Un 7 de octubre de 1849, Edgar
Allan Poe partía de este mundo, tres días después de ser encontrado en las
calles de Baltimore, Maryland, en un estado delirante, sin llegar nunca a tener
la lucidez suficiente como para explicar su condición. En uno de esos giros del destino,
su muerte pareciera el planteamiento ideal para alguno de sus cuentos. Hoy lo recordamos, entre otras
cosas, por su labor como escritor, poeta, crítico y periodista romántico. Poe
es considerado uno de los maestros máximos del relato corto, un brillante
ensayista en lo que respecta a la creación literaria y, si no fuera suficiente,
es considerado el creador del relato detectivesco, sin el cual, no tendríamos
hoy muchas muy grandes historias. Dentro de sus creaciones más
destacables tenemos al imperdible poema de El cuervo, junto con sus cuentos El
gato negro, El corazón delator, La verdad sobre el caso del señor Valdemar, El
entierro prematuro y El escarabajo de oro.
