Descubren en el Templo Mayor 164 estrellas de mar provenientes del Pacífico hasta de 60 cm
Miércoles 16 de Marzo de 2022 2:54 pm
+ -
Un conjunto único de 164 estrellas de mar provenientes del
océano Pacífico fueron descubiertas en el Templo Mayor por arqueólogos del
Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
El instituto difundió que el hallazgo de estas estrellas
originarias del litoral del Pacífico mexicano, tan distante de la capital
tenochca, se realizó en la ofrenda 178 del antiguo recinto sagrado de
Tenochtitlan, investigada desde 2019.
El conjunto incluye una figurilla de copal, el cuerpo de un
jaguar armado con un atlatl (propulsor de dardos) y organismos marinos como
corales, peces globo y caracoles.
Destaca entre el conjunto de vestigios, datado en el año
1500, un ejemplar de la especie Nidorellia armata, conocida coloquialmente como
“chispas de chocolate”, de 22 centímetros, que preserva de forma inusual la impronta
de su forma y estructura interna.
“Esta ofrenda es una de las más grandes que hemos encontrado
en el Templo Mayor, por lo que, hasta no explorar los 30 o 40 centímetros de
profundidad que creemos nos faltan, es difícil saber su significado”, explica
el arqueólogo Miguel Báez Pérez.
El 1º de marzo, el historiador Leonardo López Luján,
director del Proyecto Templo Mayor (PTM), difundió en su cuenta de Twitter una
foto con el texto: “En estos momentos aparece este maravilloso ejemplar de
Nidorellia armata (Pacífico), la estrella de mar más completa y mejor
articulada que jamás hayamos visto en nuestras excavaciones en el Templo Mayor.
La descubren Miguel Báez y Tomás Cruz”.
La ofrenda, que según el INAH fue realizada en la transición
entre los reinados de Ahuízotl y Moctezuma Xocoyotzin, “representa un caso
único de conservación de uno de estos equinodermos que, de manera similar a un
fósil, preserva su forma casi intacta, pese el paso del tiempo dado”.
El INAH detalló que durante el gobierno de Ahuízotl, los
mexicas establecieron rutas de comercio al parejo de su expansión militar en
Mesoamérica, por lo cual en Tenochtitlan se encontraron corales traídos del
Golfo de México, estrellas de mar del Pacífico y un jaguar hembra posiblemente
cazado en el Soconusco.
Los arqueólogos del PTM sostuvieron, con fuentes históricas
como la Matrícula de tributos y hallazgos previos, que la ofrenda está
vinculada a la guerra, no sólo por el arma que portaba el jaguar en una garra,
sino por su ubicación en el Cuauh-xicalco, edificación alineada con el costado
sur del Templo Mayor, consagrado a Huitzilopochtli, dios de la guerra.
En el análisis de los vestigios marinos colaboran
especialistas del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM). El descubrimiento proporcionará información
de la evolución de la Nidorellia armata, pues en la actualidad esa especie ha
reducido su tamaño, “tanto por la explotación humana como por el calentamiento
global, mientras en la antigua capital tenochca se han encontrado estrellas que
alcanzaron hasta 60 centímetros”.