Ventanas a la realidad. Prohibido besar, de Julio César Zamora*
Ricardo Sigala
Viernes 05 de Noviembre de 2021 10:25 pm
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La literatura es una ventana por la que
atisbamos la realidad: la que existe, la que creemos que existe o la que
quisiéramos que existiera. La obra literaria se inclina por estos a alguno de
estos caminos. Prohibido besar. Historias
contagiantes de Julio César Zamora es esa ventana por la que nos asomamos a
un tiempo específico: los primeros meses de la pandemia de Covid 19. Miramos
por la ventana desde afuera, a la manera del vouyerista, es decir, ventanas
adentro. El lector de Prohibido besar irrumpe
en el confinamiento, el encierro es el espacio dominante de estas historias, y
el puñado de personajes que aquí confluyen se enfrentan a esa nueva realidad de
maneras diversas.
El libro está compuesto por diez breves relatos: una serie de viñetas, instantáneas, cuadros, retratos o escenas, a través de una escritura bien cuidada. Los personajes son personas jóvenes, maduras, ancianas; los hay profesores, matemáticas, enfermeras, salvavidas, surfistas, músicos callejeros, pordioseros y filósofos. Las historias suceden tanto en Colima, como la Ciudad de México, Madrid, Santander, Seattle o Wu-Han. En este sentido el libro abarca un espectro considerable en su condición de caleidoscopio de una época.
La estructura visible
del mismo es la siguiente: un texto de entrada, ubicado justo en el inicio
porque trata de un nacimiento, una expectativa, un futuro, por demás positivos
y luminosos; y un texto de cierre, diferente a los demás en sus procedimientos
narrativos pues se trata de un diálogo de inspiración platónica, en el que
varios filósofos y pensadores contemporáneos hablan sobre la realidad y la
pandemia, el libro se cierra en una especie de simposio que quiere reflexionar
sobre nuestro mundo asediado por la pandemia. Los otros ocho textos se confinan
entre estas dos paredes que los contienen, y, como ya se ha dicho, son la parte
central del volumen.
Luego de un prólogo a
cargo de Jesús Adín Valencia el libro se abre el primer texto, titulado
“Zazil”, el libro inicia con la espera que a la vez es una presencia. Zazil
está por llegar, por nacer, aunque ya está aquí, se habla con ella, se comparte
música con ella. La vida gira en torno a ella. El comienzo del libro es la
inminencia de otro comienzo. Pero pronto se pasa al siguiente contexto, que no
abandonará el texto, y que es el de la pandemia. En el apartado que le da
título al volumen, “Prohibido besar”, el escenario es el de las medidas de
salud por la pandemia: un hombre arriba a un café en cuyo ingreso se toma la
temperatura y se pisa un tapete mojado, ahí se encuentra a una mujer, ambos se
miran, se desean y una voz les advierte que está prohibido besar, el texto
continúa en esta doble tensión, en la que el erotismo y las nuevas reglas de
convivencia se confrontan.
En el tercer texto, “No
es para cualquiera”, nos encontramos en el espacio doméstico de una profesora
de matemáticas con maestría en Historia del arte. Hace su vida en su casa de
Seattle, es independiente, solitaria, autónoma, da sus clases a distancia por
el confinamiento. El texto es un retrato y la construcción del mismo se realiza
a partir de famosas pinturas, cuadros de van Gogh, Edward Hopper, Pierpaolo
Rovero, el resultado por supuesto es muy visual y contiene mucha luz. En
distinto espacio, y diferentes circunstancias, se desarrolla el relato titulado
“Nefrita”, en él aparece el tópico de los trabajadores de la salud en la
pandemia, en el que son vistos por ciertas personas como una amenaza, como una
posible fuente de contagio. La anécdota se realiza en un viaje en Uber, una
enfermera que simula su profesión para protegerse de un posible ataque.
El centro del libro convoca, primero, en “No es para cualquiera” a un hombre solitario, lector de Cioran, que piensa en la vida y en la muerte, en los perros que ladran a lo lejos. Es un viudo que espera, junto con Pavese a que venga la muerte y traiga sus ojos, los de su mujer. Y después la “La paciente 31”, que es un relato de naturaleza distinta al del resto de los contenidos en el libro, pues es el más narrativo de todos, con una estructura más cercana al cuento y además con ciertos visos de ciencia ficción y distopía. El relato sucede en China, en los primeros meses del inicio de la pandemia, en él conviven robots, drones y aplicaciones de celular en torno a los posibles contagiaos, haciendo de vigilantes pero también de cuidadores. El texto, a pesar de su tono tecnologizado, tiene un rasgo humano irónico, pues uno de los focos de infección fue en una reunión de tipo religioso que supone el origen de la pandemia en los pecados del mundo.
En el catálogo de
personajes de Prohibido besar... no
podría faltar el nostálgico, en “Opio”, el personaje en el encierro extraña la
visita cotidiana al bar, el tarro de cerveza, la rockola, las canciones de los
Rolling Stones y la compañía de Elena, la mujer de nadie. Tampoco podrían
faltar las escenas del apuro económico de los que tienen que ganarse la vida
cada día en una sociedad casi fantasma: “Batalla feroz” pone a unos músicos
ambulantes, un cilindrero y un pordiosero a disputarse unas monedas que ruedan
por el piso.
En “Una última vez”, una
joven de 25 años presencia en Madrid la escena de unos policías arrestando con
una fuerza desmedida a una mujer que se atrevió a salir a hacer ejercicio, en
un clima de toque de queda. La misma chica, a los pocos días se convertirá en
la protagonista de una escena equivalente, tras ser diagnosticada con Covid y
resistirse a confinarse, en un intento de despedida de su afición preferida:
hacer surfing. El texto tiene, en un gesto profético inquietante, el título de
“Última vez”.
Ya hemos dicho que el libro se cierra con el texto titulado “Los pensadores (conversatorio)”, se trata de un simposio, en el sentido griego, donde se habla de diversos temas, en este caso el tema central es obvio la pandemia. En este simposio imaginario, se reúnen y se confrontan las ideas de personajes tan variados como “el filósofo español Paul Preciado, el surcoreano Byung-Chul Han, el italiano Giorgio Agamben, el también lingüista y politólogo norteamericano, Noam Chomsky, el sociólogo esloveno Slavoj Žižek, el escritor e historiador israelí Yuval Noah Harari, el escritor mexicano Juan Villoro y el anfitrión Leopoldo Barragán”. El texto tiene la virtud de presentar las ideas fundamentales de los autores citados, en una reunión que es reflexiva a la vez que hilarante, porque el encuentro se realice en Colima. Se trata aquí el papel del Estado, la internet, la cultura en la pandemia. Se habla también de la información falsa como otro virus, de la polarización social y política, de los temas de salud pero también de derechos humanos.
Julio César Zamora, en Prohibido besar. Historia contagiantes
nos ha entreabierto esas ventanas a la realidad que hemos vivido en los
primeros meses de la pandemia, por ellas hemos visto lo que existe: las
condiciones presentadas en las historias centrales del libro; nos muestra
también lo que se especula sobre la realidad, la serie de filósofos que se
sientan a discutir sobre el tema en Suchitlán; y también nos proporciona un
esperanza con el mundo que quisiera que existiera, el del futuro, en el inicio
del libro que nos habla de una nueva vida encarnada por Zazil, “el esplendor en
esa habitación”.
Decía al inicio de esta
nota que la literatura es una ventana por la que atisbamos la realidad: la que
existe, la que creemos que existe o la que quisiéramos que existiera. Prohibido besar... se presenta ante
nosotros como una suma de esas ventanas.
Este libro fue
seleccionado para su publicación como parte de Creadores y Artistas en
Contingencia Colima 2020.
*Este texto fue leído en la presentación del libro Prohibido besar, el pasado 22 de septiembre durante las
Jornadas de Letras Hispánicas 2021 de la Universidad de Guadalajara, en Ciudad
Guzmán.