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'El Señor de los Anillos': 20 años de la génesis de la tierra media en el cine



Lunes 20 de Diciembre de 2021 12:51 pm

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'La comunidad del anillo', la primera entrega de la trilogía basada en las novelas de J.R.R. Tolkien, celebra su vigésimo aniversario como la película que nos hizo soñar con batallas épicas envueltas en magia y un anillo capaz de dominarlos a todos.

"El mundo ha cambiado. Lo siento en el agua. Lo siento en la tierra. Lo huelo en el aire. Mucho se perdió entonces, pero nadie vive ahora para recordarlo"
Con estas palabras, hace exactamente veinte años, empezaba 'El señor de los anillos', una saga para dominarlos a todos: a la taquilla, a la crítica, a los premios y, sobre todo, al público. Con la ahora legendaria música sibilina de Howard Shore y la sugerente voz de Galadriel, un mundo mágico —completamente nuevo para muchos, reconocible para aquellos que habían leído las novelas de J.R.R. Tolkien— abrió sus puertas para demostrar que la fantasía cinematográfica de grandes dimensiones y ambiciones era posible en Hollywood.


El principal responsable fue el director Peter Jackson, que luchó durante años por llevar su visión de la Tierra Media a la gran pantalla, esquivando a aquellos productores que quisieron minimizarla y exhibiendo una fe incorruptible en los resultados que traería un rodaje de dieciséis meses en Nueva Zelanda. La primera entrega recaudó casi 900 millones de dólares en todo el mundo y sentó las bases para una comunidad fan que no ha dejado de suspirar por las aventuras de Frodo y compañía desde hace dos décadas. Junto con el estreno de 'Harry Potter y la piedra filosofal' también en diciembre de 2001, 'El señor de los anillos' marcó la siguiente época del género fantástico en Hollywood.
En su crítica de 'El señor de los anillos: La comunidad del anillo', Jordi Costa escribió:
"La titánica tarea de llevar al cine ese universo imaginario cerrado y poderoso, en una trilogía regida por la fidelidad al espíritu y a la letra, se podría haber quedado en pura machada neozelandesa si, detrás de ello, el estilazo de Peter Jackson no hubiese echado el resto para lograr trascenderlo todo en una experiencia absolutamente mesmérica: el autor de 'Mal gusto' logra que sintamos, en la piel, el poder maléfico del Anillo o el restallar de un látigo de fuego. La buena -¿excelente?- noticia es que no todo acaba ahí. Disfrutar de esta primera entrega de 'El Señor de los Anillos' proporciona el aliciente adicional de comprobar cómo esta fantasía fuera del tiempo puede, a su modo mágico y lateral, seguir hablándonos en presente de indicativo: a fin de cuentas, todo el asunto va de sinuosas turbulencias colectivas, aires de apocalipsis y poderes malignos cuya mirada incluso atraviesa la carne".


Costa alabó en aquel entonces la factura técnica —"nada hay en ella de aséptico videojuego, pese al gran tonelaje de magia digital"—, el gran desarrollo de los personajes y su existencia "avasalladoramente física", épica e impactante. No hay que olvidar cómo de revolucionaria fue la película en aquel entonces, en unos finales de los 90 en los que un proyecto de este tipo era un gran riesgo, en el que la fantasía no era el género favorito de Hollywood, aún sin los éxitos de sagas como 'Harry Potter' —que se estrenó, también, en 2001— para avalar la rentabilidad de la taquilla. Por no hablar de que un par de años más tarde, la tercera entrega, 'El señor de los anillos: El retorno del rey', se convirtió en una de las películas más premiadas de la historia de los Oscars con once estatuillas, una cifra solamente igualada por 'Ben-Hur' y 'Titanic'.


Pero todo empezó con 'La comunidad del anillo'. Para muchos fans, sigue siendo la mejor de la trilogía, quizás por el factor nostálgico de ser la película que lo empezó todo, la introducción intachable a un mundo que nos sigue acompañando dos décadas después.
'EL SEÑOR DE LOS ANILLOS' ES UNA HISTORIA CONSTRUIDA SOBRE LOS HORRORES DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, LOS MIEDOS A LOS AVANCES TECNOLÓGICOS Y LA DESTRUCCIÓN DE LA NATURALEZA

¿Y otra clave del éxito que Jackson no mencionó? Contar con productores que creyesen en su visión, no como Harvey Weinstein. El productor de Miramax, que caería en desgracia en tiempos del movimiento #MeToo tras ser acusado de acoso sexual por decenas de mujeres, estuvo a punto de convertirse en una de las principales figuras detrás de 'El señor de los anillos'.

Pero sus demandas incluían reducir el presupuesto estimado de la saga a la mitad —unos 75 millones de dólares— y hacer una película en lugar de dos, que era el plan inicial. Peter Jackson se mantuvo firme y logró encontrar otro hogar en New Line Cinema, que no solo pagó lo que le debían a Weinstein por su confianza inicial —20 millones de dólares con los que trabajaron en la preproducción—, sino que apostó hasta las últimas consecuencias por un proyecto faraónico que bien podría haberse estrellado estrepitosamente. Por suerte, la apuesta fue más que acertada.


DANIEL DAY LEWIS FUE LA PRIMERA OPCIÓN DE PETER JACKSON PARA EL PAPEL DE ARAGORN Y SEAN CONNERY ESTUVO A PUNTO DE CONVERTIRSE EN GANDALF
Más allá de estos dos protagonistas, hubo todo tipo de detalles curiosos en la elección del numeroso reparto. Sean Connery estuvo a punto de convertirse en Gandalf, pero al parecer no le interesó lo más mínimo la historia ni entendía realmente de qué iba todo, y lo mismo con Christopher Plummer, para el que fue más una cuestión de no querer estar más de un año afincado en Nueva Zelanda. La pareja real formada por Ethan Hawke y Uma Thurman podrían haber formado parte del elenco en los papeles de Faramir y Arwen. Liam Neeson podría haber sido Boromir y haber sucumbido al poder del anillo único. Tantas posibilidades que ahora quedan para los libros de anécdotas.


EL LEGADO (CASI) PERFECTO DE LA TIERRA MEDIA
Hay éxitos de la historia del cine que no han perdido ni un ápice de su impacto inicial. Y su legado se ha demostrado eterno, indestructible, perenne. Así ocurre con 'El señor de los anillos', que volvemos a ver veinte años después con la misma sensación de asombro por sus logradísimos efectos especiales, con la misma emoción por el trayecto de sus carismáticos personajes, con el mismo amor por el mundo creado en la pantalla a través de las palabras de Tolkien. Cuando algo se hace tan bien, está destinado a sobrevivir para siempre.


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Agencias



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