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El amigo colimense de Sirhan Bishara, asesino de Robert Bob Kennedy


Sirhan Bishara Sirhan, detenido tras disparar contra Bob Kennedy.

Carlos Ramírez Vuelvas

Tejabán II/IV

Domingo 05 de Septiembre de 2021 1:01 pm

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El 6 de junio a la medianoche de 1968, luego de confirmarse su triunfo electoral como Gobernador del Estado de California en Estados Unidos de Norteamérica, el aún senador Robert Bob Kennedy convocó una reunión con sus seguidores para celebrar en el Hotel Ambassador, de Los Ángeles.
Mientras Robert Kennedy se dirigía por un pasillo hacia las cocinas del hotel, apareció Sirhan Bishara Sirhan disparando con un revólver calibre 22. La Policía de Los Ángeles emprendió una persecución de un hombre de tez morena clara, de aspecto latinoamericano, de alrededor de 20 años de edad.
Un informe del Condado, citando a la empleada del Hotel, Sandra Serrano, calificó el aspecto racial del sospechoso: “mexicano, puertorriqueño o panameño”.
Aunque fue presentado públicamente un par de días después del homicidio, Bishara Sirhan fue detenido el mismo día del incidente. Confesó su crimen como un acto de defensa de Palestina contra el apoyo expresado por Robert Kennedy a Israel.
En sus informes, la Policía de Los Angeles se refirió en los siguientes términos a los comportamientos del detenido: “Daba la impresión de ser un hombre computado, programado, para matar. No es explicable que alguien que ha cometido un crimen, sobre todo de este tamaño, tenga la apariencia física del funcionamiento de su sistema nervioso perfectamente normal, a unos minutos después del atentado”.
Bishara Sirhan, de 24 años de edad, identificado con la Iglesia de Los Testigos de Jehová, al ser llevado a prisión sólo pidió llevar consigo un ejemplar de La doctrina secreta, de Madame H. Blavatsky, fundadora de la teosofía en EUA. El homicida fue condenado a cadena perpetua.
Robert Kennedy falleció a primera hora de la mañana del día 6 de junio de 1968 a los 42 años, en el Hospital El Buen Samaritano de Los Ángeles. Sus funerales se celebraron en la Catedral de San Patricio, en Nueva York, y el presidente Lyndon Johnson declaró día oficial de luto nacional el 9 de junio de 1968.
Un par de días después del asesinato de Robert Bob Kennedy, la CIA solicitó apoyo a su agente mexicano LITEMPO-4, Fernando Gutiérrez Barrios, director general de la Dirección Federal de Seguridad (DFS) del Gobierno de la República de México, para conocer el paradero de Crispín Curiel González, posible implicado en el crimen.
En principio, la DFS emitió pocos reportes a la CIA que apenas si conservó algunos documentos (aunque investigadores y analistas del caso aseguran que la policía de Los Angeles quemó los expedientes por indicaciones de la propia Agencia). 
Que Crispín Curiel González era oriundo de Colima.
Que tenía 17 años (aunque la prensa amarillista decía que 16).
Que había nacido en la calle Medellín # 158 del centro histórico de la capital de Colima (en otra versión, en la calle General Núñez # 353).
Que su padre era Crispín Curiel Zamora y su madre María Cruz González.
Que vivió en Pasadena, California, en la Casa Hogar del Ejército de Salvación, refugio de asistencia privada de la iglesia metodista.
Ahí conoció a su novia, Emily Binkley, una joven veinteañera que se había unido al metodismo en 1967, luego de sufrir un aborto.
La DFS alcanzó a filtrar la fotografía de un joven moreno de rostro afilado, bigote ralo y cabello lacio que le hacía un filete en la frente.
Fue más efectiva la labor del FBI, quien integró un expediente más abultado que el de la CIA, pero no tan abundante como el de la DFS. 
Se sabía que entre la segunda y tercera semana de junio, el colimense había abandonado territorio estadounidense, perdido en algún lugar del Norte de México. Crispín Curiel había dejado los Estados Unidos de Norteamérica, horrorizado.
La novia de Crispín Curiel, Clara Emily Binkley, fue entrevistada varias veces, tanto por el FBI como por la Policía de los Ángeles. En unas versiones, decía que su ex novio nunca conoció a Sirhan Bishara, ni mencionó nunca a la familia Kennedy. Que toda la historia alrededor de él, fue propalada por el mismo Crispín Curiel para llamar la atención de la opinión pública.
En otras versiones de Emily Binkley, Crispín Curiel fue amigo de Sirhan Bishara Sirhan, a quien conoció en sesiones de espiritismo, psicología y paremias, a las que ambos acudieron en Pasadena, California.
Gustaban de hablar del asesinato de los Kennedy en la Biblioteca Pública de Pasadena, y experimentaban la posibilidad de controlar la mente de otras personas a través de su propia mente. En ocasiones también consumían drogas, como la dietilamida de ácido lisérgico (LSD), la mezcalina o diversos opioides, que les entregaban los guías de los talleres de espiritismo y mentalismo a los que asistía. 
Esta segunda versión también habría quedado asentada en el diario de Crispín Curiel, una libreta amarilla que traía consigo a todas partes y que fue consignada por la DFS.
Es probable que, sin saberlo, Bishara y Curiel participaran con el programa denominado MK Ultra, que entre los cincuenta y los sesenta impulsó la CIA de manera clandestina, para experimentar con temas de parapsicología, consumo de alucinógenos y programación neurolingüística en distintas ciudades de EUA y Canadá.
Lo cierto es que la propia CIA documentó una de las páginas del cuaderno amarillo de Curiel González, donde señala:
“Voy a perder mi memoria completamente pronto. Si el mundo solamente supiera que yo proyecté todo el asesinato de Robert F. Kennedy. Ese árabe loco (Sirhan Bishara Sirhan) tenía tremendo odio por todo lo que fuera Kennedy...
“El mundo sabe que el asesinato fue un gran complot, pero desafortunadamente nunca toda la verdad...
“Yo siempre quise hacer algo grande. Yo lo hice bajo la fuerza de esta droga que tomé para perder la memoria...
“Yo nunca sabré que proyecté el asesinato de RFK. Pero no me importa...
“Yo sé que el mundo nunca sabrá acerca de esto. Pero no me importa. Yo probablemente moriré muy pronto en alguna parte de México…”.

Carlos Ramírez Vuelvas



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