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Sobre la inclusión y la fantasía



Brandon Enciso Alcaraz

Sábado 11 de Septiembre de 2021 9:58 pm

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Hace unos días, en un foro de internet sobre la franquicia de The Witcher, un sujeto se quejó porque, en la adaptación de la serie a live action, en medio de una turba enardecida, aparecían personas afrodescendientes. La queja, según este sujeto, estaba en que aquello era “inclusión forzada”, pues en Polonia, en la Edad Media, no había personas de esta raza.
De inmediato le pregunté, aprovechando el contexto de la escena, sobre dónde quedaba Blaviken, después le cuestioné por las ruinas de Kaer Morhen, y si sabía cómo llegar a Toussaint, de cuyos vinos tantas cosas maravillosas leí, pero jamás encontré referencias en ningún mapa de Polonia.
Por supuesto, llegar a estos lugares es imposible, no existen, así como tampoco existen las estriges, los brujos ni la maldición del sol negro, entonces ¿por qué pedir rigor histórico en una serie de ficción?
El problema que nuestro quejoso no lograba vislumbrar, era que estaba hablando de una serie de fantasía a la que quería aplicar las reglas de nuestro mundo real. En nuestra realidad, en efecto, sería imposible encontrar a personas de ciertas razas en determinados momentos y lugares históricos, pero, en un mundo ajeno, uno que no ha pasado por la misma historia que nosotros, uno que no tiene nuestras mismas religiones, países ni conquistas, ¿qué sentido tendría que sí tengan las consecuencias de todas estas variables?
Lo pongo así: si un día hicieran una serie ficcional basada en elementos de la cultura zapoteca, y pusieran a gente de rasgos ajenos a su realidad en la misma, la regla sería igual, pero, si esta serie fuese un documental, y aparecieran individuos de razas que no coexistieron, entonces sí, tendríamos un problema.
La misma norma se puede aplicar a absolutamente cualquier obra de fantasía que sea ajena a nuestra realidad, pues, de nuevo, es ridículo querer imponer las consecuencias de milenios de sucesos históricos en un mundo donde estos no tuvieron lugar.
Entonces, ¿es buena la inclusión? Más que de bien y mal, yo hablaría de necesidad. Es necesario dar visibilidad, en obras donde esto no cree una contradicción real (léase obras de rigor histórico), a los diferentes sectores de la sociedad humana. Sin embargo, se debe tener cuidado de no caer en la flanderización, y convertir a los personajes en una suerte de caricatura de estereotipos, volviéndolos unidimensionales y alimentando con ello una idea equivocada de quienes son estas personas.
Al final, yo pregunto: ¿los personajes que nos gustan, lo hacen por su raza, sexo y orientación, o por quienes son y por la historia que atraviesan?

Brandon Enciso Alcaraz



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