Desastres en una parte del mundo ya impactan en otra: Ilan Lavell
Domingo 31 de Octubre de 2021 7:53 pm
+ -Debido a la globalización e internacionalización aumenta el riesgo sistémico, explicó Ilan Lavell en el seminario sobre vulnerabilidad y riesgos que organizaron la UdeC y las universidades de Puerto Rico y Bernardo O’Higgins, de Chile.
En el marco del seminario permanente sobre Estudios e
Implicaciones del Riesgo, la Vulnerabilidad Social y los Desastres, Ilan Lavell
dictó la conferencia “Riesgo, desastres y desarrollo: avances en la concepción
y concreción de las relaciones”. Este seminario es organizado por la
Universidad de Colima y las universidades de Puerto Rico y Bernardo O’Higgins,
de Chile.
Ilan Lavell, académico de la Facultad Latinoamericana de
Ciencias Sociales (FLACSO), con sede en Costa Rica, habló de la evolución del
concepto de desastre desde hace 50 años, relacionado con respuestas ante
emergencias, máximos preparativos para responder ante una contingencia y con la
reconstrucción: “Es el concepto de desastre fundamentado en el paradigma
interpretativo que llamamos fisicalismo y que está captado en el término de
‘desastre natural’”, aclaró.
En este sentido, el experto señaló que hemos avanzado al
conceptualizar estos fenómenos como amenazas o eventos físicos naturales, ya
que el desastre siempre es de índole social y económica: “No hay tal cosa como
desastres naturales, pero hace cincuenta años el término tenía mucha
trascendencia. Hoy en día se sigue utilizando de una forma irrelevante que
distrae de la sustancia del tema; es decir, de la construcción de riesgo y de
condiciones de desastre”.
Agregó que existen eventos físicos que pueden disparar un
contexto de desastre dependiendo de las condiciones sociales, económicas y
políticas de la región impactada por un fenómeno natural, y que el concepto de
riesgo y desarrollo se empezó a difundir en los ámbitos académicos a partir de
1980, con la publicación del libro “Disasters & Development”, escrito por
el activista norteamericano Frederick Cuny en ese año.
“Desde entonces esta conjunción de conceptos entre riesgo y
desarrollo empezó a tener más relevancia, porque llevó a la idea de que los
desastres tenían que ver con procesos de desarrollo fallidos; actualmente,
dichos conceptos han sido retomados por el Global Assessment Report on Disaster
Risk Reduction (Informe de Evaluación Global sobre la Reducción del Riesgo de
Desastres) de la ONU, publicado en 2010 y 2019, así como el reporte que saldrá
el próximo año 2022”.
Debido a lo anterior, dijo, “ha habido un cambio de
paradigma entre considerar al desastre como amenaza física a entenderlo como
construido socialmente”. También dijo que a los aspectos relacionados con la
causalidad se les conoce como impulsores de riesgo, los cuales se relacionan
con los modelos de cada sociedad: neoliberalismo, comunismo y socialismo.
Asimismo, explicó que el riesgo y la vulnerabilidad se
relacionan con la falta de planificación de las ciudades, la falta de gestión
del desarrollo y gestión ambiental, así como la pobreza, al obligar a las
personas a vivir en condiciones de marginación y exclusión en áreas expuestas,
por ejemplo, a inundaciones.
Al hablar en particular de la pandemia en el ámbito de la
gestión de riesgo y amenazas, el ponente señaló que no se trata de un caso
parecido a un sismo, que afecta a una zona específica, sino de una exposición
permanente y flexible. Así pues, continuó, “hay un principio de variabilidad,
de necesidad de reinventar constantemente nuestras ideas sobre riesgo, desastre
y el concepto de riesgo sistémico”.
Para el Marco de Sendai sobre la Reducción del Riesgo de
Desastres (2015) y organizaciones mundiales como la UNDRR (Oficina de las
Naciones Unidas para la Reducción de Riesgo de Desastres), añadió, el riesgo
sistémico ha tomado la batuta en ese tipo de estudios: “Este concepto refiere
que, a partir de un daño, se derivan impactos secundarios que afectan a nivel
social o económico y, en este sentido, si una central hidroeléctrica deja de
funcionar, por ejemplo, no es solamente el costo de este productor de
electricidad lo que se considera, sino la afectación a consumidores y a
personas que no pueden realizar su trabajo y, por lo tanto, pierden
productividad”, detalló.
“La globalización e internacionalización aumentan esta
sistematicidad, lo que significa que un desastre en una parte del mundo, ya
puede impactar notoriamente en otra, cosa que no pasaba tanto cuando las
economías estaban aisladas o menos integradas”, dijo. Por otra parte, comentó
que los sectores en condiciones de carencia se verán afectados cuando ocurra un
evento físico, social o económico, sin importar que sea una crisis financiera,
un terremoto o una epidemia; es la misma gente la que sufre: excluidos,
marginados y pobres, habitantes en centros urbanos aglomerados.
Por último, señaló que una de las grandes lecciones de la
epidemia actual en este ámbito es que el riesgo de desastre no tiene tanto
significado para unas personas como para otras: “Cuando una persona vive al día
y tiene que caminar las calles de la informalidad, olvida el riesgo, al igual
que una comunidad viviendo al margen de un río se niega a ser trasladada a otra
parte porque necesita mantener su estándar de vida o los medios mínimos que han
construido con mucho esfuerzo”.