Francisco reitera disculpas por "acciones y omisiones" del pasado
Lunes 27 de Septiembre de 2021 12:17 pm
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El papa Francisco envió un mensaje de felicitación a México
por la celebración de los 200 años de su Independencia, en el cual ofrece de
nueva cuenta disculpas por todos los pecados y acciones y omisiones “que no
contribuyeron a la evangelización”, pero también hace referencia a las acciones
contra el sentimiento religioso cristiano.
Señala, sin embargo, que los dolores del pasado deben servir
para construir la fraternidad, dando prioridad al bien común por encima de
intereses particulares, tensiones y conflictos.
En el salón Tesorería, de Palacio Nacional, se informó que
se han recibido mensajes de felicitación de líderes religiosos de todos los
credos y de todas las iglesias, y siendo México un Estado laico, la carta del
Papa es en su calidad de jefe de Estado, se aclaró.
Enseguida - durante el espacio correspondiente a la
conferencia de prensa matutina- se proyectó un video en el que el propio
Arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera López, Presidente de la Conferencia del
Episcopado Mexicano, da lectura a la carta que le envió el Papa Francisco:
LA MISIVA
“Querido hermano: con motivo del bicentenario de la
declaración de la Independencia, quiero hacerte llegar un cordial saludo a ti y
a los demás hermanos obispos, a las autoridades nacionales y a todo el pueblo
de México.
Celebrar la Independencia es celebrar la libertad y la
libertad es un don y una conquista permanente. Por eso me uno a la alegría de
esta celebración y al mismo tiempo, deseo que este aniversario tan especial sea
una ocasión propicia para fortalecer las raíces y reafirmar los valores que los
constituyen como nación.
“Para fortalecer las raíces es necesario hacer una relectura
del pasado, tomando en cuenta tanto las luces como las sombras que han forjado
la historia del país.
“Esa mirada retrospectiva incluye necesariamente un proceso
de purificación de la memoria, es decir, reconocer los errores cometidos en el
pasado que han sido muy dolorosos.
“Por eso, en diversas ocasiones, tanto mis antecesores como
yo mismo, hemos pedido perdón por los pecados personales y sociales, por todas
las acciones y omisiones que no contribuyeron a la evangelización.
“En esa misma perspectiva, tampoco se pueden ignorar las
acciones que en tiempos más recientes se cometieron contra el sentimiento
religioso cristiano de gran parte del pueblo mexicano provocando con ello un
profundo sufrimiento, pero no evocamos los dolores del pasado para quedarnos
ahí, sino para aprender de ellos y seguir dando pasos en vistas a sanar las
heridas, a cultivar un diálogo abierto y respetuoso entre las diferencias y a
construir la tan anhelada fraternidad priorizando el bien común por encima de
intereses particulares, las tensiones y los conflictos.
“El aniversario que están celebrando invita a mirar no sólo
al pasado para fortalecer las raíces sino también a seguir viviendo el presente
y a construir el futuro con gozo y esperanza reafirmando los valores que los
han constituido y los identifican como pueblo, valores por los que tanto han
luchado e incluso han dado la vida muchos de vuestros antecesores como son la
independencia, la unión y la religión.
“En este punto quisiera destacar otro acontecimiento que
marcará sin duda todo un itinerario de fe para la iglesia mexicana en los
próximos años: la celebración, dentro de una década, de los 500 años de las
apariciones de Guadalupe.
“En esta conmemoración es bello recordar, como lo expresó la
Conferencia del Episcopado Mexicano, con ocasión del 175 aniversario de la
Independencia nacional, la imagen de la virgen de Guadalupe tomada por el Padre
Hidalgo del santuario de Atotonilco simbolizó una lucha y una esperanza que
culminó las tres garantías de Iguala impresas para siempre en los colores de la
bandera:María de Guadalupe, la virgen morenita dirigiéndose de modo particular
a los más pequeños y necesitados, favoreció la hermandad y la libertad, la
reconciliación y la inculturación del mensaje cristiano no sólo en México sino
en todas las Américas, que ella siga siendo para todos ustedes, la guía segura
que los lleve a la comunión y a la vida plena en su hijo Jesucristo.
“Que Jesús bendiga a todos los hijos e hijas de México y la
virgen santa los cuide y amparo con su manto celestial, y por favor no se
olviden de rezar por mí”.