Una de las enfermedades que puede generar la violencia que se está padeciendo en el estado es un estrés agudo, que provoca un incremento de la ansiedad, pero existen protocolos para atender esta situación difícil. Así lo explicó el doctor Guillermo Blanco Govea, coordinador estatal del Centro de Atención Primaria en Adicciones en la Comisión Estatal de Salud Mental y Adicciones de la Secretaría de Salud. “Médicamente, cuando hay algún desastre o bien, cuestiones de violencia o algún evento climatológico como un huracán o incluso un terremoto, las personas experimentan estrés agudo, en el momento del suceso. “Por ello es necesario que se tome conciencia de qué se está experimentado, porque hay varias reacciones, que pueden ser ansiedad elevada, desesperación, incertidumbre. “Además, sentirse amenazado, o cambios en pensamientos, dificultades para concentrarse, perder la atención o taquicardias y sentir el pecho apretado”, comentó. También se experimenta sensibilidad a factores ambientales, por ejemplo los ruidos que detonan el estado de ansiedad. Sobre lo que se debe hacer en caso de una crisis, el doctor explicó que lo primero es buscar un punto de seguridad. Es básico resguardarse. El siguiente paso es una respiración efectiva. Hacer una respiración profunda, aguantar 5 segundos la respiración, exhalar en 5 segundos y hacer cinco ciclos de respiración en este sentido, pues la respiración es un ansiolítico natural. “Lo siguiente es tratar de ubicarte en tu aquí y ahora. No pensar en lo que ocurrió, sino en tu espacio y tratar de platicarlo con alguien. Distraer el pensamiento, hacer alguna actividad en casa, que distraiga la atención de lo experimentado”, orientó. Enfatizó que si son muy intensas las manifestaciones, lo mejor es solicitar ayuda. Existe la línea de la vida, marcando al 800 911 2000, una línea abierta las 24 horas, sin costo, que es atendida por psicólogos altamente capacitados para resolver este tipo de crisis. El especialista precisó que si los síntomas siguen siendo muy intensos, se debe buscar ayuda en las unidades de salud, en urgencias, para ser atendidos de la crisis de pánico. “Es de una duración muy corta de manifestaciones físicas y emocionales, pero en ocasiones se requiere de medicamentos”, advirtió Blanco Govea. Agregó que es necesario no inhibir las emociones y permitir llorar, en caso de sentir la necesidad de hacerlo. “Experimentar, permitirte llorar, manifestar tu emoción. Las emociones no se deben inhibir, se deben gestionar las emociones, experimentarlas. “Si tienes ganas de llorar, hay que llorar. Si tienes ganas de compartirlo con un familiar significativo, hay que hablar con él, explayar todo lo que podamos para que la emoción fluya”, concluyó.
