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Expertos recomiendan cómo revisar y reforzar viviendas después de sismo



Lunes 10 de Octubre de 2022 7:24 am

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Tras el pasado sismo del 19 de septiembre es importante que los propietarios de un inmueble revisen sus viviendas y que, de ser necesario, realicen ajustes o reparaciones para evitar mayores afectaciones a la estructura de sus casas.
Así lo recomendaron expertos de la Facultad de Ingeniería Civil durante el programa especial “Daños en casa por sismo: escenarios y posibilidades”, que se transmitió en días pasados por la estación Universo 94.9.
En este programa especial, los invitados Francisco Ventura Ramírez, Alfredo Sánchez Alejandre, Agustín Orduña Bustamante y Guillermo Roeder Carbo dieron a conocer que, si bien y de acuerdo con las revisiones hechas por el equipo de expertos en diferentes zonas de nuestra entidad, las afectaciones a la infraestructura en el estado no son de gravedad, es importante que cada propietario revise su inmueble en busca de grietas o fisuras que se deban corregir a la brevedad.
En su intervención, Alfredo Sánchez señaló que observar en la vivienda un agrietamiento vertical o totalmente horizontal, regularmente no significa que sea insegura desde el punto de vista estructural; sin embargo, en el caso de un agrietamiento diagonal, sobre todo cuando tenga una abertura de medio centímetro o más, es necesaria una reparación mayor que en los otros dos tipos de grieta.
“Las grietas horizontales y verticales están asociadas con el fenómeno de corrosión, contracción o temperatura; no son de preocuparse y el propio dueño puede repararlas con un cemento comercial, pero las fisuras diagonales de más de medio centímetro requieren técnicas elaboradas, como el encamisado con malla y mortero, que pueden ser realizadas por un albañil bajo la supervisión de algún ingeniero”, explicó.
A su vez, señaló que esta técnica es efectiva y sencilla de realizar, tanto, que se utilizó en el 60 por ciento de viviendas y edificios dañados en la Ciudad de México por el sismo de 2017: “También existen en Colima viviendas de más de 50 años con techos elaborados con polines de madera y tejas, muy ligeras en la parte superior, en las que no funcionaría la técnica del encamisado.
“Ahí conviene anillar la parte superior con dala, hacer un cerramiento en la parte superior de todos los muros para evitar que se abran en caso de un temblor”, detalló.
En otro momento, el entrevistado señaló que es importante contar con una cantidad de metros de muros al interior de la vivienda para que ésta sea razonablemente segura, y que esta proporción se obtiene multiplicando la cantidad de metros cuadrados de área construida en la propiedad, por un factor de 0.3.
“Es decir, si tengo 50 metros cuadrados de área construida, lo multiplico por 0.3 y me da un total de 15 metros lineales que necesito de muro para que mi vivienda sea razonablemente segura”, profundizó.
Al respecto, detalló que los muros que hay que medir y en los que debemos prestar especial atención, son los paralelos a la fachada: “Nos ha tocado observar remodelaciones donde quitan muchos muros al interior de la vivienda por cuestiones estéticas o de espacio, pero esto hace a la vivienda más vulnerable.
“Siempre que se realicen este tipo de modificaciones, es importante la presencia de un especialista para no comprometer la estructura del inmueble”, advirtió.
Por su parte, Francisco Ventura Ramírez, quien también es delegado en el campus Coquimatlán, dijo que al descartar posibles daños estructurales, un segundo paso es revisar aspectos adicionados a la estructura; es decir, lo que corresponde a la obra gris y acabados como barandales, escaleras, plafones, conexiones de las tuberías o las mufas donde se conecta la electricidad.
“En futuros sismos, allí es donde pueden salir nuevos desperfectos”, dijo.
Respecto a evaluar los posibles daños en una vivienda y el tipo de reparación más conveniente, el también académico recomendó buscar asesoría en asociaciones especializadas como el Colegio de Ingenieros Civiles, el Colegio de Arquitectos del Estado de Colima, la Asociación de Ingenieros Constructores, el Colegio de Constructores de Colima o la propia Cámara de la Construcción.
“Quien está agremiado a estas organizaciones se actualiza en estos temas; lo ideal es que se acerquen al gremio, porque una de las ventajas de estar colegiado es que cualquier duda se atiende y se resuelve ahí mismo con los colegas”.
Con relación a los costos de reparación, el experto dijo que, según las actualizaciones a la reglamentación para construcciones, este tipo de reforzamientos ronda una inversión del 10 al 12 por ciento del valor de la construcción.
“No es tanto si se toma en cuenta que los daños se pueden ir al 25 ó 30 por ciento, si nos va bien, o a veces al 70 u 80 de daños, que ya es pérdida total; entonces, invertir un 10 ó 12 del valor garantiza que resista bajo la nueva normativa”, agregó.
Agustín Orduña señaló la importancia de tener las viviendas impermeabilizadas, principalmente en la época de lluvias, para evitar filtraciones de agua y goteras.
“A la primera señal de que se está filtrando agua o tenemos goteras, hay que reforzar el impermeabilizante, porque es una parte básica para el mantenimiento de nuestras viviendas y edificaciones”, recomendó.
Además, dijo, es importante que aquellas casas que han sido objeto de modificaciones o remodelaciones a lo largo de los años sean revisadas por un ingeniero, aun cuando no hayan sufrido daños de manera aparente durante este último sismo.
“Hay que revisar la distribución de los muros, sobre todo en la dirección transversal, porque normalmente es la más vulnerable. Debido a los espacios abiertos que queremos tener, a veces limitamos los muros transversales; parece que nos estorban o nos limitan la vista, pero estructuralmente son necesarios”.
Guillermo Roeder Carbo señaló que las casas no se refuerzan para que no les pase nada, como se piensa comúnmente, sino para que no colapsen y que un sismo no se traduzca en pérdidas humanas.
“La gente piensa que no debe ocurrir que un muro se agriete, pero hay que tener en cuenta que, si lo hace, es porque el muro hizo su trabajo”, afirmó.
A diferencia de los techos más ligeros de las casas antiguas, señaló, actualmente se utiliza una losa para repartir la fuerza de un sismo entre los muros de una vivienda.
“Si no ponemos esos techos de concreto, algunos muros trabajarán más que otros. El techo reparte una carga justa entre todos; da un reparto adecuado a las fuerzas que se presentan en el sismo”.
En otro momento, Francisco Ventura Ramírez informó que la Facultad de Ingeniería Civil ya se encuentra preparando un diplomado para que tanto ingenieros como arquitectos se actualicen y realicen propuestas inmediatas para este tipo de daños por sismo.

Manolika SILVA ROSALES



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