La luz de Vicente Rojo
Artes visuales
Martes 19 de Abril de 2022 9:41 pm
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Las
estrellas se mueven y se mueven en grupo, acompañadas, nos dicen los
astrónomos. Y eso sucede todo el tiempo, aunque nuestros ojos no alcancen a
percibirlo. Quizá en eso pensaba Vicente Rojo cuando diseñó una de sus últimas
obras, Versión celeste, un vitral del
siglo XXI en Nacional Monte de Piedad, emblemático edificio en el Centro
Histórico de la Ciudad de México, cuyo plafón en el patio central transformó en
luz, cristal y color en movimiento.
El artista visual murió el 17 de marzo de 2021, pero
su presencia por aquí cobra cada día más vida. Recientemente se inauguró en San
Ildefonso su obra en memoria de Octavio Paz, una lápida escultórica para el
nicho donde permanecerán las cenizas del poeta y Marie José Tramini, y una
fuente en el Patio de Pasantes que alude al poema "Piedra de sol". En
octubre de 2020, el nuevo Museo Kaluz en la colonia Guerrero de esta ciudad
abrió sus puertas con un mural suyo: Jardín
urbano. Y muy poco antes, en 2019, se presentó al público Versión celeste.
Visité hace unos días Nacional Monte de Piedad para
conocer el vitral en este sitio lleno de historia a un costado de la Catedral
Metropolitana. Fue residencia de Moctezuma II y después casa de Hernán Cortés.
Recientemente se descubrieron en el subsuelo restos del Palacio de Axayácatl.
Y, más cerca de nosotros, ya con la vocación con la que Pedro Romero de
Terreros fundó la institución en 1775, se sabe que Gabriel García Márquez
empeñó aquí un coche, una licuadora, una secadora y un calentador para poder
dedicarse a Cien años de soledad y
que volvió después con algunas joyas de su esposa Mercedes para poder enviar su
manuscrito al editor en Argentina.
Vicente Rojo, quien diseñara la portada de aquella
novela del Nobel de Literatura, llegó a la Casa Matriz de Monte de Piedad
invitado por el responsable de la restauración del sitio, Armando Chávez. Este
arquitecto, que inició en 2013 la titánica labor —porque no sólo es un edificio
sino un complejo de 12 inmuebles interconectados—, conoce cada centímetro del
espacio donde ha realizado el que es, quizá, el trabajo más importante de su
trayectoria. Con él llegamos al patio central del edificio y miramos hacia
arriba. Como lo hizo un día Vicente Rojo cuando aceptó el reto y decidió que
toda esa gente que acude a este lugar para empeñar sus pertenencias como último
recurso para subsistir, también habría que echar la cabeza hacia atrás, mirar
el vitral y sentirse reconfortada, según narra su compañera de vida, Bárbara
Jacobs.
Versión
celeste, a
El maestro Vicente Rojo falleció hace un año, pero
dejó, como las estrellas al morir, una estela luminosa que nos alumbra con
terquedad infinita.
adriana.neneka@gmail.com