En arte, un concepto que siempre
me ha atraído, es el de la Experiencia estética. Este demarca que la
experiencia que vivimos al encontrarnos con una obra de arte, está regida por
nuestras vivencias, conocimientos, entorno, edad, sensibilidad; en fin, por
todo lo que nos hace ser quienes somos. Para mí, una obra de arte debe
hablar por sí misma, sin necesidad del autor o de explicaciones a pie de
página. Picasso es uno de mis pintores
preferidos, y esta pintura, Guernica,
es mi ejemplo preferido cuando quiero mostrar a los alumnos el concepto de la
Experiencia estética. Es interesante cómo cada uno de
esos jóvenes reacciona diferente, y las interpretaciones que me han dado son de
lo más diversas. Hubo a quienes les causó risa o repulsión, unos vieron fiesta;
otros, dolor; al final, el caos prevalecía, y la sensación de que algo no
estaba bien, era la norma por sobre todo.
Guernica (1937), óleo de Pablo Picasso.
La pintura en cuestión está
inspirada en un bombardeo ocurrido durante la Guerra Civil Española, un dato
que sin duda cambia la dimensión de la obra, pero no quita lo interesante de
que, sin conocerlo, jóvenes que jamás la habían visto, lleguen a conclusiones
tan variadas y, a veces, tan cercanas a la intención original del autor.
