Las placetas de colima
Domingo 26 de Junio de 2022 8:30 am
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LA imagen común en el Colima de hará poco más de un siglo era como la de una panorámica en sepia con el gentío bajo el sol, familias completas, adultos, muchachas y jóvenes entre la chiquillada de todas las condiciones y rumbos de la ciudad, caminando felices hacia el mismo rumbo desde temprana hora bajo sus parasoles, yendo a su día de campo allá por las “placetas”, playas o playones del Arroyo de Pereyra que, en palabras del historiador Francisco Hernández Espinosa1, eran “enormes mantos de arena al descubierto”.
Sí, esa zona del poniente, después del templo de San José, llena de casas desde los años 70 del siglo pasado, entre la calle 5 de mayo, la Av. Fco. Javier Mina, el Blvd. R. Chávez Carrillo y el Arroyo de Pereyra, por décadas la principal área de diversión de los vecinos, hasta que la demanda de superficie y la desmemoria colectiva fueron poblándola, primero con talleres, allá por los años 50, luego con ranchos y casas rústicas, hasta que al sur el desarrollo ya fue planificado, al menos dando orden a la urbanización del extenso predio con una caprichosa traza, cuyas calles, particularmente en esa última parte, llevan los nombres de ríos de la región, quizá para que no se nos olvide que es una franja de afluentes.
“Se le conocía y aún se le conoce con el nombre de -Colonia-2 Las Placetas, que en aquellos viejos tiempos sirvió de sitio de recreo a los colimenses, tal y como lo es actualmente la famosa Piedra Lisa”. Escribe en El Colima de ayer3, Hernández Espinosa, abundando: “Los niños de las escuelas eran llevados de paseo a ese lugar y los domingos era bastante numerosa la concurrencia de las diversas clases sociales que iban a recrearse en la frescura de los arenales y en la sombra de sus árboles, los vendedores de golosinas eran insuficientes para satisfacer las demandas de los visitantes.”
Difícil de imaginar que en ese lugar, ocupado desde la década de los años setenta, con una población dinámica de densidad media, con cancha de futbol, áreas verdes, avenidas y calles asfaltadas, empedradas o con huellas de rodamiento, parroquia, mercado, escuelas públicas de preescolar y de primaria4, y una privada, para el nivel superior; en otro tiempo, hace 100 años, haya sido un páramo de arena solo con sauces, eucaliptos, higueras y fresnos creciendo aledaños a los humedales y que en tiempos más lejanos, las repetidas crecidas de agua hayan azolvado hasta cubrir de arena toda esa demarcación.
Fue costumbre en ese tiempo -retomo al mismo Hernández Espinoza- entregarse, niños y adultos, al juego del cántaro, el cual consistía en formar partidos o rondas para, recíprocamente, arrojárselo, con el cuidado de no dejarlo caer por el peligro de que se rompiera en la superficie arenosa. Quien dejara caer el cántaro al suelo y al impacto se despedazara, tenía la obligación de sacar su tlaco para comprar el de reposición. Y de aquí que los alfareros se presentaran a ese lugar casi a diario en busca de esa clientela comprometida”5.
Además de lo anecdótico, lo anterior nos debe llamar la atención para reflexionar. ¿A qué me refiero? A que el agua reconoce su lecho y a que, atenidos a la corta memoria social, impunemente hasta hoy se ha permitido la construcción de riesgos que, en cualquier momento, siendo objetivos, pueden resultar trágicos. Baste recordar que, en tiempos recientes, en agosto de 1984 como en enero de 1992 con el fenómeno de “El niño”6, en octubre del 2011, con Jova7 y, para no ir muy lejos, en agosto del 20208, hubo preocupantes desplazamientos del mismo arroyo, cuya corriente, reconociendo su milenario cauce, inundó y socavó vialidades, tiró paredes, arrastró árboles y vehículos, se metió a viviendas y nos llevó a lamentar la pérdida de vidas humanas.
FUENTES:
1Francisco Hernández Espinosa. El Colima de ayer,
32. Cuarta edición 2009. Universidad de Colima.
2Entre líneas, míos.
3Ibíd. 1
4AHMC: caja E375 exp. 8 y 11.
5Ibíd. 2
6https://es.wikipedia.org/wiki/Temporada_de_hu
racanes_en_el_Pac%C3%ADfico_de_1992
7 https://www.excelsior.com.mx/2011/10/12/na
cional/774432
8https://estacionpacifico.com/2020/09/01/por-
hernan-en-agosto-llovio-el-doble-de-lo-normal-en-
colima-conagua/