Los planes del nuevo dueño de twitter, Elon Musk
Jueves 07 de Abril de 2022 10:12 am
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Elon Musk no tuiteó sobre su nueva participación en Twitter,
lo que para un ávido tuitero parece algo irónico.
Tal vez fue porque el 9.2% que posee ahora se considera como
una participación pasiva, aunque quienes conocen a Musk no esperan que siga
siendo así por mucho tiempo.
Su primer movimiento fue lanzar una encuesta, preguntando si
la gente quería un botón de edición, algo que se pide desde hace mucho tiempo y
quizás algo que él personalmente necesita (Twitter confirmó este martes que
trabaja en una opción de edición).
El nuevo anuncio de que se unirá al directorio de Twitter no
fue una sorpresa.
El director ejecutivo de Twitter, Parag Agrawal, informó en
un tuit que “a través de conversaciones con Elon durante las últimas semanas,
nos quedó claro que aportaría un gran valor a nuestra Junta”.
Agregó que “como creyente apasionado y crítico intenso” del
servicio, él es “exactamente lo que necesitamos”.
Más tarde, Musk respondió diciendo que estaba ansioso por
hacer mejoras en el gigante de las redes sociales.
La participación del 9.2% de Musk en la empresa de redes
sociales puede parecer pequeña, pero Dan Ives, de la firma analista Wedbush, la
describe como “alucinante, lo que equivale a 73.5 millones de acciones en la
red social.
Las acciones en la plataforma se dispararon luego de que se
revelara el lunes que el fundador de Tesla se había convertido en el mayor
accionista de la compañía, lo que significa que el valor de la participación ya
aumentó y ahora vale más de US$3 mil millones.
La participación accionaria de Musk es cuatro veces mayor
que la del fundador de Twitter, Jack Dorsey, quien renunció como director
ejecutivo en noviembre.
Ives cree que el empresario sudafricano ahora tiene sus ojos
«puestos con láser» en Twitter, y su participación significativa lo verá
impulsar un papel activo en la gestión de la empresa.
“Esperaríamos que esta participación pasiva sea solo el
comienzo de conversaciones más amplias con la junta y gerencia de Twitter que,
en última instancia, podría conducir a una participación activa y un rol de
propiedad potencialmente más agresivo de Twitter”, dijo.
Cuando Elon Musk tiene una idea, a menudo recurre a Twitter
para expresarla.
Musk tiene una especie de relación de amor y odio con
Twitter. Es un tuitero frecuente, con más de 80 millones de seguidores, y no es
ajeno a la controversia en sus interacciones en el sitio de redes sociales.
La plataforma parece adaptarse a su personalidad impulsiva:
el año pasado preguntó si debería vender el 10% de sus acciones en su empresa
de autos eléctricos Tesla, a lo que los usuarios de Twitter respondieron que
sí. Esto llevó a Musk a vender alrededor de US$5 mil millones en acciones de la
empresa en noviembre.
Meses antes había ofrecido firmar un cheque de US$6 mil
millones si el Programa Mundial de Alimentos (PMA) explicaba cómo se utilizaría
para solucionar el hambre en el mundo, tras una declaración del jefe del
programa de la ONU.
Pero tuitear también lo ha metido en problemas. Una
publicación de 2018 sobre las acciones de Tesla desató una investigación de la
Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos
que terminó con un acuerdo para que los abogados de la empresa aprobaran
previamente ciertos tuits. No está claro si eso realmente sucede.Curiosamente,
el Wall Street Journal informó que sus archivos compartidos de Twitter con la
SEC, que en circunstancias normales incluirían una línea que dice que no tiene
la intención de influir en la empresa, venían con una marca que decía: “No
aplica”.
El momento del acuerdo también generó dudas y podría poner a
Musk otra vez en desacuerdo con los reguladores financieros.
Su inversión en Twitter se presentó el 14 de marzo, pero no
se anunció hasta esta semana. La ley de valores estadounidense exige la
divulgación dentro de los 10 días posteriores a la adquisición del 5% de una
empresa.
Libertad de expresión
Musk usa Twitter no solo como un indicador de cómo dirige
sus propias empresas, sino también cada vez más para medir la temperatura de la
nación.
El mes pasado, después de presentar su inversión ante la
SEC, pero antes de que su participación accionaria se hiciera pública, preguntó
a los usuarios si creían que la libertad de expresión era esencial para el
funcionamiento de una democracia y si Twitter se adhiere a este principio.
La profesora asistente de la Universidad de Cornell,
Alexandra Cirone, cree que esto es evidencia de que puede usar su nueva
participación “para tratar de influir en las prácticas de Twitter” y para un “juego
más activo en el ecosistema de las redes sociales”.
Pero otros ven problemas más inmediatos con sus reflexiones.
Howard Fischer, socio del bufete de abogados Moses &
Singer, le dijo a la agencia Reuters que, dado que ya había comprado una
participación en Twitter, estas preguntas podrían verse como una forma de
manipulación del mercado. “Sospecho que la SEC va a analizar detenidamente si
pueden presentar cargos de manipulación, junto con la falta de presentación”,
dijo.
Agrawal claramente está observando cada uno de sus
movimientos. En respuesta a su encuesta de botón de edición, que actualmente
tiene 2.6 millones de respuestas, instó a los votantes a hacerlo «con cuidado».
“Las consecuencias de esta encuesta serán importantes”,
dijo, haciéndose eco de las mismas palabras que usó Musk después de lanzar su
encuesta de libertad de expresión en Twitter.
Jack Dorsey siempre había rechazado la idea, y los críticos
señalan que podría permitir a las personas cambiar fundamentalmente el
significado de los tuits después de haberlos compartido.
Sería un gran cambio para Twitter incluir un botón de
edición, y Musk está interesado en ser parte de esa conversación.
Durante un tiempo el mes pasado, parecía que Musk tenía la
intención de construir una nueva plataforma de redes sociales como rival de
Twitter, y allí tiene un precedente de otro tuitero prolífico y controvertido.
Donald Trump, a quien se le prohibió el uso de Twitter en
enero de 2021 después de los disturbios en el Capitolio, anunció el otoño
pasado que lanzaría su propia red social, denominada Truth Social, para “hacer
frente a la tiranía de la gran tecnología”.
Pero seis semanas después de su lanzamiento, hay una lista
de espera de 1.5 millones de personas que no pueden usarla, y Joshua Tucker,
director del Centro de Redes Sociales y Política de la Universidad de Nueva
York, calificó la plataforma como un desastre.
Según Reuters, dos ejecutivos clave renunciaron después del
problemático lanzamiento.
Para aquellos con acciones en muchos otros negocios de Musk
(Space X, Tesla, Neuralink, The Boring Company), sin duda suspirarán de alivio
al saber que no siguió el mismo camino que Trump.
Pero también existirá la preocupación de que tenga otro
proyecto apasionante para distraerlo del negocio serio de administrar sus
firmas establecidas.
Sin mencionar los problemas que ahora podrían surgir sobre
el acuerdo de Twitter por parte de la SEC.
El experto en redes sociales Casey Newton señala que no es
la primera vez que una gran empresa de tecnología mira a Twitter. El presidente
ejecutivo de Microsoft, Steve Ballmer, compró una vez una participación del 4%
de la compañía «y esencialmente no hizo nada con ella», escribe.
Pero continúa diciendo que Ballmer nunca tuiteó como lo hizo
Musk: “Alegremente, molesto, constantemente”.
Y lo más probable es que sea desde esta cuenta de Twitter
que Musk le haga saber al mundo lo que piensa hacer a continuación.