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Colimenses por el mundo: De los brebajes a la ciencia



Domingo 17 de Julio de 2022 8:26 am

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REZA el dicho: “lo que se hereda, no se hurta”, el cual aplica perfectamente al caso de Carlos Octavio, cuyos padres, Norma Angélica Vargas Lagos y Carlos Octavio Villalpando Arellano, químicos farmacobiólogos de profesión, heredaron a su hijo el gusto por las ciencias. Y hoy, Carlos Octavio Villalpando Vargas está a unos días de partir a la Universidad de Massachusetts en los Estados Unidos de América, gracias a la beca Fulbright-García Robles, otorgada mediante un riguroso proceso de selección a quienes sobresalen por su excelencia académica, para realizar un doctorado en Matemáticas, en el que, según información publicada por la fundación, Carlos buscará tender puentes con investigaciones en matemáticas puras y sus posibles aplicaciones para el desarrollo y bienestar de la humanidad. 
Villa, como lo llaman algunos de sus amigos por Villalpando, dice que aunque no tiene claro el momento en el que decidió estudiar Ciencias, recuerda que de niño se divertía mucho haciendo experimentos o sus “brebajes”, como él les llamaba, pintando el agua de un color en un matraz, ese recipiente de vidrio en forma cilíndrica que forma parte de los equipos de laboratorio, y que se emociona al recordar que fue un regalo de su mamá, quien, por cierto, duró más de treinta años impartiendo clases de ciencia y justamente en nuestra plática para este reportaje me comentó un dato que resultó ser revelador, pues hace muy poco tiempo encontró en su habitación, entre sus objetos que guarda desde su infancia, una libretita de apuntes con un texto escrito por él cuando tendría unos seis o siete años que dice: Nombre del científico: Carlos O.V.V. Laboratorio 01X2X8X7, lo cual indiscutiblemente muestra que, aunque de manera inconsciente, él tenía claro a lo que se dedicaría en su edad adulta; desde muy tempana edad ya mostraba inquietud por las ciencias. 
Carlos inició su preescolar en el colegio Campo Verde, aunque lo terminó en el Colegio Inglés, donde también cursó parte de la primaria, porque a partir de 4to grado ingresó a la escuela “José Amador García”; después, a la secundaria “José Vasconcelos”; al Bachillerato 4 de la Universidad de Colima y, por último, a la Facultad de Ciencias, en donde se formó como Físico. Carlos comenta que fue justamente en su facultad en donde los profesores impulsaban a los alumnos, desde mucho antes de egresar la carrera a buscar oportunidades en el extranjero y competir internacionalmente, por lo que gracias a este impulso tuvo la oportunidad de participar en investigación en el Fermilab, un laboratorio de física de partículas cerca de Chicago, Illinois, así como en el Instituto de Okinawa de Ciencia y Tecnología (OIST) en Japón, donde aprendió matemáticas y teorías cuánticas de campos. 
Por cierto, este instituto es una de las iniciativas más audaces en educación global del siglo XXI, que se ha convertido en una de las mejores universidades de investigación científica del mundo, debido a su visión de producir descubrimientos e innovaciones, además el edificio que lo alberga es impresionante, no sólo por la gran extensión territorial que ocupa, sino por lo moderno de sus instalaciones. Pero más allá de lo académico, Carlos conoció en Japón algo más que transformó su vida: la práctica de la meditación y la atención plena, ya que, en una mente hiperactiva como la suya, estos ejercicios mentales, lograron que él pudiera calmar su mente, enfocarla y priorizar cada idea que llega a su cabeza, dándole a cada una la importancia que él decide lo que dice le ha dado muchos beneficios. 
Una vez concluida su estancia en Japón, el siguiente paso fue buscar el lugar indicado para realizar un posgrado y fue gracias a su esfuerzo que obtuvo la beca Fulbright para hacer el doctorado en Matemáticas. Carlos no deja de reconocer que todos estos eventos se han logrado gracias al respaldo de sus padres, de Sebastián su hermano menor y, desde luego, gracias al apoyo que le brindaron sus profesores de la facultad, en especial los Dres. Carlos Castaño-Bernard, Yasha Savelyev y su asesor, el Dr. Sujoy Modak, con quien se encuentra especialmente agradecido. 
Además de ser un excelente comunicador con muchísima fluidez a la hora de expresar sus ideas, a Carlos le encanta el cine, correr, hacer caminatas largas, jugar ping pong y dibujar, también disfruta viajar y hacer contemplación practicando la atención plena. Desea seguir investigando, aprendiendo y compartiendo sus conocimientos, pero, sobre todo, experimentar la vida estando presente en todas sus formas posibles. Estoy segura de que muchas personas al conocer tu historia desearán que concretes tus anhelos como reconocimiento a todo tu esfuerzo. Te deseo todo el éxito en esta etapa doctoral que estás por iniciar y que ese colimense ejemplar en el que te has convertido nos siga representado como hasta hoy lo has hecho: con orgullo y pasión. 
Si naciste en Colima, vives en el extranjero o conoces a alguien que desee compartir su historia, escríbeme, me encantará contar su historia. 
nana_cortes@hotmail.com 

ADRIANA CORTÉS ÁLVAREZ



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