Probabilidad de olas de calor en el Antártico se multiplicó por diez
Domingo 29 de Mayo de 2022 8:25 pm
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La probabilidad de las olas de calor en el continente
antártico se multiplicó por diez desde el período 1950-1984, según un estudio
de científicos del Grupo Antártico de la Agencia Estatal española de
Meteorología (Aemet), la Universidad española de Barcelona, el Instituto
español de Geociencias del CSIC y la Universidad de Lisboa.
El trabajo, que publica la revista ‘Communications Earth
& Environment‘, del grupo Nature, analizó las más intensas olas de calor
registradas en la península antártica desde que existen datos, entre ellas la
de febrero de 2020.
El estudio confirma, por primera vez, que el cambio
climático es capaz de amplificar una ola de calor en el continente antártico y
concreta que la probabilidad de experimentar una ola de calor similar a la
registrada en 2020 aumentó diez veces desde el período 1950-1984, en gran
medida como resultado del cambio climático.
En el Antártico, el mes de febrero de 2020 fue normalmente
cálido en la península antártica, donde hubo una ola de calor que se produjo
entre los días 6 y 11, una de las más intensas de las registradas en la región,
donde se midieron anomalías de la temperatura media de + 4.5 ºC y dejó un
récord de temperatura en la península el 6 de febrero de 2020, con un registro
de 18.3 °C en la base Esperanza.
Para cuantificar el papel del cambio climático en la
magnitud de esta oleada de calor regional de seis días, los investigadores
estudiaron hechos similares que hubieran sucedido en períodos pasados
(1950-1984) y recientes (1985-2019).
Los resultados mostraron que oleadas de calor similares a
las de 2020 en la península antártica son ahora al menos aproximadamente 0.4 °C
más cálidas que en el período anterior, lo que representa un aumento del 25 por
ciento en la intensidad.
Asimismo, observaron que la probabilidad de experimentar
anomalías medias regionales de seis días por encima de unos 2 °C ha aumentado
diez veces desde el período 1950-1984.
Los cambios en la circulación atmosférica experimentados
recientemente en la zona no son capaces de explicar el aumento de temperatura
durante este fenómeno y, por eso, el estudio atribuye responsabilidades a
factores antropogénicos, es decir, al cambio climático.