacerme señalamientos en la forma de redactar, pero sobre todo, tuve como maestro a mi padre: Manuel Sánchez Silva, quien tenía una forma de redactar muy peculiar, muy conocida. Él fue mi guía en esta escolaridad a través del trabajo diario y continuado. En 1969 arrendé a mi papá y estuve como director casi diez años al frente del Diario”.
Los inicios en la literatura del periodista y autor de Un mexicano en la Luna fueron también a través de su padre, quien siempre fue un hombre preocupado por la pátina cultural y buscaba que sus hijos tuvieran una instrucción completa, además de lo que se recibe en las escuelas: “mi padre nos introdujo en la lectura con los clásicos de la literatura, además de leer Historia y biografías de los personajes más sobresalientes. A mí me gustaban las novelas de Agatha Christie, y las aventuras en la narrativa de Arthur Conan Doyle, Maurice Leblanc, entre otros autores. Sin embargo, mi papá nos repartía el tiempo tanto para estudiar como para jugar”.
 
LA NOVELA
 
En una ocasión, Manuel Sánchez de la Madrid fue invitado a un homenaje a la exgobernadora Griselda Álvarez, en donde el único orador fue él, pero cuando le tocó a ella el turno de hablar, dijo: “Agradezco a Manuel los argumentos que ha hecho sobre mi persona, me gusta mucho como él dice sus cosas”. En referencia a ello, el periodista expresó que un día el cineasta Alberto Isaac le comentó: “te he escuchado a ti decir muchas cosas interesantes”, como temas históricos que en la provincia se van dando. Al respecto Don Manuel dice que todas las provincias del mundo son exactamente iguales, sus habitantes creen que viven en un lugar único, “el más hermoso de todo el orbe”. En una ocasión “yo tuve una plática ocasional con un amigo, quien me contó que una trabajadora doméstica en su casa le había dicho cuando veían en la televisión un aniversario del viaje que llevó al hombre a la Luna, que en Zapotitlán de Vadillo había nacido el primer hombre que llegó a la Luna. Entonces tuve curiosidad de ir allá, donde tuve también la oportunidad de conocer a Ramona Murguía y escuchar de su propia voz, ver sus reacciones, en sus grises ojos que sopesaban esos párpados que parecían cortinas –una mujer a la que le correspondió un papel en la vida verdaderamente dramático–, cómo dio muerte al Indio Vicente Alonso. En mi novela manejo estas dos historias importantes, las cuales tuve que engarzar y culminar con la vida de un personaje llamado Simón, joven director de un periódico que cree que va encontrar un premio Pulitzer al darle al mundo la noticia de que Neil Armstrong no había nacido en Estados Unidos sino en México, específicamente en Zapotitlán de Vadillo. Habrá que leerla para saber si es cierto o no. Además, manejo el tema de Minatitlán, este drama que a Simón le tocó vivir cuando el ciclón del 27 de octubre de 1959”.
Don Manuel conoció Zapotitlán porque trabajó en la zona: “tuve la oportunidad de conocer toda esa hermosísima región, donde Juan Rulfo ubica sus obras El llano en llamas y Pedro Páramo”.


El periodista y escritor destacó que no tiene mucha confianza en que las obras literarias de colimenses –con calidad indiscutible–, puedan tener elementos que rompan y traspasen las fronteras de lo local: “de tal manera que pensé que mi novela nace solicitada por Alberto Isaac, quien me pidió que escribiera una de “esas cosas” y entonces le platiqué yo las historias que están en este libro, pero de pronto se murió Alberto y dije ahí que quede la novela, sólo voy a hacer unos cuatro o cinco libros para mis amigos e hijos, pero mi hermano Héctor se interesó en editarla y por eso se presentó la semana pasada”.
Don Manuel expresó que la inercia ya se rompió: “estoy muy contento y satisfecho por la reacción que ha habido entre los colimenses por la novela y la que se ha ido adquiriendo en los diferentes puntos de venta en donde ya está”. Actualmente el escritor trabaja en una obra próxima “tengo específicamente tres temas que ya he madurado en mi mente, varias de las etapas que ya comencé a escribir sobre la base de la investigación de campo, están basadas en la fotografía de los hermanos Daguerre, en Francia, de aquí voy a desarrollar una novela que resultará interesante”.
En torno a la lectura, Sánchez de la Madrid señala que la gente cada vez lee menos: “pero las universidades tienen esa gran responsabilidad, y creo que la Universidad de Colima está cumpliendo con su misión, veo con muchísimo agrado que de la escuela de Letras están surgiendo escritores que no los hemos conocido suficientemente, pero la UdeC está haciendo bien su papel, pero además, cada padre de familia tiene en su casa la responsabilidad –como mi padre lo hizo con nosotros– de empujarnos, de dirigirnos hacia el interés por leer y conocer la historia, las biografías de los personajes tan importantes que ha habido, y las obras que nos permiten conocer y disfrutar del mundo que tenemos, en lo bueno y en lo malo, pero la responsabilidad número uno está en las universidades y en los padres de familia”.
Por último, respecto a los contenidos en los medios de comunicación, el novelista asegura que los periódicos cumplen con la función de abordar constantemente temas de interés, de acontecimientos anecdóticos, que son muy bonitos en la provincia y que además de informar recrean al lector, “pero yo estoy seguro y temeroso de que al periodismo impreso le queda muy poco tiempo, estará únicamente en las pantallas de los avanzadísimos sistemas, será sustituido en el futuro por la tecnología”.
 
*Entrevista publicada el 15 de agosto de 2010

Julio César Zamora Velasco



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