Rusia se suma a la evacuación de Afganistán
Miércoles 25 de Agosto de 2021 1:39 pm
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Cuatro aviones de transporte militar salieron de Kabul con
destino a Moscú, evacuando este miércoles de Afganistán a más de medio millar
de ciudadanos rusos, pero también personas con pasaporte de Bielorrusia,
Kirguistán y Tayikistán, países que forman parte de la alianza militar
postsoviética liderada por Rusia –la Organización del Tratado de Seguridad
Colectiva–, así como de Uzbekistán y Ucrania, que no son miembros del pacto,
aunque comparten un mismo origen a partir del colapso de la Unión Soviética
hace treinta años.
El Kremlin –según su portavoz, Dimitri Peskov– también está
considerando satisfacer las solicitudes de asilo político presentadas por
afganos que quieren irse a Rusia, entre otras la de muchos integrantes de la
Asociación de Egresados de Universidades Rusas, que trabajaban en dependencias
del anterior gobierno y temen por sus vidas.
Entretanto, la embajada rusa en Kabul sigue con mucha
atención los primeros pasos del Talibán en el poder y, de acuerdo con lo dicho
por su titular, Dimitri Zhirnov, intenta – a petición de las autoridades de
facto– mediar con los afganos de origen tayiko del Valle de Panjshir, cuyo
líder Ahmad Mossoud, se opone a supeditarse a quienes, dice, dieron un golpe de
Estado en Kabul.
Agrupados en el llamado Frente de Resistencia Nacional de
Afganistán, los miles de combatientes de Mossoud pretenden llegar a un acuerdo
que les permita gobernar su territorio sin ninguna injerencia, y menos del
Talibán, en tanto éste quiere establecer su pleno control en todo el país, para
lo cual mandó parte de sus milicias a rodear la zona insurrecta.
Si no hay pacto, habrá combates entre afganos y es lo que
menos quiere Moscú, por cuanto sólo un entendimiento entre todos los grupos
étnicos –y hasta ahora de los catorce que hay ahí, sólo los tayikos del
Panjshir rechazan abiertamente subordinarse al Talibán– permitiría hablar de un
“gobierno incluyente” que toma en cuenta los intereses de todos los afganos y
se forma en lugar de un “gobierno títere” manejado por Estados Unidos y
contrario a los intereses de la mayoría.
En caso contrario, y sobre todo de desatarse una guerra
civil en Afganistán, Moscú tendrá que decidir a quién brinda su apoyo: a los
que se consideraban sus socios de siempre, los afganos de origen tayiko que
impedían que agrupaciones de islamitas radicales ingresaran a Tayikistán, o a
su nuevo “aliado coyuntural”, el Talibán, que hasta ahora cumple el compromiso
de proteger la embajada rusa en Kabul y oficialmente sigue siendo en Rusia una
“organización terrorista proscrita”.