Gran descubrimiento paleontológico en la península de Yucatán
Lunes 03 de Enero de 2022 2:37 pm
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En la zona de Tulum, Quintana Roo, en lo más profundo de los
cenotes que conforman un vasto laberinto de cuevas inundadas, especialistas
mexicanos y extranjeros han descubierto un total de 10 cráneos prehistóricos
humanos durante poco más de una década de investigaciones.
Se trata de “una colección enorme” que replantea las teorías
acerca de los orígenes de los primeros pobladores del continente, explica en
entrevista con La Jornada el paleontólogo alemán Wolfgang Stinnesbeck.
Lo fascinante de esos hallazgos, añade, es enfrentarse a las
preguntas que esos restos fósiles provocan, por ejemplo, “durante mucho tiempo
se pensó que los humanos más antiguos de América pertenecían a un grupo llamado
Clovis, conocido por sus vestigios en el norte de Estados Unidos; llegaron
hasta Sonora y quizás hasta Guadalajara. Ellos se caracterizaban por tener
cráneos estrechos, con una frente alta.
“Pero si se les compara con los cráneos que encontramos en
la península de Yucatán, que son más o menos de la misma edad (entre 13 mil y
10 mil años de antigüedad), las calaveras de aquí son completamente diferentes:
redondas, con la frente baja. Entonces, se trata de un grupo con obvias
diferencias con los Clovis, y uno puede preguntarse si dos grupos diferentes
llegaron a América de manera contemporánea o por caminos diferentes o si el
grupo que colonizó Yucatán se desarrolló de los ancestros de los Clovis y, si
fue así, ¿cuándo se dio la separación?
“Hay que tener en cuenta que la evolución de la fisonomía de
una especie requiere mucho tiempo, son procesos lentos; hay también una
adaptación a la zona. Es apasionante pensar que hace tan sólo 10 años ni
siquiera se sabía que en ésta área vivieron grupos más antiguos que los mayas,
que tienen 2 mil años.
“Hoy sabemos que hace 13 milenios ya había humanos aquí y
hay que preguntarse si fueron los primeros en la península que se quedaron de
manera permanente, o si los mayas, o quizá los olmecas, evolucionaron de ellos,
o si se extinguieron en la zona y olmecas y mayas son nuevos grupos que
llegaron de otras partes. Son dudas muy básicas que hay que resolver.”
EL ESQUELETO MÁS ANTIGUO
En 2006, añade el investigador, se localizaron las primeras
osamentas en el cenote de Chan Hol. Años más tarde se emprendió la recuperación
de otro esqueleto que estaba a más de ocho metros de profundidad.
“No lo pudimos fechar por radiocarbono, porque ya no había
ese material en los huesos. Pero lo fechamos muy bien por una estalagmita que
creció encima de uno de los huesos, con métodos isotópicos. Tiene casi 13 mil
años y, probablemente, es el más antiguo de América.
“Ixchel fue el tercer cráneo encontrado en esas cuevas en
2016, apenas tiene entre 10 mil y 10 mil 500 años. Cada hallazgo aporta una
pequeña piedrita para descifrar, sobre todo, cómo ocurrieron los cambios
climáticos que en ese periodo ocasionaron una extinción masiva de muchos
grupos.
“Con cada buceo encontramos algo nuevo. Quintana Roo tiene
el sistema de cuevas inundadas más grande del mundo. Se estima que son más de
10 mil kilómetros, de los cuales apenas conocemos mil 800, ni siquiera 20 por
ciento.
“Hay muchos lugares totalmente desconocidos; eso tiene que
ver también con la accesibilidad. Hace 20 años, cuando visité la zona por
primera vez, sólo había una carretera y lo demás era selva. Ahora que cada día
tenemos más accesibilidad a los cenotes, es casi seguro que donde se construya
una nueva carretera o un nuevo ecoparque encontraremos nuevos hallazgos.”
Sin embargo, aclara el paleontólogo, los investigadores no
ingresan a los cenotes por los puntos que están abiertos al público o los que
son muy conocidos. Ubican entradas alejadas, “por accesos peligrosos y oscuros,
donde pocas personas tienen la experiencia para bucear. Nuestra comunidad de
científicos paleontólogos es relativamente pequeña y, por fortuna, las personas
en Yucatán ya están muy sensibilizadas con respecto al trabajo que realizamos;
saben que si hacen un hallazgo, puede ser una aportación muy importante para la
ciencia, y nos avisan”.
Stinnesbeck dijo que debido a las restricciones a causa de
la pandemia de Covid-19 por el momento no se está realizando mucho trabajo de
campo. Su país natal no ha permitido viajes de científicos a México.
“Nos encantaría seguir con los buceos, pero por el momento
estamos parados. Sólo tenemos el trabajo de gabinete, de donde han salido
varios estudios, como el de Ixchel, que dimos a conocer en 2020, pero tenemos
muchos más por publicar”, concluyó el profesor, ahora jubilado, del Instituto
de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Heidelberg de Alemania.