Hallan posibles fragmentos del asteroide que mató a los dinosaurios
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Martes 12 de Abril de 2022 9:58 pm
+ -Un grupo de científicos anunció el descubrimiento de posibles fragmentos del asteroide que acabó con los dinosaurios
Se han
descubierto restos en perfecto estado del asteroide que acabó con los
dinosaurios, afirman científicos que estudian un yacimiento en Dakota del Norte
que es una cápsula del tiempo de aquel calamitoso día, hace 66 millones de
años.
Los
científicos consideran que el objeto que impactó la península de Yucatán, en lo
que actualmente es México, tenía unos 10 kilómetros de ancho, pero ha habido un
debate para identificar qué era exactamente. ¿Fue un asteroide o un cometa? Si
era un asteroide, ¿de qué tipo era: uno sólido y metálico o un montón de rocas
y polvo unidos por la gravedad?
“Si logramos
identificarlo, y estamos en vías de hacerlo, entonces podremos decir:
‘Increíble, sabemos lo que era’”, dijo el miércoles Robert DePalma,
paleontólogo que encabeza la excavación del yacimiento, durante una charla en
el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt.
Un video de
la charla y un debate posterior entre DePalma y destacados científicos de la
NASA se publicará en línea en una o dos semanas, indicó un portavoz de Goddard.
Muchos de estos descubrimientos se tratarán en “Dinosaurs: The Final Day”, un
documental de la BBC narrado por David Attenborough, que se emitirá en el Reino
Unido este mes. En Estados Unidos, “Nova”, un programa de la PBS, emitirá una
versión del documental el próximo mes.
Un artículo
de la revista The New Yorker de 2019 describió el yacimiento en el suroeste de
Dakota del Norte, llamado Tanis, como un lugar prodigioso lleno de fósiles que
quedaron enterrados tras el impacto ocurrido a unos 3000 kilómetros de
distancia. Muchos paleontólogos se mostraron intrigados, pero no estaban
seguros de la envergadura que tenían las afirmaciones de DePalma; un trabajo de
investigación publicado ese año por DePalma y sus colaboradores describía sobre
todo el entorno geológico del yacimiento, que en su día estuvo a orillas de un
río.
El choque del
objeto con la Tierra creó un cráter de unos 160 kilómetros de ancho y casi 30
de profundidad, y la roca fundida que saltó al aire se enfrió y formó esférulas
de vidrio, una de las señales distintivas que dejan los impactos de meteoritos.
En el artículo de 2019, DePalma y sus colegas describieron cómo las esférulas
que llovían del cielo obstruyeron las branquias de los peces espátula y los
esturiones, para finalmente asfixiarlos.
Por lo
regular, los minerales del exterior de las esférulas producidas por el impacto
sufren transformaciones a lo largo de millones de años de reacciones químicas
con el agua. Pero en Tanis, algunas de estas aterrizaron en la resina de los
árboles, lo cual les proporcionó un recinto protector de ámbar y las mantuvo
casi tan prístinas como el día en que se formaron.
En los
descubrimientos más recientes, que aún no se han publicado en una revista
científica arbitrada, DePalma y sus colegas de investigación se centraron en
trozos de roca sin fundir que están dentro del vidrio.
“Todas estas
pequeñas pepitas sucias que hay ahí, cada una de las motas que opacan este
hermoso cristal transparente, es un fragmento de escombro”, afirmó DePalma,
estudiante de posgrado de la Universidad de Mánchester, Inglaterra, y profesor
asociado de la Universidad Atlántica de Florida.
Dijo que
encontrar esférulas envueltas en ámbar es como enviar a alguien al pasado, al
día del impacto, “recoger una muestra, embotellarla y preservarla para los
científicos de hoy”.
La mayoría de
los trozos de roca contienen altos niveles de estroncio y calcio, indicios de
que formaban parte de la corteza caliza del sitio donde impactó el meteorito.
Sin embargo,
la composición de los fragmentos presentes en dos de las esférulas era
“extremadamente diferente”, dijo DePalma.
“No estaban
enriquecidos con calcio y estroncio, como habríamos esperado”, explicó.
En su lugar,
contenían niveles más altos de elementos como hierro, cromo y níquel. Esa
composición mineral apunta a la presencia de un asteroide, y en particular a un
tipo conocido como condritas carbonáceas.
“Ver un trozo
del culpable es una experiencia que pone la piel de gallina”, expresó DePalma.
El hallazgo
respalda un descubrimiento presentado en 1998 por Frank Kyte, geoquímico de la
Universidad de California campus Los Ángeles. Kyte dijo que había encontrado un
fragmento del meteorito en una muestra de núcleo perforada frente a Hawái, a
más de 8000 kilómetros del cráter de Chicxulub. Kyte dijo que ese fragmento, de
aproximadamente una décima de pulgada de diámetro, provenía del impacto, pero
otros científicos se mostraron escépticos de que algún trozo del meteoro
pudiera haber sobrevivido.
“En realidad
coincide con lo que Frank Kyte nos decía hace años”, aseguró DePalma.
En un correo
electrónico, Kyte dijo que era imposible hacer una valoración sin ver los
datos. “En lo personal, espero que si hay algún material meteorítico en estos
fragmentos eyectados, sería extremadamente raro y poco probable que se
encuentre en los vastos volúmenes de otros restos que también fueron eyectados
en este sitio”, dijo. “Pero tal vez tuvieron suerte”.
DePalma
comentó que también parece haber burbujas dentro de algunas de las esférulas.
Dado que las esférulas no parecen estar agrietadas, es posible que contengan
trozos de aire de hace 66 millones de años.
En la charla,
DePalma también mostró otros hallazgos fósiles, entre ellos una pata bien
conservada de un dinosaurio identificado como un Thescelosaurus herbívoro.
“Este animal se conservó de tal manera que quedaron impresiones
tridimensionales de la piel”, mencionó.
No hay
indicios de que el dinosaurio fuera asesinado por un depredador o por una
enfermedad. Esto sugiere que el dinosaurio podría haber muerto el día del
impacto del meteorito, tal vez ahogado en las aguas que inundaron Tanis.
“Esto es como
analizar una escena de crímenes de dinosaurios”, dijo DePalma. “Pero, como
científico, no voy a decir: ‘Sí, estamos 100 por ciento seguros; tenemos un
animal que murió en la avalancha causada por el impacto’”, añadió. “¿Es
compatible? Sí”.
Neil Landman,
conservador emérito de la división de paleontología del Museo Americano de
Historia Natural de Nueva York, visitó Tanis en 2019. Vio uno de los fósiles de
pez espátula con esférulas en sus branquias y está convencido de que el
yacimiento en efecto plasma el día del cataclismo y sus secuelas inmediatas.
“Es auténtico”, declaró.
Robert
DePalma, paleontólogo, da una presentación sobre sus hallazgos de restos
fósiles, en el Centro de Vuelo Espacial Goddard en Greenbelt, Maryland, el
miércoles 6 de abril de 2022. (Taylor Mickal/NASA vía The New York Times)
Fósiles de
peces y piel de triceratops expuestos durante una presentación en el Centro de
Vuelo Espacial Goddard en Greenbelt, Maryland, el miércoles 6 de abril de 2022.