Premian con el Nobel a economistas de EU por estudios sobre crisis bancarias
Lunes 10 de Octubre de 2022 9:10 am
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El expresidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Ben
S. Bernanke, que prestó sus conocimiento académicos sobre la Gran Depresión
para trabajar en la reactivación de la economía estadounidense tras la crisis
financiera de 2007 y 2008, ganó este lunes el Nobel de Economía junto con otros
dos economistas afincados en Estados Unidos por su trabajo sobre los efectos de
los colapsos bancarios.
Ben S. Bernanke, Douglas W. Diamond y Philip H. Dybvig
fueron reconocidos por mostrar en su trabajo “por qué evitar el colapso de los
bancos es vital”, indicó la Real Academia Sueca de Ciencias al anunciar el
premio en Estocolmo.
Con sus hallazgos de principios de la década de 1980, los
premiados sentaron las bases para la regulación de mercados financieros y
gestión de crisis financieras, señaló el comité.
Bernanke, de 68 años y que ahora está en la Brookings
Institution de Washington, estudió la Gran Depresión de la década de 1930, que
mostraba el peligro del pánico bancario, cuando los ahorradores asustados
retiran sus depósitos de forma masiva.
Diamond, de 68 años y que trabaja en la Universidad de
Chicago, y Dybvig, de 67 años y experto de la Universidad de Washington en San
Luis, mostraron cómo las garantías del gobierno sobre los depósitos pueden
evitar que una crisis financiera se salga de control.
“La perspicacia de los laureados ha mejorado nuestra
capacidad para evitar tanto las crisis graves como los rescates costosos”, dijo
Tore Ellingsen, presidente del Comité para el Premio en Ciencias Económicas.
Su investigación cobró importancia en el mundo real cuando
los inversionistas sumieron en el pánico el sistema financiero durante el otoño
de 2008.
Bernanke, entonces jefe de la Fed, hizo equipo con el
Departamento del Tesoro de Estados Unidos para reforzar a los grandes bancos y
aliviar una falta de crédito, la savia de la economía.
Redujo a cero las tasas de interés de corto plazo, dirigió
las adquisiciones en la Fed de bonos del Tesoro e hipotecas y estableció
programas de préstamo sin precedentes. En conjunto, esas medidas calmaron a los
inversionistas y fortalecieron a los grandes bancos.
También impulsaron las tasas de interés de largo plazo a
mínimos históricos y provocaron duras críticas contra Bernanke, especialmente
de algunos aspirantes republicanos a la presidencia de Estados Unidos en 2012,
sobre que la Fed estaba erosionando el valor del dólar y corría el riesgo de
provocar inflación más tarde.
Las acciones de la Fed bajo el mando de Bernanke ampliaron
la autoridad del banco central en territorio desconocido. No pudieron impedir
la recesión más larga y dolorosa desde la década de 1930. Pero en
retrospectiva, se reconoce a las acciones de la Fed el haber rescatado el
sistema bancario y evitado otra depresión.
Y la Fed de Bernanke estableció un precedente para que el
banco central respondiera con rapidez y contundencia a los sobresaltos
económicos.
Cuando el COVID-19 golpeó la economía estadounidense a
principios de 2020, la Fed, bajo el mando de Jerome Powell, se apresuró a reinstaurar
las tasas de interés a cero e inyectó dinero en el sistema financiero. La
agresiva intervención, acompañada de un enorme gasto del gobierno, cortó con
rapidez la desaceleración y dio pie a un fuerte reconocimiento económico.
Pero la rápida recuperación tenía un coste: la inflación
empezó a subir con rapidez el año pasado y ahora está cerca de máximos de 40
años, lo que ha obligado a la institución a cambiar de rumbo y subir las tasas
para enfriar la economía. Bancos centrales de todo el mundo toman medidas
similares conforme la inflación erosiona la capacidad de gasto de los
consumidores.
El Nobel de Economía incluye un premio en metálico de 10
millones de coronas suecas (casi 900 mil dólares) y se entregará el 10 de
diciembre.
A diferencia de otros premios, el de economía no quedó
establecido en el testamento de Alfred Nobel en 1895, sino por el banco central
sueco en su memoria. El primer ganador fue elegido en 1969.
El Nobel de Economia del año pasado fue repartido. David Card
recibió la mitad por su investigación sobre cómo afectan al mercado laboral el
salario mínimo, la inmigración y la educación. La otra mitad fue para Joshua
Angrist y Guido Imbens por proponer cómo estudiar cuestiones que no encajan con
facilidad en los métodos científicos tradicionales.