Fatiga, ansiedad y depresión condiciones normalizadas por la pandemia
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Jueves 04 de Noviembre de 2021 6:14 pm
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La pandemia
actual ha obligado al distanciamiento social para evitar el contagio del
coronavirus y reintegrarnos a las actividades habituales, sin embargo, el
aislamiento ha provocado graves problemas en la salud mental, ya que los
síntomas como el estrés, la fatiga, ansiedad, depresión o perdida de
concentración se han vuelto recurrentes durante este tiempo y afectan,
principalmente, a niños y jóvenes.
El Centro de
Investigación y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional
(Cinvestav) explicó, en un comunicado, que la salud mental es el estado de
equilibrio en el que se desarrolla el bienestar psíquico, social y emocional.
Estos factores influyen en la manera en que pensamos y reaccionamos ante momentos
de cansancio mental (estrés).
De acuerdo
con el farmacobiólogo Alonso Fernández-Guasti existen pruebas que el
aislamiento en humanos y en animales puede alterar la conducta, como en el caso
de la irritabilidad, estado que desencadena comportamientos impulsivos, así
como un temperamento explosivo.
“En el caso
de la irritabilidad se podría asociar con un aumento de la violencia familiar”,
por ejemplo, las parejas actuales normalmente tienen demasiado “aire en su
relación”, es decir, ventanas sin estar en compañía de su pareja, pero con el
encierro pasan mucho tiempo juntos, día y noche, con una interacción intensa,
sin contar con espacios de libertad, entonces eso les provoca mucho estrés e
irritabilidad, sin distinción de género, expuso el doctor del laboratorio de
farmacología conductual del centro.
Aunque el
confinamiento ha sido generalizado, hay ciertos rangos de edad donde estos
síntomas afectan en mayor medida, como en el caso de las niñas y los niños
porque al ser sociables por naturaleza, el encierro les provoca problemas en
las etapas del juego.
Mientras que
los jóvenes, a quienes estos encierros han afectado otras etapas de
socialización, como lo son el reforzamiento de vínculos amorosos, sexuales y
amistosos, fundamentales para su desarrollo, refirió el académico.
En
consonancia, los expertos del Cinvestav hicieron alusión a un estudio símil,
realizado por la psiquiatra Rosa Ulloa Flores, del Sistema Nacional de
Investigadores (SNI). Este trabajo contó con la participación de niños,
adolescentes y adultos jóvenes. Los resultados indicaron que más del 50% de
ellos presentó síntomas de trastornos depresivos o ansiosos, en tanto que otros
reportes, realizados en Alemania, mostraron que dos tercios de la población
infantil y las adolescencias se sintieron afectados por la pandemia.
Este trabajo
demostró -además- los trastornos mentales en general se duplicaron y los
relacionados con la ansiedad incrementaron en un 60% a diferencia de estudios
anteriores.
La doctora
Ulloa Flores consideró que la violencia es un fenómeno ligado a los problemas
de salud mental, ya que se presenta de forma bidireccional: "una persona
con ansiedad o depresión puede tornarse irritable y recurrir con mayor
frecuencia a la violencia, y una persona que sufre violencia se verá afectada
en su salud mental, por lo tanto, es importante incluir la evaluación y el
tratamiento de estas alteraciones en todas las personas afectadas por la
violencia doméstica".
Por todo
esto, los expertos consideraron que es necesario promover en casa acciones para
la protección del desarrollo de patologías mentales, como ejercitarse, realizar
nuevas actividades recreativas o hacer uso de la meditación para controlar el
estrés.
"Muchos
de estos síntomas corresponden a reacciones breves o de ajuste; si la persona
recibe atención oportuna y aplica las medidas señaladas, serían reversibles;
sin embargo, aún se realizan estudios para determinar factores asociados a
problemas crónicos de salud mental", aseguró Rosa Flores.