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Barranca quemada



Gilberto Moreno Ramos

Martes 19 de Julio de 2022 8:47 pm

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En el año 2018 participé en un taller de creación musical con el ensamble de música contemporánea Ensemble Adapter. Durante el transcurso de un año, jóvenes compositores tuvimos la oportunidad de presentar nuestras composiciones a los miembros del ensamble, quienes además de leer y tocar nuestras partituras, tenían la gentileza de darnos recomendaciones y sugerencias. Al final del taller se realizó un concierto con una selección de obras participantes. Estas actividades se desarrollaron en las instalaciones de una antigua imprenta que hoy funciona como centro cultural y proyecto de desarrollo urbano sin fines de lucro y que lleva el nombre de ExroterPrint. Este espacio está ubicado en el distrito de Weeding, al norte de la ciudad de Berlín.

    En ese año yo cursaba estudios de licenciatura en la Facultad de Música de la Universidad de las Artes de Berlín. Ya desde entonces me inclinaba fuertemente por mezclar disciplinas artísticas con la intención de estimular la imaginación y enriquecer los procesos creativos incursionando principalmente en las letras, el teatro y las artes visuales. Como producto de este trabajo realicé una serie de obras que mezclan elementos musicales, imágenes, textos y propuestas escénicas. Estas piezas no necesariamente fueron presentadas y estrenadas de manera ordenada y clara. En aquel momento me encontraba inmerso en un proceso de expansión y apertura en el que había también cierta dispersión y dificultad para reunir los materiales y presentarlos como una unidad. Lo que sí es cierto es que al interior de estos procesos existía para mí una relación íntima y en cierta medida indisoluble de aspectos sonoros, visuales, literarios y teatrales.

    Una de las piezas que más estimo de este periodo es la que realicé en el año 2018 con el Ensemble Adapter. La obra lleva por título Barranca quemada y se integra de cuatro poemas, dos dibujos digitales y una pieza musical escrita para flauta, clarinete, arpa y percusión. El estreno de la música se llevó a cabo el 12 de diciembre del mismo año en la sala de conciertos de ExroterPrint y durante su ejecución fueron proyectados los dibujos digitales. Dos de los cuatro poemas y los dos dibujos fueron incluidos en el número seis de la revista Madera que se publicaba entonces en Berlín y que daba un panorama amplio del movimiento literario hispanohablante de la ciudad.

    A cuatro años de distancia tengo la intención de retomar algunos materiales que considero valiosos para presentarlos como la unidad que son. En aquel entonces, la intensidad de los procesos y las dificultades de la vida cotidiana me impidieron profundizar en muchas propuestas para llevarlas con plenitud a su conclusión. Aprovecho este espacio para dar a conocer por primera vez la obra Barranca quemada como una totalidad. En seguida presento los poemas y los dibujos como parte de esta publicación, después una liga donde el lector puede encontrar una grabación de la pieza musical. Por último, incluyo una lista de ligas a sitios de interés que ayudan a contextualizar lo que he descrito en este texto.

 

I

 

Caminos de tierra cuesta arriba

A la derecha una choza vacía

El calor y la humedad hinchan la madera

 

Me sigue ardiendo la nuca, la parte baja de la espalda y el antebrazo

 

Unos pies morenos vienen subiendo la vereda

Escucho el pulso irregular de una campana

 

Adelanto mis pasos para mirar de cerca, pero me detengo al ver tus cuernos

Y cuando me regresas la mirada siento tu miembro debajo de mi vientre

 

El altar 

Las máscaras

El olor a tierra mojada

 

Estos son días fértiles

Tienes la papada flácida y los huevos negros

 

Son cuatro los que danzan

Son pocos los que escuchan

Son muchos los que cantan

 

Dos se revuelcan en el suelo

Dos se jalan las trenzas

 

Y antes de que los otros lleguen empujas el vientre con fuerza 

Me aprietas la cintura con los muslos

 

Yo tenso la mandíbula y la lengua

Te digo: sí, todavía no llegan

 

Estos son días fértiles

Los caminos están llenos de piedras

 

II

 

Dices que tienes una esfera de luz en la boca

Que te escurre miel entre los dientes

Que recoges la miel en tazas de colores

 

No me lo dices, pero yo sé que esas tazas las sacaste de mi casa

También sé que no limpiaste la ceniza que había en ellas antes de usarlas

 

La miel no alimenta y no embriaga

Pero tampoco indigesta

 

Y lo que yo no digo es que a mí me gusta mucho comer 

Que cuando no me miras bebo en sorbos pequeños

 

Y son tantas las tazas, tantos los colores y tanta la miel que escupes

Que no hace falta comer otra cosa

 

Cuando me descubras dirás que te vas a caminar

A buscar un diente diminuto que extraviaste por quedarte dormida

 

Yo pensaré que sigues mintiendo

Que lo que tú quieres decir no es diente sino transparencia

 

Entonces voy a seguir tus pasos

Y aunque no me preguntes voy a decir lo mismo:

No te preocupes, siempre hemos actuado en manada


III

 

Las ramas se secan con el frío

Pero no es por falta de luz

Es por falta oxígeno y gravedad

 

Cuando caminas vas hacia atrás

No te interesa el provenir 

Lo que te gusta es el inicio de las cosas

 

El mundo es un gran parto

 

Pero tu exilio no es el de nosotros

Es un camino distinto

 

Es el calor de todas las mujeres y de todos los niños

El espacio vacío de los hombres que aún no llegan

 

Y cuando caminas buscas ese mensaje que no logras retener

Pero ya se ha convertido en un muro

Y las paredes no hablan, sino que nos cubren del frío

 

Por ello digo que no son tus gestos

Ni el contorno afilado de tus ojos

 

Sino cada sílaba y cada silencio 

Y las otras formas que habitas

 

Cada uno y cada una

Y también ellos Vigilante

 

IV

 

El techo es de lámina gris

Tiene un hueco transparente 

Se filtra una luz por el centro

 

Ese hombre está a punto de parir

Le sudan los muslos y la frente

Quiere decir algo y no puede

 

Se acuerda del invierno

De sus largas caminatas de invierno

 

Entonces se ríe

Se ríe y aprieta los ojos

Está a punto de parir

 

Sus recorridos eran triangulares

Se embrujaba a sí mismo

Se maldecía con ternura

 

La parálisis de su medio rostro

De su media memoria

De su medio olfato y de su interminable nausea

 

Sabe muy bien lo que va a venir

Reconoce el olor del ambiente

La santidad del espacio

 

Tú sales de la sombra susurrando algo 

Yo respondo que el calor no deja respirar

Tú no despegas la mirada de su entrepierna

 

Lo que estamos a punto de presenciar








Liga para escuchar la obra:

 https://soundcloud.com/user-436098953/barranca-quemada

 

Ligas de interés: 

http://ensemble-adapter.de/

 https://www.exrotaprint.de/

 https://www.udk-berlin.de/startseite/

 https://www.trampolin-mag.com/oliver-besnier/

 

 

Gilberto Moreno Ramos

Colima, México, 1988 

Estudia composición musical en la Facultad de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México FaM UNAM, donde se titula con mención honorífica en noviembre de 2014. En año de 2015 se traslada la ciudad de Berlín, donde realiza estudios de licenciatura en la Facultad de Música de la Universidad de las Artes UdK Berlin y se titula en el año de 2019. Actualmente realiza una maestría en la misma institución y se enfoca en desarrollar temas de interdisciplina mientras trabaja en proyectos artísticos combinando un doble rol como creador e intérprete. Ha escrito música de cámara y de orquesta que se ha presentado en espacios como el Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México o el Gran Teatro de la Habana en Cuba, así como en Europa por orquestas como la Orquesta Sinfónica del Mar Báltico o la Orquesta Estatal de Brandemburgo. 

Gilberto Moreno Ramos



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